Últimamente visito mucho la plaza de abastos. La he redescubierto gracias a que me toca cambiar los hábitos alimenticios y empezar a comer algo más de verdura, que pasar de los cuarenta es el momento límite para empezar a cuidarse un poco en serio, y no hay lugar mejor donde ir a comprar productos frescos.
Lo de los palos no lo entiendo. Lo de la luz, tampoco |
Pasillo a ninguna parte |
Difícil de leer... sin luz |
Es evidente que está pensado para utilizar únicamente en horario de mañana, lo cual es ridículo porque la plaza funciona también de tarde, si bien es cierto que a medio gas... y a medio gas seguirá si no le echan una mano en estos temas a quienes tienen la valentía de estar allí metidos todo el día, que hay varios puestos que lo hacen.
Una vez entras en la plaza el panorama es bastante desolador, pero eso se debe principalmente a que si vas por la tarde no hay actividad en el piso bajo. Por la mañana tiene otro aspecto los días de mercado.
Los lucenses nos hemos acostumbrado a ver la plaza en obras. Lleva bastante más de dos años con andamios y molestias para los potenciales clientes. Recuerden que en noviembre de 2014 ya estaba inaugurada la polémica escalera exterior, donde el exalcalde Vicente Quiroga casi se rompe la crisma, y que sigue con las deficiencias constructivas que se denunciaron en su momento. Para hacer una comparación de esas tan odiosas, solo decir que los trabajos de excavación en el solar del Empire State Building de Nueva York se comenzaron el 22 de enero de 1930 y el edificio se inauguró el 1 de mayo de 1931. Un año y cien días para un rascacielos frente a los dos años largos que llevamos para reformar la plaza.
La escalera mecánica no existe y la ampliación de la escalera se usa de tiesto |
Eso sí, los placeros siguen pasando un frío tremendo, sin un sistema conjunto de reparto a domicilio, una guardería para que los clientes puedan dejar a los niños un rato y comprar tranquilos o siquiera una página web que valga de algo. Y luego, eso sí, millonadas en campañas publicitarias que no sirven para nada.
Los supermercados estarán encantados.