El puente, con sus paletísimas columnas dóricas. |
Escuchar los Plenos de la Corporación Municipal de Lugo en ocasiones es descorazonador. Hay contadas excepciones, como las brillantes intervenciones de Carlos Portomeñe, que es de los pocos que hablan en lugar de leer, Quique Rozas, que sale poco pero cuando lo hace también es sin usar ese aburrido tono de misa tan habitual en los demás, o de Olga Louzao cuando prescinde de papeles y responde apasionadamente (sus primeras intervenciones suelen pecar también de ser leídas y, por lo tanto, tan naturales como las pizzas congeladas).
Sin embargo uno, que es algo masoca en estas cosas, se traga en ocasiones los Plenos porque se pueden ver por Internet, y los tengo de fondo en el trabajo como quien pone Radio María o los Conciertos de Brandenburgo, sin prestar más atención que la justa para detectar cuando un tema es interesante de verdad, y ayer hubo un par de ocasiones en que puse la antena porque escuchas cosas que lamentablemente te hacen pensar que estamos dirigidos por un atajo de ignorantes.
Para muestra un botón. Tema: la pasarela peatonal sobre la nacional VI. Desarrollo: Olga Louzao propone, con toda lógica, que si el Ayuntamiento había asumido esa obra, que cuesta casi un millón de euros, acusando a Fomento de desentenderse de una acción que era de su competencia por estar sobre una carretera nacional, ahora que ha cambiado el gobierno y es “amigo” del local (se les supone por ser del mismo partido, claro) lo suyo sería que reclamen la construcción de la pasarela a este nuevo ministerio de Fomento, en que todo es colorido y hermoso.
La respuesta de la alcaldesa, tan sorprendente como previsible (sí, ya sé que es una aparente contradicción, pero realmente no lo es tanto) es que no está de acuerdo porque los fondos de ese puente salen de la Unión Europea y si no se gastan en eso se pierden. Es decir, que la Unión Europea es una especie de abuelito al que le pides la paga cuando papá no te la da y no se le puede devolver aunque sea una tontería pedírsela, así que una obra que es competencia estatal se va a pagar con fondos europeos a través de una administración municipal. Una lógica aplastante… para un niño de primaria. El mismo argumento, exactamente el mismo, que usaban desde el Gobierno Local para poner verde a Fomento es el que usó ayer Ciudadanos, pero ahora ya no les vale. ¿Qué ha cambiado? Las siglas que respaldan al Ministerio. También es cierto que a lo mejor les preocupa que Fomento no aceptaría meter la paletada esa de las columnas dóricas, que se ve que les privan.
Estas cosas son así de curiosas. Lo que antes era todo oscuro y malvado ahora es brillante y bondadoso, aunque sean exactamente las mismas acciones llevadas a cabo por los mismos funcionarios de los mismos ministerios. Cambia, por supuesto, la cabeza pensante que está al frente y, lo que es más importante, su carnet político. Ahora es "de los nuestros" y hay que defenderlos a toda cosa, aún sacrificando la coherencia que, total, pasa bastante desapercibida. La costumbre tan extendida de no valorar las acciones por sí mismas, sino por quien las firma hace que cosas tan ridículas como los compromisos sobre líneas ferroviarias sean algo que va a salvar Lugo o a condenarlo dependiendo de quién ocupe el sillón de mando. Y así sucesivamente.
Política de gestos, política de partidos, política cutre. Se trata simplemente de llevar a la práctica un maniqueísmo que como agrupación electoral puede tener sentido, no les digo que no, y que probablemente sea una estrategia válida para conseguir votos… pero eso es propio de quien no asume las responsabilidades que conlleva un cargo público. Lo difuminado de los límites entre los partidos políticos e instituciones hace que a día de hoy sea difícil distinguirlos, y que ayuntamientos, diputaciones, autonomías e incluso el Gobierno de la Nación se conviertan en cortijos donde solo “los nuestros” son escuchados mientras a “los otros” se les recibe para quedar bien ante la prensa pero sin prestar la más mínima atención a lo que se dice.
Estas cosas se suelen justificar en que nuestra democracia es joven… pero ya no lo es tanto y según para unas cosas aprendemos deprisa podríamos ir espabilando con esto. No sería malo.