martes, 30 de septiembre de 2014

Reinos de Taifas no, gracias

La negociación en política es una cosa maravillosa, pero no siempre. Cuando los principios son básicos no cabe ni modificación ni vacilación sobre ellos. Por eso no entiendo que algunos partidos, entre ellos PSOE e IU, estén pidiendo a Rajoy que además del recurso contra el plan independentista de Mas se siente a “hablar y negociar”, o en el caso de Pedro Sánchez directamente proponga una reforma constitucional.

España tiene un estado descentralizado a medias. Digo eso porque sólo ha habido un primer paso en las transferencias, del Estado a las comunidades autónomas, pero éstas se aferran a sus poderes como si les fuera la vida en ello y no sueltan ni una hacia entidades inferiores, como diputaciones o ayuntamientos. Esto provoca un escenario bastante llamativo, donde hay un Estado central debilitado (hablamos del Gobierno, no de Las Cortes que mantienen casi todos sus poderes) y 17 comunidades (además de dos “ciudades autónomas”) que mandan mucho y que no permiten que nadie se meta en sus “competencias”.

La propuesta que hace Pedro Sánchez, ora en rueda de prensa ora en Sálvame Deluxe, es que hay que negociar y modificar la Constitución. ¿Pero qué demonios quieres cambiarle, hombre de Dios? ¿Qué competencias faltan por entregar a las autonomías? ¿Qué más quieren que se les transfiera si han demostrado ser – generalizando, que ya sé que es injusto - unas entidades que gestionan pésimamente sus recursos?

El gran problema de las autonomías es que son como adolescentes que estudian fuera de casa. Tienen una paga mensual que viene de sus papás que les hace creer que son adultos, pero la gestionan fatal y se gastan el dinero alegremente porque saben que en caso de emergencia una llamada a casa les puede resolver la papeleta, aunque sea con una bronca de por medio. Eso pasa también con las comunidades autónomas y el Estado, que siempre está dispuesto a proveer fondos adicionales a las que más queman los cuartos.

Pero a lo que íbamos. ¿Es la negociación la solución a un desafío que todo el mundo entiende que va contra la unidad de España? Francamente creo que no. Hay momentos para hablar y momentos para enseñar los dientes, y éste es de los segundos.

Si un tío te saca una navaja y te dice que le des la cartera y en ese momento llega la policía, no parece que lo lógico sea que los agentes de la ley se pongan a discutir cuánto dinero tienes que darle al chorizo, simplemente le detienen y punto. Puede parecer que contradigo lo que leían en días anteriores sobre la calma y la tranquilidad. Es que nadie dice que esos policías se tengan que poner histéricos, sólo tienen que ejercer su autoridad y la firmeza de la ley, sin aspavientos.

Volviendo al principio, la negociación en política es una cosa maravillosa, pero no siempre. Pedro Sánchez habla de reformar la Constitución y de negociar… ¿y todas las cesiones que se llevan haciendo los últimos 35 años? ¿Y todas las competencias que eran del Estado y se han ido transfiriendo? ¿Cuál es el límite? ¿Qué España queremos? Desde luego un reino de taifas donde 17 califas decidan los derechos de sus ciudadanos y de desigualdad no. Bueno al menos yo no.

lunes, 29 de septiembre de 2014

No se aparta a cornadas a una mosca cojonera

Mas ha logrado algo al menos: que no se hable de otra cosa. Si les soy sincero me tiene un poquito harto, tanto el tema como la forma de encararlo que se ve por ahí. Se lee cada cosa que venga Dios y lo vea. Desde absurdos llamamientos a “suspender la autonomía” (lo cual, por mucho que les digan, no está previsto en la Constitución) hasta la mayor barrabasada de todas que he leído y que es aplicar el código penal.

El otro día escribía que no tengo yo tan clara la inconstitucionalidad de la consulta si Mas plantea bien el tema. Algún iletrado pensó que estaba apoyando la misma, lo cual es totalmente ridículo. También puedo defender la presunción de inocencia de Orozco y eso no me convierte en su votante, como creo que es público y notorio. Si es que no distinguimos y así nos va.

Lo de la supuesta “suspensión” acogiéndose al artículo 155 no es tal y como mucha gente imagina. Da la impresión de que es poco menos que meter tanques en Cataluña, apresar a Mas y su gobierno y meterlos en la trena mientras se “restablece el orden democrático”. Para nada. Lo único que podría pasar, en el peor de los casos, es que se fuerce al gobierno catalán a cumplir la legalidad, pero usando medios ordinarios. Sin tanques ni falta que hacen. El único escenario en el que se contemplarían detenciones o cosas similares sería si incumplen una sentencia del constitucional, por poner un ejemplo. No se puede luchar contra la ilegalidad cometiendo atropellos, porque entonces vamos a ver quién la tiene más larga y no se trata de eso.

En cuanto a la salvajada de aplicar el código penal, argumentándolo en que éste prevé atentados contra la unidad de España, cuando se lee un artículo hay que leerlo entero, y empieza diciendo “Son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente…”, con lo que la cuestión catalana queda fuera de esta previsión.

Hay veces en que hay que reaccionar con tranquilidad, porque si te pones nervioso estás dando una victoria al adversario. Que el Estado ponga las cosas en su sitio cuando un tema se sale de madre tendría que ser tan evidente, tan ordinario y tan previsible que casi ni fuera noticia. Es lo que más le haría la puñeta a la campaña publicitaria (porque es eso, y no otra cosa, no se engañen) que están llevando a cabo Mas y compañía.

Entrar en el juego de la propaganda es un error, o al menos lo es cuando se utilizan las mismas tácticas pero en sentido contrario. El camino, creo yo, tendría que ser otro: un leve movimiento de una mano como cuando espantas una mosca. Haces el movimiento, pero sin dejar de leer la novela. Eso es el Estado de Derecho.

Cuando un toro tiene un pájaro picoteándole de forma molesta no se pone como un loco, simplemente hace un gesto perezoso y lo aparta. Tampoco le deja seguir dándole la lata, pero despliega una fuerza proporcional, no intenta cornearlo. Este es el mismo caso. No hay una manada de hienas atacando la constitución, sino una mosca cojonera.

Entendámonos: el recurso me parece lo mínimo y claro que hay que luchar contra este absurdo, pero no nos pongamos nerviosos que no vamos a ganar nada, ni España en su conjunto ni Cataluña en concreto.

Muy bien recurrir, con tranquilidad, sin aspavientos y sin volverse locos. Todo lo que supongan llamadas al ejército, a las armas o al código penal es una barbaridad.

Convertir en mártires de la causa o amenazar con medidas extremas sólo radicalizará aún más las posturas y no parece que eso sea recomendable.

viernes, 26 de septiembre de 2014

La lenta justicia

Estoy haciendo pasillo (por cierto, mira que es feo), esperando para declarar en calidad de testigo en el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo, cuya titular es la popular jueza Pilar de Lara. El asunto es la Campeón, o si lo prefieren en su nombre en inglés, la Champions (no me he podido resistir a hacer el juego de palabras, no me digan que no es casualidad).

Antes de que se pongan a hacer cábalas sobre de qué demonios estoy hablando, les traigo a la memoria un artículo del 26 de mayo de este año (Parece que celebrar con sentidiño no es celebrar), en que les contaba cómo había sido testigo de cómo la inconsciencia de un chico acabó con una señora herida en la cabeza y la detención del tontaina.

Pues aunque cueste creerlo, de las dos docenas (generosas) de personas que estábamos allí y vimos todo, sólo yo di mis datos personales a la herida y a la policía por si hacía falta algo, como de hecho ha sido necesaria una declaración como testigo. Esto nos hace ver lo mal que está la sociedad, donde alguno puede que eche una mano, pero de forma anónima para “no meterse en líos”.

Ya salí. Hay que reconocer que las cosas tampoco te las ponen muy fáciles. Me citaron a las 9:30 de la mañana y me tuvieron esperando una hora, y todo para dictar a una (eso sí, amabilísima) oficial la declaración y firmarla, sin siquiera conocer a la jueza, lo que he de reconocer que me hacía ilusión. No todos los días uno pasa por el juzgado de una de las protagonistas de la actualidad local, bueno, a menos que sea el alcalde de Lugo, que entonces casi casi.

Entiéndanme bien, no se trata de que te pongan una alfombra roja y te ofrezcan un café con leche, pero cuando estás haciendo algo movido únicamente por una conciencia de ciudadano, lo que cuesta trabajo entender es sentirte abandonado a tu suerte haciendo tiempo en los pasillos. Me parece una falta absoluta de respeto y un decir “tu tiempo no es importante”. Quizás no lo sea para los poderes del Estado, pero para mí sí lo es.

Vuelvo a insistir en que la cosa no es para tanto… en mi caso. “Vaya tontería, protestar porque le hicieron esperar una hora en un juzgado”, pero hay que tener en cuenta que personalmente yo tengo la suerte de que en mi trabajo puedo faltar un rato sin que pase nada grave, y que además entre bueyes no hay cornadas y las administraciones son comprensivas con esto, pero ¿y si no fuera el caso? ¿Y si tuviera que cuidar de un familiar? Si la declaración llevara una hora entendería que es lo que hay que hacer, pero son cinco minutos tras una hora de retraso injustificado. No quiero exagerar, y ya sé que hay cosas mucho más peliagudas en la judicatura, pero oigan, es lo que me ha pasado hoy y se lo cuento tal cual.

La cuestión es que hay que dar facilidades, porque francamente, te hacen pensarte dos veces volver a dar tus datos la próxima vez que veas algo así.

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿De verdad es inconstitucional la consulta en Cataluña? ¿Seguro?

Esta mañana (ayer cuando ustedes lean esto) mi amigo Pablo González planteaba una pregunta en el Facebook en los siguientes términos: “Me gustaría saber vuestra opinión de qué puede pasar cuando el Tribunal Constitucional declare ilegal el referéndum del señor Mas. ¿Qué opciones hay, qué respuestas se darán? Por favor mojaros. Me interesan todas las opiniones.” También plantea que se debería aplicar el artículo 155 de la Constitución, que dice lo siguiente:
Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Me vas a permitir, Pablo, que no conteste a lo que habría que hacer si se declara ilegal la consulta, ya que me voy a centrar en poner en entredicho ese punto de inicio a tu tesis. Todo el mundo está dando por sentado que el Constitucional tumbará a Mas, pero ¿y si esto no es así?

El problema con el tema de Cataluña es doble. Por un lado jurídico y por otro social. En el social no voy a entrar, a pesar de que creo que es el que hay que abrir a un debate global. Curiosamente me parece que pasa por una reflexión personal que cada catalán ha de hacer sobre si realmente cree que España es una entidad ajena a sus personas e intereses.

Vamos a entrar en lo que se refiere a la cuestión jurídica, que es la que creo que a corto plazo es relevante. Como el tema tiene su enjundia lo voy a llevar por partes a ver si así me explico mejor.

1.- ¿Qué dice la Constitución?

El artículo 149.1.32 establece que es competencia exclusiva del Estado la autorización de consultas populares por vía de referéndum. Esto parece aclararlo todo, pero hay que tomarse el 149 con la debida cautela, porque es uno de los más vapuleados de nuestro sistema constitucional.

Aunque hable de “exclusividad”, los diferentes estatutos de autonomía han supuesto una auténtica cesión competencial en diversos campos, como la administración de justicia, las relaciones internacionales, lo relativo a hacienda y deuda del Estado y, por supuesto, los derechos y deberes de los ciudadanos, que por mucho que nos cuenten no son los mismos en Lugo que en Madrid o Bilbao.

2.- El Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2010:

Gracias al amigo Zapatero, que animó descaradamente a los gobiernos nacionalistas a presentar lo que se les pasara por la cabeza en la reforma del Estatuto, nos encontramos con un texto largo y farragoso que está pensado para cogerlo por donde les interese, y redactado con miras a la situación actual. Este escenario lleva muchos años de gestación.

Dice su artículo 122, titulado precisamente “Consultas populares”:
Corresponde a la Generalitat la competencia exclusiva para el establecimiento del régimen jurídico, las modalidades, el procedimiento, la realización y la convocatoria por la propia Generalitat o por los entes locales, en el ámbito de sus competencias, de encuestas, audiencias públicas, foros de participación y cualquier otro instrumento de consulta popular, con excepción de lo previsto en el artículo 149.1.32 de la Constitución.
Lo primero que llama la atención es la barbaridad de que sea la Generalitat, es decir, el poder ejecutivo, el que establece el régimen jurídico de las consultas. No se atribuye al Parlamento Catalán, que sería lo suyo, sino que es una cesión legislativa o normativa a un gobierno.

Lo segundo es que si se fijan este artículo habla de “consulta”, que es el nombre con el que desde el principio y con gran habilidad, han denominado Mas y sus colegas a este referéndum. ¿Casualidad? No lo creo. No dan puntada sin hilo.

3.- La constitucionalidad del Estatuto:

El Estatuto de Autonomía fue recurrido también en este artículo pero el Constitucional lo dejó tal cual, sin tocar. La sentencia 31/2010 de 18 de junio, hace una interpretación y habla de que un referéndum es “un tipo de consulta”, lo que abre la puerta a que haya más tipos no incluidos en la referencia constitucional.

Una consulta sólo se considera referéndum cuando cumple unas características: Es aquella “cuyo objeto se refiere estrictamente al parecer del cuerpo electoral (expresivo de la voluntad del pueblo: STC 12/2008, de 29 de enero, FJ 10) conformado y exteriorizado a través de un procedimiento electoral, esto es, basado en el censo, gestionado por la Administración electoral y asegurado con garantías jurisdiccionales específicas, siempre en relación con los asuntos públicos cuya gestión, directa o indirecta, mediante el ejercicio del poder político por parte de los ciudadanos constituye el objeto del derecho fundamental reconocido por la Constitución en el art. 23 (así, STC 119/1995, de 17 de julio).” (STC 103/2008, FJ 2).”

Esto quiere decir que sí hay consultas que, con la Constitución en la mano, puede crear, regular y ejecutar la Generalitat. 

4.- Conclusiones:

Visto todo lo anterior, no tengo tan claro que la consulta que propone Mas sea inconstitucional. Todo depende de cómo la plantee. Si es listo, que lo es, puede sortear el escollo constitucional con cierta facilidad, por ejemplo convocando la “consulta” sin usar la administración electoral.

Como dijo el gran Albus Dumbledore (déjenme meter esta referencia al genial personaje de Harry Potter para quitar hierro al asunto) “las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infligir daño y de remediarlo”.

¿Y entonces qué? Pues que se abrirá más aún la fractura social que se está creando de forma irresponsable en Cataluña y a la que se ha dado alas por visiones cortoplacistas y electorales. La visión de Estado está nublada por la inmediatez de unas y otras elecciones, que han condicionado a algunos de los que tendrían que velar por la unidad de España, tachando de fachas a los que se preocupan por el futuro de este país.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Gallardón se va

La dimisión de Gallardón es un acto de coherencia. Después de que su proyecto más mediático, a pesar de que no creo que fuera su intención, se meta en un cajón no le quedaba más remedio que hacer lo que ha hecho, marcharse.

Con Gallardón sólo hablé una vez en toda mi vida, por teléfono. Yo era un estudiante de ciencias políticas que organizaba un ciclo de conferencias en mi colegio mayor. Él era, nada más y nada menos, que el todopoderoso presidente de la Comunidad de Madrid, con una popularidad que hacía palidecer la de líderes del PP nacional y que demostró con su exitoso asalto a la alcaldía de Madrid. Y me llamó para decirme que no podría dar la conferencia a la que lo habíamos invitado.

Un detallazo que a pesar de todo lo que ha pasado a lo largo de los años me cuesta olvidar, porque en el fondo todos somos humanos, y con esa deferencia te ganas fieles, como bien sabe nuestro actual Alcalde, que es un experto en la materia.

Gallardón era el “progre” del PP, el que la izquierda decía que tenía que ser el modelo de la derecha, el que “no pega con el PP, debería estar en el PSOE”… y entonces se hizo ministro. Y se abrieron las diversas cajas de Pandora, y la izquierda pasó de aplaudirle a mandarlo a las catacumbas de la perdición.

El tema del aborto, como ya escribí en su día en este blog, me parece tan complejo que no osaré a dar recetas de máximos como se suele hacer con estos temas. Sin embargo hay que reconocer que la ley en vigor es una barbaridad en algunos puntos, si bien en otros es aceptable. El problema es que se pasó de una postura de máximos a otra igual de extrema, y así se armó el cirio pascual que hay sobre la mesa.

La retirada de la reforma y la dimisión de Gallardón es un alivio para unos, pero también una traición para otros. Los llamados “provida” pondrán (con razón, al menos con su razón) el grito en el cielo porque se les priva de una promesa electoral, mientras si piensa alguien que los demás partidos aplaudirán la “moderación” de Rajoy pierde su tiempo, porque se venderá como un signo de debilidad del gobierno.

España tiene sobre la mesa un reto fundamental, el del secesionismo catalán. El propio Gallardón reconocía el otro día que era el único tema sobre la mesa que desbancaba a todos los demás, una vez la economía ya parece estar encauzada y la amenaza de rescates y bancarrotas estatales son un mal recuerdo que cada vez queda más alejado.

No sé si han visto La Locura del Rey Jorge, una extraordinaria película sobre el rey británico que perdió “las colonias” (hoy conocidas como los Estados Unidos). Es normal que ni Rajoy dirija todos sus esfuerzos a luchar por no ser el Presidente en cuyo mandato se perdió Cataluña, y de hecho es una cuestión que trasciende al Gobierno, es una cuestión de Estado.

España ha demostrado que no hay reto inalcanzable. Cuando todas las quinielas y los augurios hablaban de catástrofes inevitables y colapsos inminentes llegó Rajoy y enderezó el timón, a costa de un esfuerzo titánico por parte de todos, pero que es mucho más llevadero que el abismo al que nos dirigíamos a toda máquina.

Sacrificar un alfil en esta partida no es lo peor que podría pasar, aunque sea Gallardón.

lunes, 22 de septiembre de 2014

El dilema de Besteiro, o un análisis de futuribles

Para muchas personas la noticia de que Orozco se vuelve a presentar es buena o mala, pero dudo que tenga tanta trascendencia para alguien ajeno al propio candidato como la que supone para el actual Presidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro. Esto se debe a su situación particular, que es, en este momento, un campo de minas.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que Besteiro es, además del mandamás de la diputación, el secretario general de los socialistas gallegos. Esto quiere decir que hay una probabilidad del 99% de que sea el candidato a la Presidencia de la Xunta de Galicia, ya que lo de las primarias en el PSOE se hace cuando interesa. Por ejemplo Orozco va de candidato sin primarias a pesar de que presumen de ellas cuando les sacan el tema. Recordemos las declaraciones del propio Besteiro que decía que "El PSOE va a afrontar unas primarias y eso no lo pueden decir otros partidos, en un proceso democrático y transparente". Se ve que esa “democracia” y la “transparencia” es de vaivén, y sólo para las ocasiones, como los comedores en las casas de los 70.

Bien, una vez hemos establecido como base que será casi con total seguridad el candidato a la Xunta, o eso pretende, hemos de recordar también que para ser Presidente de la Diputación de nuevo ha de ser antes concejal, como es actualmente en la corporación de Orozco. Ahí está su problema.

Tiene dos opciones para optar a repetir como Presidente de la Diputación, suponiendo que el PSOE mantenga su pacto con el BNG y que el PP no saque absoluta en los ayuntamientos de la provincia:

Opción 1.- Ir de número 2 en la candidatura de Orozco, como hizo el mandato en curso. Su problema es que en estos cuatro años Orozco se ha enfrentado a múltiples imputaciones, alguna de las cuales se mantiene, y si bien Besteiro no ha dicho lo de “nosotros no llevamos imputados en nuestras listas” hasta donde yo sé, no es precisamente lo mismo aceptar que alguien en esa situación se presente en su provincia que ir de segundo de a bordo. Es avalar con su propia persona a un imputado y enlazar su futuro a lo que pueda pasar en el juzgado. Realmente arriesgado para quien quiere presidir la Xunta. Una condena a Orozco supondría el fin de su carrera para vencer a Feijoo.

Opción 2.- Presentarse en otro ayuntamiento de la provincia, con el frágil argumento de “dar protagonismo a la Mariña” o “a la Galicia interior, la gran olvidada”. Besteiro es bueno dando discursos de ese tipo así que es una opción, pero a estas alturas es difícil que cuele que su interés es diferente a alejarse de Orozco, al que dejaría a los pies de los caballos. Un argumento demagógico difícil de vender hasta para Besteiro.

Pero hay una tercera opción. Personalmente creo que Besteiro tiene oportunidad de hacer una jugada maestra: renunciar a la Diputación y no presentarse a su presidencia. Supondría perder el gran altavoz público que le supone dirigir una institución y, por otro lado, un sueldo asegurado bastante jugoso. Sin embargo tiene varias ventajas que le podrían compensar:
  1. Cuenta con el sueldo que le pagará (imagino) el partido socialista como Secretario General, con lo que no se tendría que preocupar de otra cosa y se dedicaría a jornada completa a poner orden en su casa.
  2. Sería un paso para dejar de parecer un señor feudal encerrado en su castillo, dando un paso hacia la “regionalización” de su figura. Vincularse a una diputación es un mensaje peligroso para las otras tres provincias si pretendes presidir la autonomía.
  3. Podría venderlo como una renuncia “por responsabilidad”. Si las elecciones autonómicas son a mediados de 2016, es decir, un año después de las municipales, no parecería muy lógico presentarse a la diputación para después marcharse y dejar a un desconocido como sustituto. Probablemente Santín.
Creo que es un análisis bastante desapasionado de la situación a la que se enfrenta, y es una decisión que no es fácil, porque si hace lo que yo considero más acertado se arriesga a dar un salto al vacío sin que haya una red debajo... Bueno, es un decir. En cualquier caso desde 2016 a 2020, que es tiempo, tendría asegurado un sueldo como diputado autonómico, pero aunque para muchos eso es un buen premio de consolación puede parecer una pobre compensación para quien pretende picar más alto… mucho más alto.

Desde luego queda feo presentarte a presidir la Diputación cuando todo el mundo sabe, porque tú lo has dicho, que tu objetivo es otro, es presidir la Xunta. ¿Es utilizar la Diputación como peldaño? Vale que es una institución poco apreciada, pero no tanto como para ser puente de nadie.

Y ustedes ¿qué opinan?

viernes, 19 de septiembre de 2014

El San Froilán es para TODOS los lucenses

Piden los senegaleses residentes en Lugo que se les den ventajas para instalar sus puestos en San Froilán. Me parece bien. Cualquier lucense, y yo considero lucense a todo aquel que viva en Lugo, debe tener ventajas no sólo para disfrutar sino para obtener rendimiento de las fiestas patronales de nuestra ciudad.

Si los aspirantes a obtener licencia para abrir las casetas del pulpo tienen más papeletas para conseguir ganar la adjudicación por el hecho de que su empresa esté en nuestro municipio, no veo por qué esto no puede suceder con los demás temas, tanto comerciales como de ocupación de vía pública.

El fin de semana pasado estuve en Oviedo en las fiestas de San Mateo. A veces parece que me encantan las fiestas, porque no hago más que escribir de las que veo, pero esto fue de casualidad porque iba a bajar el Sella en canoa (es en serio, ya les contaré) y coincidieron las patronales. Otras veces sí voy a propósito, como en Pontevedra y su Feira Franca, que es digna de ver y disfrutar.

Pero a lo que iba. En Oviedo las fiestas patronales las viven de otra manera, dando por sentado antes de nada que las fiestas son de la ciudad. Y lo consiguen. Te sientes como un visitante (lo que realmente eres) en casa de unos amigos que están celebrando el cumpleaños de la abuela. Es un ambiente festivo como pocas veces he visto pero sin caer en la chapuza que se respira en otros lugares.

Para empezar, Oviedo tiene la gran ventaja de que sus calles son el triple de anchas que aquí, con lo que se facilitan enormemente las cosas. En el centro de la ciudad se instalan una serie de grandes sidrerías (la mayoría con dos alturas, usando la planta superior como almacén por lo que vi y la baja para atender al público) que llaman cariñosamente chiringuitos, aunque están mucho mejor montados de lo que la palabra da a entender. Pero estos chiringuitos no son explotados por empresas de fuera que van a instalarse en las fiestas, sino por asociaciones vecinales, culturales y deportivas de todo tipo que utilizan este recurso para financiarse y dar brillo a las fiestas. Una idea estupenda a considerar.

Los hosteleros, por su parte, montan el “gastromateo”, una alternativa supuestamente más profesional. Mientras los primeros venden raciones y bocadillos los segundos ofrecen platos de jabugo al corte y cosas de ese tipo. Vamos, que hay de todo para todos.

En Lugo, sin embargo, lo tradicional en los últimos años es que aterricen en la ciudad empresas de fuera para instalarse en las principales plazas del casco histórico, con sus grandes parrillas y hogueras (por cierto, hogueras que luego se prohíben en San Juan…) para entablar una competencia que según se mire puede ser discutible, sobre todo porque cuando los propios de Lugo piden estirar las terrazas (pagando, por supuesto) la contestación es dar la callada por respuesta.

Las fiestas son para los lucenses, aunque el espíritu que nos caracteriza de buenos anfitriones hace que demos la bienvenida a todo el que quiera participar. Pero son para los lucenses, insisto, y por eso me parece no sólo normal sino básico que si los habitantes de esta ciudad, tengan origen senegalés, malasio o del barrio de la Chanca o la Milagrosa, quieren montar un puesto tengan más facilidades que un tipo que viene de Rodrigatos de la Obispalía. Si tener nada contra los… ¿cuál es el gentilicio de Rodrigatos de la Obispalía?... los de allí.

jueves, 18 de septiembre de 2014

El detallazo de Orozco con los funcionarios

Un detallazo que tuvo el Alcalde con los funcionarios del Ayuntamiento: para ahorrarles trabajo, que la gente está muy liada en las oficinas municipales, se cargaron la estatua de la matrona del parque sin molestar a los técnicos con el engorro de tener que tramitar el oportuno y obligatorio expediente administrativo, sin hacer concurso de ideas, sin autorizaciones de ningún tipo, sin licencia ni proyecto... Todo por no molestar. No me digan que no es un solete.

Ahora en serio, es otro melón judicial el que se abre a Orozco en Lugo, aunque él no se preocupa de frutas porque está deshojando flores. Ahora esa escultura que la mayor parte de los lucenses ni siquiera habían observado con detenimiento en su vida (estaba en un rincón bastante discreto del Rosalía de Castro) se ha convertido en la tercera pista del circo que es la política de nuestra ciudad en los últimos años.

Ayer declararon en el juzgado, que va camino de ser el “¡Hola!” lucense, ya que si no te imputan parece que no eres nadie, el exconcejal Piñeiro y José Luis Otero, de Fundiciones Pardo.

El primero reconoció que el asunto de la matrona se hizo, como les decía, sin acuerdo municipal, sin licencia, sin proyecto, sin proceso de adjudicación, ni junta de compras, ni expediente… vamos, lo que se vendría a considerar por las bravas. Supongo que si dicen eso en un juzgado será porque consideran lícito o aunque sea medio normal hacer tal cosa, lo cual es lógico cuando en el gobierno al que perteneces la mitad de los servicios públicos están operando sin un contrato en vigor.

Piñeiro y Otero declararon que hubo varias reuniones para ver cómo se podía pagar aquello (por cierto, 127.000 euros de “aquello”), y que el propio Orozco reconoció que no sabía cómo le iban a pagar porque los funcionarios le tenían “mucho miedo a la jueza y ninguno quiere hacer el expediente”. ¡Qué cosas! ¡Vaya cobardes! ¡Mira que no querer tramitar un procedimiento totalmente ilegal basado únicamente en “porque yo lo digo”! Habrase visto…

Más allá de la justificación que esa resistencia de los funcionarios a no hacer cosas ilegales, lo que por cierto pueden hacer porque tienen una oposición aprobada y el Alcalde no los puede echar a la calle por contrariarle, y más allá de que el desmontaje y el tratamiento dado a la estatua fue una chapuza de marca mayor (quizás ahí está la “marca Lugo” que tanto buscan), aquí hay un claro ejemplo de cómo se hacen las cosas en el Ayuntamiento, de forma arbitraria, caprichosa y basada únicamente en el arranque torero de un concejal o un alcalde. Y eso no puede ser.

Un detallazo de Orozco, no tramitar expediente
para ahorrar trabajo a los funcionarios
Lo gracioso es que el propio Alcalde de Lugo está de acuerdo en hacer una intervención sin licencia ni ningún tipo de proyecto o de control, pero como un ciudadano de a pie tenga la osadía de pintar la puerta de su casa sin tramitar el oportuno papelito con sellos de colores le crujen a sanciones, y si su edificio está dentro de murallas, mejor que venda la casa para pagar las multas. De acuerdo en controlar la acción privada, pero en palabras de Pedro Ruiz, “para tener la boca grande hay que tener el culo limpio”, o lo que es lo mismo, hay que predicar con el ejemplo.

Eso sí, mientras se daban estas bochornosas explicaciones en el Juzgado, en el Ayuntamiento el señor Álvarez, a la sazón portavoz del gobierno, le dice a Jaime Castiñeira algo que suena a “jo, ya vale, juego revuelto, tío te estás pasando, venga, anda, para…” lo que en lenguaje políticamente correcto se traduce en algo como “están haciendo propuestas electoralistas”, que es lo que algunos dicen cuando no quieren dar la razón al oponente aunque la tenga. También dicen que abusa mucho del tema de la ORA, en lo que pueden tener razón, porque anda que no hay otros temas con los que sacar los colores a Orozco y sus muchachos, si bien el de la zona azul, controlada por una empresa que está más tiempo en los juzgados que la Pantoja y que está acusada de dar regalitos al gobierno local (presuntamente por supuesto), es una preocupación real de la ciudadanía, que ve pasmada cómo se ratean 6.000 euros para que Lugo sea Capital Gastronómica Española pero se construyen cafeterías públicas por doquier.

También es curioso que en el mismo día en que en el juzgado su excompañero Piñeiro reconocía que las cosas se hicieron saltándose todos los procedimientos administrativos, justifique los retrasos en obras acordadas en junio a causa de la tramitación de los proyectos. No me digan que no es tierno, ver cómo según interese la legalidad se cumple a rajatabla o, una vez más, se habla de no poner "puertas al campo", saltándose a la torera las normas que no apetece cumplir.

De coña.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Quo Vadis, Orozco?

¿A qué tanto misterio? ¿Cuántas margaritas ha de deshojar Orozco para decir si se presenta a la reelección o no? No lo entiendo, y aunque tampoco es que me obsesione el tema ni mucho menos, desayunarse día sí día también con las cábalas de rigor sobre si intenta repetir un nuevo mandato me tiene un poco harto, para serles sincero.

Lo primero que llama la atención es que parece que ahora la cuestión sólo depende del señor Orozco una vez obtenido el "placet" del partido (¡qué remedio les quedaba!) y la aquiescencia de Besteiro, que tiene delante un papelón bastante complicado. Sin embargo, aunque insisto en que ya es una decisión unipersonal, se está haciendo de rogar, así que muy claro no lo debe de tener. Eso es llamativo en alguien que asegura que su gran pasión es la política municipal, lo que es muy creíble porque quizás ahora no, pero en su momento pudo haber pedido casi lo que quisiera y lo habría obtenido, pero se mantuvo en Lugo.

Si una persona que disfruta con su puesto como realmente creo que lo hace, está dudando de si volver o no a repetir, es que hay condicionantes muy poderosos que le hacen replantearse el tema, y me imagino que no será un tema menor tener a los juzgados detrás desde hace unos años.

Personalmente creo que sí se va a volver a presentar, y les diré que me parecería lo normal. Hasta el peor enemigo de Orozco le reconocerá una voluntad firme y un valor u osadía considerables. No creo que sea el miedo lo que le haría decidirse por el “no”, sino más bien una cuestión de cansancio que tampoco le pega mucho. Sería una opción difícilmente explicable si no se vuelve a presentar.

Hoy en día el PSOE no tiene recambio para la alcaldía, pero para Besteiro es un quebradero de cabeza tanto que Orozco se presente como que no lo haga. Si no va, tiene que buscar a toda prisa un sustituto razonable que no haga mucho el ridículo, ya que si pretendes presentarte a las elecciones autonómicas en un plazo más o menos breve quedarías fatal si en tu ciudad vas de número dos de quien saca 6 concejales. Pero si Orozco se presenta Besteiro corre un riesgo aún más grande, que es que el hoy alcalde sea procesado por alguna de las muchas causas que todavía están sobre la mesa, y entonces la situación es más violenta todavía, porque serías el número dos (con el apoyo que eso implica) de quien, con las normas de tu partido en la mano, ni siquiera se podría presentar a las elecciones.

Orozco tiene una razón muy poderosa para presentarse en la plaza de Avilés. Si un juzgado decide imputarlo, procesarlo o lo que sea y es candidato a la alcaldía siempre puede ponerse a gritar a los cuatro vientos que es una maniobra política, y mucha gente le creerá porque, en el fondo, todos queremos creer que no tenemos un chorizo al frente de la ciudad. Pero si se marcha para su casa se quedará solo, con un abandono que sólo las personas que han estado metidas en política y cesan en su actividad pueden conocer.

Los que hoy le llaman guapo, simpático, listo y generoso pasarán a decir que es feo, borde, tonto y tacaño, porque no alaban al hombre sino al cargo y al poder. Lo he visto demasiadas veces como para pensar que no va a pasar en esta ocasión.

Voy a hacerles una confesión que posiblemente les sorprenda. No tengo posibilidades de presidir el club de fans de Orozco ni mucho menos, y creo que ha sido un pésimo alcalde aunque sin duda el mejor político (en el sentido más pleno de la palabra) que ha habido en Lugo desde que yo tengo memoria. Sin embargo, y a pesar de lo que pueda parecer, no me cae mal. Más bien al contrario.

He escrito mucho en este blog contra sus medidas y los pasos que ha dado en la alcaldía, pero jamás debe entenderse que es algo contra una persona a la que respeto. Algo me dice que esa sutil diferenciación es poco apreciada por el que recibe las críticas, pero es importante. Al menos para mí.

martes, 16 de septiembre de 2014

Tres propuestas indiscutibles y una razonable para la ORA


Poste de la ORA en Lugo
Foto de El Progreso
Hay dos formas principales de entender el sistema ORA. Su acrónimo significa Organización Racional de Aparcamientos, por lo que parece entenderse que la intención del sistema es que un vehículo no esté estacionado dos semanas, mangado en una zona de amplia circulación. Sin embargo el tiempo nos ha demostrado que para las administraciones locales hay una segunda motivación, que no es otra que cobrar más impuestos, sencillamente, y en lugar de aspirar a la autofinanciación (es decir, que el pago del ticket cubra los costes de mantenimiento del sistema) se busca descaradamente la financiación municipal.

Sede del grupo Vendex - Foto de El Progreso
Por supuesto hay desviaciones patológicas, como es el caso de Lugo donde un nimio porcentaje (creo recordar que es el 20% y ahora me da pereza buscar el dato exacto) va a parar a las arcas municipales mientras el otro 80% se destina a financiar al grupo de empresas Vendex, ese que, presuntamente, es tan amigo de nuestros regidores que, presuntamente de nuevo, hasta les manda regalitos.

Juan Carlos Plaza
La ORA, pues, se ha convertido en un lupanar financiero donde se hace negocio de lo que se suponía que era una cuasi-perversión del servicio público, ya que se cobraba de más por el uso de algo que ya habías pagado (el impuesto de rodaje se supone que está para esas cosas).

Pone sobre la mesa el concejal Juan Carlos Plaza, del grupo popular que encabeza Jaime Castiñeira, una serie de propuestas para la ORA que, francamente, me parecen no sólo acertadas sino indiscutibles, salvo una que podría abrirse a debate. Las propuestas son las siguientes: 
  1. Convertir en gratuitos los primeros 20 minutos de estacionamiento.
  2. Crear tarjetas de residente por zonas y no por calles.
  3. Que los tramos de pago sean de 5 minutos.
  4. Sábados gratuitos. 
El primer punto me parece totalmente básico. Los 20 minutos gratuitos te dejan hacer un recado en el centro (que es donde más abunda lo del rollo ORA) sin pagar, y con lo tacaños que somos para aparcar (aunque luego vamos a La Coruña y metemos el coche en el subterráneo sin pensarlo dos veces) aunque sólo sea para no meter unos céntimos recogeremos el coche en ese breve plazo, mientas dejamos el papel de rigor en el registro de la Xunta o del Ayuntamiento, con lo que la movilidad será mayor, y recordemos que se supone que esa es la intención de este sistema.

La segunda propuesta la veo igual de indiscutible. Que tengas tarjeta de residente pero no te permita aparcar más que en tu propia calle es del género tonto. ¿Y si no hay aparcamiento en mi calle pero sí en la paralela tengo que fastidiarme? Es totalmente absurdo. Lo lógico es que la residencia sea por zona, y que en un radio razonable puedas dejar el coche usando tu tarjeta.

La reducción de tramos también me parece de sentido común. Que tengas que pagar o media hora o una hora es absurdo si tú lo que quieres es estar 45 minutos (es un ejemplo, quizás los tramos no sean esos), o al revés, si tienes únicamente una moneda de 50 céntimos es ridículo que parezca que juegas a las siete y media, y o te pasas o no llegas. Quizás esos 50 céntimos no lleguen al tramo siguiente pero superen el anterior, con lo que en vez de pagar lo que necesitas, que pueden ser 30 minutos pagarás 45 y perderás la diferencia.

Por último, lo de hacer gratuitos los sábados, me parece la menos indiscutible de las propuestas y habría que pensarlo con calma. No es que me parezca mal, es que creo que puede tener puntos débiles, ya que los sábados por la mañana abre casi todo el comercio y seguramente interesa la movilidad de la ORA, aunque no lo tengo claro. En cualquier caso, tres propuestas indiscutibles de cuatro, siendo la cuarta una que habría que estudiar pero que no suena mal, es una gran labor por parte de Juan Carlos Plaza. Y hasta la presentación de la idea es bonita.

Ahora a ver qué dicen los demás, pero es evidente que cualquiera de estas propuestas es muy difícil de rebatir a menos que se esté buscando un objetivo diferente del que marca la creación del sistema ORA.

lunes, 15 de septiembre de 2014

El problema no son las bicis sino el público

Que una actividad deportiva como la vuelta ciclista, en que son los pedaleos los que mueven el vehículo sin gastar ni un litro de gasolina, se celebre en un espacio natural como los Ancares, no debería extrañar a nadie ni mosquear al personal. Sin embargo eso es una visión quizás un poco simplista del tema, ya que el problema no son las bicis, sino la parafernalia que se asocia con una prueba de este nivel.

Tampoco es que haya tantísimos coches de la organización como para suponer un perjuicio a la zona, pero es el público, numeroso al ser un sitio donde nunca ocurre nada (de ahí su belleza), el que causa los más graves destrozos y problemas. Un amigo publicaba ayer una foto en Facebook de un botellín de cerveza abandonado en la zona, testimonio de los muchos más que veía por todas partes. Ese sí es el asunto.

Que la humanidad en cuanto se congrega en grupos de más de 50 personas pierde la vergüenza, el sentido común y las formas es un hecho de difícil contestación. Ahora que venimos de pasar unos días de vacaciones y muchas personas han ido a lugares donde normalmente hay grandes masas de gente, tendremos frescos los recuerdos más negativos de la convivencia humana: el caradura que se pretende colar, el imbécil que se pone a gritar en el hotel a las 7 de la mañana porque le sale el avión y le importa un cuerno despertar al resto del edificio, el tontaina que mientras espera para ver un museo tira el papel del bocata al suelo, los que dejan los restos de la merienda en la arena de la playa…

Ejemplo de basura en Los Ancares tras la vuelta ciclista
Los comportamientos incívicos son tan variados como creativo es el ser humano para bien y para mal, y por desgracia los maleducados son legión. Incluso gente que se considera a sí misma razonablemente ilustrada en determinadas situaciones pierde completamente el norte y se vuelve lo peor que se puede ser: un turista.

No hay nada más desagradable que ver a algún señor notario de vacaciones donde cree que no lo conoce nadie (no se me ofenda nadie, digo un notario como ejemplo, me vale cualquier otro que en condiciones normales no puede salirse de la línea por el “qué dirán”). Es como si quisieran descansar del barniz de civilización que se ponen por las mañanas en su vida diaria y se convierten en turistas, que no viajeros, a la caza de la foto ante el monumento de rigor y la compra del producto “típico”, que suele estar fabricado en China, lo que le quita todo el encanto a menos que realmente estés en China. 

Tampoco hay que ponerse pijos y decir “yo no me hago fotos”. A todos nos gusta tener un recuerdo, y ya sea el llavero de la Torre Eiffel o la foto delante del Coliseo, siempre es muy socorrido conservar imágenes para, con el paso de los años, recordar mejor los viajes. No me refiero a eso, sino al memo que te da el codazo para apartarte y salir mejor en la foto, o el borde que te mira mal porque pasas por donde no tienes más remedio que pasar mientras él posa durante media hora para conseguir la pose perfecta.

Pues volviendo al principio, lo de los Ancares es lo mismo. Si la gente que va fuera civilizada, aparcara donde se debe, se situase en los sitios adecuados, recogiera sus desperdicios y tratara de visitar el lugar sin dejar “su huella”, no habría problema alguno en organizar la vuelta ciclista en esa zona. Pero no somos así, en masa los humanos somos lo peor, y no hay más que ver cómo quedan las ciudades después de cualquier fiesta patronal, con sus toneladas de basura tiradas por el suelo.

Cola en las Catedrales - Foto de La Voz de Galicia
Para Galicia es una gran promoción que la vuelta pase por nuestra tierra, y en mi opinión es bienvenida, y la entrada en los Ancares proyecta la imagen de un paraíso natural que no nos viene mal vender… dependiendo de quién compre. Si se va a convertir en un circo de tres pistas lleno de gente que va a empujones casi prefiero que se quede como estaba, y si no, miren lo que ha pasado con la playa de Augas Santas, conocida como las Catedrales, que pasó de ser un paraje paradisíaco a ser lo que es hoy.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Forges, cine y Lugo, una combinación insuperable

Descarga aquí el programa de la semana de cine de autor
CUIDADO: "Pesa" 150 megas así que si entras con móvil bájatelo con wifi únicamente ;)

Que en mi opinión Forges es uno de los más grandes dibujantes de este país, es fácil de demostrar, ya que no es infrecuente que utilice alguna de sus geniales viñetas para ilustrar algún artículo de este blog. Hay pocas personas que hayan conseguido hacerse un hueco y plasmar con unos sencillos trazos (sencillos para él, a mí me saldrían botijos en vez de personas) la realidad de muchas situaciones y encima hacerlo con gracia.

Una vez más Forges se vincula a actividades culturales, habiendo diseñado el cartel de la 36ª Semana Internacional de Cine de Autor de Lugo, que comienza el próximo lunes día 15 y cuyo programa les enlazo aquí para que el que quiera se acerque. Dudo que con tanta oferta y tan variada no haya algo que les atraiga así que échenle un vistazo con calma que seguro que se animan a ir al cine, una actividad que desde que dispararon los precios es casi prohibitiva pero que en Lugo, una vez al año, es asequible gracias al grupo Fonmiñá, que lleva encabezando este tema desde los años 70.

Forges siempre ha demostrado su inclinación a apoyar a colectivos y acciones culturales, e incluso chavales como los del IES Celanova tuvieron la suerte de contar con su brillo para actividades desarrolladas por el instituto.

En 1980 Forges fue al Verruga y firmó el libro de oro que había en el restaurante. Un libro de oro que se extravió y del que no tenemos noticia, lo que es una pena auténtica porque había autógrafos como el de Adolfo Suárez, que comió allí siendo presidente (algún les contaré una curiosidad sobre eso) y el original del de Forges, del que conservamos sólo una copia, de bastante mala calidad por desgracia.

Cosas que pasan, es cierto, pero a realmente es un fastidio porque ya les digo que es de esos dibujantes de cabecera que disfrazan de humor lo que no es gracioso y que consiguen arrancarte una sonrisa con un simple “¡grandioso! o un “tontolhaba”.

Un acierto por parte de la organización contar con Forges y un honor que el artista haya aceptado el ofrecimiento. Un lujo con el que Lugo viste una vez más un certamen que va camino de sus cuatro décadas, que es mucho decir, y que a pesar de los pesares goza de una salud envidiable.

Bienvenido, don Antonio, y esperamos que la Muralla entre en sus viñetas el día menos pensado. Y si es por algo bueno ya ni le cuento.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Viajando hasta ves cosas y todo

Viajar es algo maravilloso. Casi tanto como volver a casa. Lo malo es que normalmente hoy día tienes poco tiempo y aún menos recursos para tomarte las cosas con la calma que requieren, y nos limitamos a hacer turismo, que es como ver la película en vez de leer el libro.

Atrás quedan aquellos viajes de meses que se hacían en el siglo XIX, con diarios de anotaciones llenos de asombrosas afirmaciones que luego, encima, resultaban ser ciertas. Imagino la cara de pasmo del primer gallego que vio las pirámides de Egipto, o del londinense que visitó las ruinas del Coliseo. Esos tiempos quedaron atrás, y aunque soy bastante forofo de los viajes, reconozco que el turista medio me repugna bastante porque suele ser bastante maleducado y muy poco considerado, quizás porque está donde no le conoce nadie y puede dar rienda suelta a su falta de urbanidad.

Hoy los viajes son casi siempre una especie de excursión organizada, aunque vayas por libre, en que como rebaños de borreguitos hacemos interminables colas para emitir exclamaciones de poco convincente asombro ante cosas que se supone que nos tienen que dejar boquiabiertos, aunque realmente nos gusten poco o no nos sorprendan demasiado porque estamos hartos de ver fotos, vídeos y demás sobre las mismas cosas cada cinco minutos.

Basílica de San Pedro, para mi gusto
una pesadilla de mármoles y ostentación
Cuando cuentas que a ti no te gustaron ni Estambul, ni la Basílica de San Pedro del Vaticano (por dentro, la plaza sí me gusta) o que Nueva York tampoco sorprende porque como infinidad de películas se hacen allí ya te conoces hasta los nombres de las calles (es una forma de hablar, que los nombres son fáciles por aquello de que son números), la gente te mira raro, como si blasfemaras contra lugares que te tienen que gustar sí o sí porque es lo que toca. Como si a todos nos tuvieran que enloquecer las patatas fritas o el caviar, habrá a quien no le gusten.

Sin embargo los viajes sí te permiten ver cosas que no necesariamente tienen que ser monumentos pero que te ayudan a pensar por qué usos y costumbres que aquí se dan por sentadas tienen que ser así mientras en otros lugares se hacen de otra manera.

Que en Houston los coches que van a girar a la derecha puedan saltarse el semáforo en rojo, por ejemplo, suena a barbaridad, pero si lo piensas con detenimiento tiene toda la lógica del mundo, ya que no atraviesan la vía perpendicular y, si van con cuidado y no viene nadie, no estorban haciendo esa maniobra.

Lo mismo ocurre cuando en Florencia ves que las bicicletas pueden ir en dirección prohibida siempre que se peguen al margen derecho de la calzada, lo que sorprende pero una vez que pruebas ves que no sólo tiene lógica, sino que es más seguro que ir en la misma dirección que los vehículos de cuatro ruedas, ya que nadie te rebasa y unos y otros son perfectamente conscientes de la situación del otro. Por cierto, que es un ejemplo de ciudad sin un solo carril bici (al menos que yo viera) ni sistema de préstamo público de bicicletas, y donde es el transporte rey de la ciudad.

Otra cosa sorprendente también la ves en España y en muchos lugares, pero como este año han tocado islas, pues de islas les hablaré: la proliferación de negocios de todo tipo, ya sean cafeterías, restaurantes, comercios de lo que sea, pequeños supermercados… en lugares donde aquí no se daría licencia porque no se cumple la famosa “accesibilidad”. Callejuelas estrechas, llenas de escalones, vericuetos imposibles y pendientes que desafían el agarre de la suelas de los zapatos dan como resultado lugares de incomparable estética y “relaxing cup of café con leche” (cómo te vamos a echar de menos, Ana) que no sé en el resto de España, pero en Lugo al menos están prohibidos porque todo tiene que ser accesible.

Antes de que se me rasguen las vestiduras les diré que soy una persona muy sensibilizada con el tema, porque me pasé varios años empujando la silla de ruedas de mi abuela y sé lo que es poder entrar o no poder entrar a un local con la silla. Pero lo cortés no quita lo valiente, y entre subvencionar los locales accesibles, que es una solución, y prohibir que no se pueda hacer ninguno en que no sea posible entrar con la silla, media un abismo. Si este impedimento fuera global habría pueblos enteros que no podrían tener tiendas.



En la isla de Naxos (Grecia), por ejemplo, el casco histórico es un laberinto de callejuelas llenas de escaleras y pendientes en las que una silla de ruedas no puede entrar. ¿Tiramos la ciudad y empezamos otra vez? ¿La dejamos sin comercio de ningún tipo ni hostelería? Pues no. Simplemente hay opciones para todos, desde las cafeterías y tiendas del puerto que están cerca del nivel del mar hasta otras que para llegar tienes que llevarte el equipo de alpinista, pero eso es cosa del que abre el negocio, que verá si le compensa o no (y en este caso me da que sí). Por cierto, el pueblo de marras es impresionante y su atractivo es, precisamente, ese laberinto de calles.

En este país las prohibiciones nos encantan, y lo que deberían ser opiniones se convierten normas de obligado cumplimiento, y no todo tiene que ser así. Es el primer mandato del liberal, y yo, a día de hoy, me considero como tal.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Lugo pierde otro tren


Lugo es una ciudad donde los trenes son escasos y suelen venir cada mucho tiempo, tanto literal como metafóricamente. Uno de esos trenes que el Ayuntamiento va a dejar pasar si no le da una “repensada” es el de la candidatura de nuestra ciudad a ser Capital Gastronómica Española en 2015.

Este título, otorgado por la Federación de Hostelería de España y la Asociación de periodistas de Turismo, da a la ciudad que alberga dicha distinción una proyección nacional de las que no se pueden comprar con dinero. Desde la grabación de programas de difusión nacional (como, por ejemplo, “Top chef”) hasta actividades durante todo el año con cocineros de reconocido prestigio como los titulares de estrellas Michelín, Lugo se podría convertir en un centro de atracción gastronómica. Pero el Ayuntamiento no lo ve.

Argumentan que supone un gasto inicial de entre 6.000 y 10.000 euros, cosa que no me queda más remedio que rebatir. Supongo que se refieren al coste de preparar el dossier de la candidatura, ya que dudo bastante que haya que pagar para optar al título. Si es así, ese coste es cierto siempre y cuando el señor Orozco y sus colegas hagan lo que hacen siempre: tirar de talonario (a cargo de los fondos públicos, claro, que no les duele) y encargar el “estudio” a una empresa (mejor si es de un colega) para que plasme unas cuantas obviedades en papel y le ponga un sello para presentar el “trabajo” en donde sea.

El problema de ese sistema es que sólo vale para consumo interno, porque si después te enfrentas a otras ciudades que se lo toman en serio nos ganan por goleada. Por ejemplo, el primer año que se convocó el concurso Lugo sí se presentó (parece que de aquella sí interesaba o sí había dinero) y mandaron unos folios encanutillados, mientras que Logroño presentó su proyecto en una caja de vino y, fíjense qué cosa, ganaron. No creo que su victoria se deba únicamente a la presentación, pero todo influye, para qué engañarnos.

Si tomamos el proyecto de 2012 y lo actualizamos, lo mejoramos y metemos a toda la hostelería de la ciudad en esto, Lugo tiene muchas posibilidades de ganar. “Y para comer, Lugo”, nuestro principal eslogan, el exitoso concurso de tapas, iniciativas como la del propio ayuntamiento de maridar gastronomía y literatura… no me digan que no tenemos mucho que hablar de gastronomía en esta ciudad. Pero el Ayuntamiento no lo ve, insisto.

Si ganáramos (aunque es difícil porque un engorroso requisito previo es presentarse, y parece que Orozco no está por la labor) habría que aportar 120.000 euros, que es bastante dinero. Sin embargo, la organización habla de que las inversiones e ingresos que puede reportar esto a la ciudad son de unos 8 millones de euros, con lo que las cuentas son claras.

Además, recordemos que aquí se gasta dinero en chorradas con mucha más facilidad: 900.000 euros en un centro de energías que no produce energía, 650.000 en una cafetería en el parque, 300.000 para “adecentar” la cafetería del cuartel de Garabolos (hoy cerrada si no me equivoco), una millonada para reparar la fábrica de la luz que no fabrica luz… y así podríamos seguir. Así que no me digan que por 6.000 euros, que es menos de lo que gastan en contratar a un colega (ahora sí, sin “presunto”, porque es un amiguete del gobierno local) para “coordinar” las fiestas de San Froilán, tarea que hasta donde yo tenía entendido corresponde al concejal del ramo.

En fin, que ya saben, a esperar a años venidero, como siempre. Ese es el verdadero problema de Lugo, que llevamos 20 años hablando de las mismas cosas y esperando por trenes que o no llegan o pasan de largo mientras nuestros dirigentes están a otras cosas, como dar concesiones administrativas a empresas que luego aseguran pagar a quienes las conceden.

Cosas que pasan en Lugo.

martes, 9 de septiembre de 2014

Una feira francamente buena

El fin de semana estuve en Pontevedra, que celebraba su Feira Franca. No sé si les ha coincidido alguna vez, pero es digna de ver. Es una feria de recreación histórica medieval, en que las calles se llenan de gente ataviada de ropa de época y la ciudad se decora de arriba abajo: cabinas de teléfonos, quioscos y papeleras son envueltas con tela de saco (por cierto, tela de saco limpia, no sacos de café reciclados), el suelo se cubre de paja…

Tengo que decir que me sorprendió una vez más ver la gran organización de la ciudad del Lérez por varios motivos. El primero es lo que les decía, que la ciudad sufre una transformación realmente impresionante. El segundo es ver cómo se organizan los mercados, y lo digo en plural porque, al menos que yo viera, hay por lo menos cuatro: uno de productos de época, otro de venta de comida, un tercero de restaurantes y el cuarto de “tiendas varias” de otro tipo donde había artesanía, un poco separada de puestos de productos incompatibles con el período recreado.

El que más me gustó, como se podrán imaginar, fue el de productos de época, porque eran reales, no como otras ferias (lamentablemente también en Arde Lucus, la comparación es inevitable) donde ora te venden la espada de Julio César, ora peluches de colores chillones. Aquí no: herreros, toneleros, canteros, curtidores… una auténtica exhibición de oficios perfectamente compatibles con la época, separados por varias calles de otro tipo de venta más mundana.

El tercer motivo por el que me quedé totalmente impresionado con la organización es que el domingo por la mañana a las 10:30 no quedaba ni rastro de la fiesta. Ni puestos, ni tela de saco, ni una brizna de paja en el suelo… nada de nada. El único testimonio de la fiesta era algún trasnochador que iba de retirada y dos dragones de colores que estaban en la plaza principal y que, por cierto, hasta podrían quedar allí todo el año por lo bien hechos que estaban. Un servicio de limpieza ya no eficiente, sino brillante, y una organización casi militar a la hora de recoger los puestos y hacer desaparecer cualquier señal de la Feira Franca.

También es llamativa la zona de juegos infantiles, donde los niños pueden subir en pequeñas atracciones impulsadas a mano (más bien a pie) por los barraquistas, y en vez de subir en un ovni o en un camión de bomberos lo hacen en un unicornio, un dragón o un caldero. Realmente muy estético, con un montaje cuidado y con variedad de posibilidades.

Es una fiesta muy bonita, que los que vamos de visita disfrutamos pero que los pontevedreses disfrutan mucho más. Se permite a los particulares poner carpas y mesas en la calle, frente a sus casas, para hacer comidas familiares, y los locales de hostelería instalan barras en el exterior y ponen mesas y sillas adicionales con permiso municipal. Es diferente que lo que pasa en Lugo, donde a los propios se les va con el metro a ver si se pasan un palmo, lo que no se permite ni siquiera pagando, y a los de fuera se les autoriza la instalación de enormes restaurantes móviles en medio de las plazas.


Pontevedra tiene un casco histórico enorme y bien aprovechado: en las calles estrechas hay terrazas estrechas, y en las calles anchas hay terrazas anchas. Y llenas de gente, disfrutando de la calle, que se supone que es de todos.

Si no han ido, apunten la cita para el año que viene. Merece la pena.