viernes, 28 de febrero de 2020

Promesas, promesas, promesas...

Si no fuera por Forges...
Los “compromisos” son relativos cuando hablamos de dinero público. Pueden venir a prometer, anunciar y jurar ante los Santos Evangelios lo que quieran que no te puedes creer nada hasta que veas las máquinas trabajando. Ni siquiera se puede uno fiar del Boletín Oficial, que antes al menos era la prueba palpable de que se iba a gastar la pasta, porque con la táctica de meter un dinero en los presupuestos y no ejecutarlo nos siguen tomando el pelo. Por eso es tan importante aplaudir las obras cuando se ejecuten y no cuando nos dicen que las van a hacer. Lo primero es la realidad, lo segundo es campaña electoral.

En Lugo tenemo muchísimos ejemplos de todos los gustos y colores sobre cómo se cachondean del personal. En enero de 2007, por ejemplo, el entonces alcalde Orozco aseguraba que las obras del nuevo auditorio en San Fernando comenzarían en un plazo de dos meses y que no había paralización alguna. En la campaña electoral de 2009 Feijoo aseguraba que si el Estado no electrificaba la vía Orense-Lugo lo haría la Xunta si él era presidente… hay tantos ejemplos de todos los partidos que no sabe uno por dónde empezar y solo pongo estos dos como muestra llamativa.

Pero la ciudadanía olvida algunas de esas promesas, y se centra solo en la de sus “adversarios” o las de aquellos partidos políticos con los que no comulga, es algo más que chocante, es incluso preocupante.

Por ejemplo, no he visto que nadie recuerde en ninguna parte aquel anuncio de que el Ministerio de Cultura aportaría 3 millones de euros para el auditorio de Lugo. La promesa se hizo hace ya unos añitos, cuando iba a hacerse en San Fernando, pero entiendo que es aplicable para su nueva ubicación. Cuando hubo la polémica sobre quién pagaba el equipamiento del Auditorio, no recuerdo que ni la Xunta ni el Ayuntamiento pusieran sobre la mesa ese compromiso estatal, quizá porque o gobernaba Rajoy o lo hacía Sánchez y no era prudente comprometer a los “propios”. También callaron como momias el resto de grupos, quizá por desconocimiento o falta de recuerdo de aquella promesa, no tengo ni idea.

Lo que está claro es que al final aquí se usan los compromisos como armas arrojadizas, con una peculiar amnesia de los propios para exigir los ajenos. No se trata de que la palabra dada tenga un valor o un peso específico, no, sino de arañar un puñado de votos porque es lo único que realmente importa.

Y los lucenses, convidados de piedra a todo esto, tragamos. Seguimos tragando con todo porque quienes aseguran defender nuestros intereses desde la sociedad civil, natural contrapeso del poder político, están enfangados mayoritariamente en esa lucha porque responden ante quienes les pagan las subvenciones de las que viven, y así nos va.

Yo también he faltado a mi compromiso: en varias ocasiones les he dicho que intentaría ser positivo los viernes, pero me lo ponen muy difícil por no decir imposible.

jueves, 27 de febrero de 2020

Los daños de la paranoia por el Coronavirus (dejen las mascarillas para quien las necesita, ¡coño!)

Afortunadamente aún hay quien busca informar y tranquilizar a la gente en vez de alarmar y conseguir visitas a lo tonto.

La película solo es interesante si el meteorito se dirige a la Tierra, porque si va a pasar a un millón de kilómetros ya me dirán dónde está la gracia y para qué van a ir en una nave a volarlo en pedazos. Esto hace que la calma, la mesura y la prudencia no vendan, por lo que la mayoría de los medios de comunicación están alimentando la histeria colectiva con el tema del puñetero coronavirus. Hasta en Lugo parece que estuviera chorreando por los cubos de la Muralla y disparando infecciones a toda la ciudad, y como ayer hubo un caso sospechoso se lió la cosa más aún y eso que fue negativo... pero aunque hubiera sido positivo hay que tomarse el tema con más tranquilidad. 

Somos como somos. En Lugo las mascarillas están agotadas y no se prevé que repongan el suministro así que la gente se está poniendo nerviosa. Nos dejamos llevar por las paranoias de cada momento porque el miedo es libre y compramos lo que nos pongan por delante. Les confieso que a mí se me pasó por la cabeza comprar mascarillas por si las moscas, aunque es una idiotez. En Lugo, que está a 500 kilómetros del caso confirmado más cercano hasta las ferreterías están agotando las que se usan para pintar porque nos venden que esto se encamina hacia el desastre. Hace pocos años la gripe A parecía que iba a terminar con la vida en el planeta y más recientemente que el ébola se extendería por España como si fuera un pegadizo éxito del verano. No pasó nada (ya me entienden, me refiero a escala local, porque el ébola sigue masacrando gente y ahora "no es grave" porque no son "de los nuestros", vaya mundo que tenemos...) salvo que algunos se forraron vendiendo geles para las manos y caralladas varias. 

Curiosamente nadie menciona que, según los datos oficiales, la última campaña de gripe supuso 525.300 casos y 6.300 muertes… solo en España. Y no se montó la que se está liando ahora porque lo vemos “normal”. Gonorrea, VIH, clamidia y sífilis de contagian porque la gente se lo monta sin condón pero ya ven, las mascarillas que no falten.

La cuestión no es solo que nos estén poniendo en alerta por algo que, siendo grave, tampoco es que suponga el fin de la raza humana, sino que nos va a acabar pasando como el cuento de Pedro y el lobo y el día que haya algo gordo de verdad nos va a dar la risa floja y nos tomaremos a pitorreo todas las precauciones, con lo que ahí sí que tendremos un problema serio. No me entiendan mal, claro que hay que tomar ciertas precauciones como no irse de viaje a Wuhan o procurar evitar ciertas zonas, pero vamos, que tampoco es que en Lugo haya que poner cinta aislante en las ventanas de casa. 

Por si fuera poco todo esto, la mayoría de las protecciones que se están comprando no valen para nada. Las quirúrgicas son útiles para evitar que quienes están infectados contagien a otros porque evitan la “salida”, pero las necesarias para no coger el bicho son las tipo FFP2 y FFP3, que están pensadas para impedir la entrada de porquerías de fuera hacia dentro, así que tampoco es que las que se están comprando habitualmente hagan algo más que tranquilizar a la gente. 

Por otro lado, se está poniendo en aprietos a quienes sí precisan las mascarillas para su día a día, como por ejemplo pacientes de oncología y personas trasplantadas e inmunodeprimidas. El desabastecimiento de las farmacias afecta, y mucho, a esta gente que no las usa por gusto ni por paranoias varias sino por auténtica y real necesidad. Lo alertaban varias personas relevantes del mundo sanitario, como el lucense Héctor Castiñeira (autor de Enfermera Saturada), y afortunadamente sus legiones de seguidores se han tranquilizado un poco, aunque no sé lo que les durará la calma como sigamos abriendo los telediarios con noticias catastrofistas. 

Las recomendaciones básicas (uso de mascarillas, guardar ciertas distancias…) están pensadas para quienes tienen contacto o cercanía con personas infectadas no para el resto así que por favor, tranquilícense... Ah, y lávense las manos a menudo. No vale para evitar el coronavirus porque aquí no lo hay pero se evitarán muchas otras porquerías.


miércoles, 26 de febrero de 2020

Salvar la vida en las ciudades


Es mejor que vaya mal tu negocio a que vaya mal tu zona. Puede parecer una afirmación chocante pero la explicación es sencilla: en el primer caso la solución está en tu mano, ya que el problema es tuyo, mientras que en el segundo la cuestión es global y es difícil saber qué hacer al respecto. El problema es que ahora no hay zonas no vayan mal. Esa es la tragedia de lo que está ocurriendo con los comercios tradicionales, que su crisis no afecta únicamente al casco histórico de Lugo donde, a pesar de ser menos acusada que en otras áreas de la ciudad, también existe.

¿Cuáles son las soluciones? ¿Hacer campañas culpabilizando al cliente? ¿Anuncios intentando dar pena? No, eso nunca. No solo es humillante sino contraproducente, porque crea rechazo entre el público. Asumamos que todos buscamos lo que consideramos mejor sin tener que ser señalados con el dedo. ¿Que somos cortoplacistas? Sí, ese es parte del problema y hay que reflexionar que el futuro de todos depende del sostenimiento de la actividad económica de pequeña escala, pero es muy complicado que la gente se gaste más dinero por el mismo artículo pensando globalmente.

Ahí está una de las claves, evitar que sea “lo mismo” y de hecho no lo es. No es lo mismo un producto hecho por artesanos o por fabricantes responsables con mimo y esmero que una vulgar producción en masa de una fábrica que explota a sus trabajadores (en China el salario mínimo son unos 270 euros al mes) y tiene barra libre para contaminar los mares que todos compartimos. No es lo mismo la atención personalizada del profesional que está tras un mostrador, que aconseja y ayuda, que la fría pantalla de un teléfono que solo persigue el saldo de tu cuenta, la venta sin más.

¿Cuál es la raíz del problema? Quizá las desiguales armas con las que se lucha en esta gran batalla tengan mucho que ver, y no solo por lo indicado sobre la casi esclavización de las grandes producciones asiáticas (entre otros lugares) o sus nulos controles medioambientales. Las administraciones permiten triquiñuelas fiscales a las grandísimas empresas mientras ahogan al emprendedor, al autónomo y al pequeño empresario con condiciones que no son iguales para todos, tanto a nivel estatal como de las demás esferas administrativas. No hay más que ver que se sanciona al pequeño comercio lucense por poner letreros luminosos en zona PEPRI mientras se siguen consintiendo groseras luces en la calle a las todopoderosas cadenas.

Pero no nos engañemos, no podemos reducirlo todo a un problema administrativo, tampoco ayudan los disparatados alquileres. Hay que reconocer el esfuerzo que han hecho algunos propietarios, que se han dado cuenta de que es mejor alquilar en 1.500 que no alquilar en 8.000, pero sigue habiendo quienes pretenden ganar mensualmente por un local lo que no podrían ingresar montando ellos mismos un negocio en ese espacio, y encima sin correr ningún riesgo.

Esto es una cuestión de todos y para todos, y solo así la podremos afrontar. No se trata de dar pena sino de pedir equidad. Que el pequeño comerciante pague un alquiler exagerado, unos impuestos asfixiantes y al mismo tiempo mantenga unos precios que compitan con quien no ha de afrontar ninguna de esas condiciones es injusto.

Se habla de la despoblación del rural, que es innegable, pero muchas veces nos olvidamos de que las ciudades también están cayendo en una espiral peligrosa ¿Qué será de las próximas generaciones? ¿Dónde van a trabajar y a disfrutar de su tiempo? Pensemos en el futuro al que nos estamos dirigiendo alocadamente, el del consumismo atroz de productos de usar y tirar enviados desde quién sabe dónde mientras nuestras calles van quedando vacías de vida. No se trata de hacer culpables sino de reflexionar… y solucionar.

Artículo publicado en El Progreso del 25 de febrero de 2020

viernes, 21 de febrero de 2020

La pasarela de la NVI, un despropósito

Las propuestas de BNG y PSOE difieren notablemente tanto por ubicación como por coste.
Fotos: El Progreso y La Voz de Galicia respectivamente
Es un despropósito construir una nueva pasarela peatonal sobre la N-VI con una inversión de más de 1 millón de euros de los fondos EDUSI. Cruzar por la pasarela anunciada supondrá el doble de tiempo y de recorrido que hacerlo por el paso inferior que está en el mismo lugar. Cruzar por la nueva pasarela es un recurrido de 400 metros e ir por el paso inferior actual son 230 metros.

El recorrido por la nueva pasarela supone 50 metros de acceso peatonal hasta la rampa de subida en espiral que, con dos vuelta y media y un diámetro de 20 metros, tiene un recorrido de 155 metros. El puente sobre la N-VI tendrá una longitud de 48,50 metros y la rampa de descenso, similar a la de subida, tiene otros 155 metros de espiral. La suma de estos tramos supone un total de 408,5 metros que tendrán que recorrer las personas que opten por subir por la pasarela, mientras que atravesar por el actual paso inferior de la N-VI tiene un recorrido de 230 metros.

La pasarela que propone el PSOE no aporta nada, ni seguridad, ni comodidad, ni mejora estética de la zona. Se van a gastar mucho dinero en algo que no vale para nada, ni aporta nada a la ciudad. No es entendible como el gobierno municipal insiste en gastar más de 1 millón de euros en una obra a la que nadie le ve lógica.

Había una alternativa, propuesta por el BNG, para invertir estos fondos del EDUSI enlazando la ciudad con el río a través de las cuestas del parque de Rosalía, del parque Marcos Cela y del paseo del Miño. Los fondos que no se utilizasen podrían derivarse para unir el centro de la ciudad con el entorno del río Miño. Arroxo propuso un proyecto para crear dos pasarelas, una de ellas entre el aparcamiento del Palacio Municipal de Deportes y el parque Marcos Cela y otra entre este mismo parque y el paseo del Miño. Una actuación que permitiría conectar la ciudad con los más de 40 km de senderos que rodean el río Miño.

Nota: Este artículo fue publicado por el BNG de Lugo en enero de 2019. Ya ven cómo cambian las cosas, votando a favor de lo que antes era un "despropósito"...

jueves, 20 de febrero de 2020

Otra demora para el Auditorio (esperando al 5 de abril)

Los daños del edificio que, como es lógico, impiden su recepción. Una pena que no las mirasen cuando se "formaban" los técnicos, habríamos ganado tiempo. Las fotos las publica el Ayuntamiento de Lugo.
Dice el Ayuntamiento que el Auditorio presenta deficiencias, concretamente humedades debidas a su larguísimo periodo de cierre y a la condensación (lo reconoce el propio Ayuntamiento, no es que le quite yo importancia al tema). Se ve que no iba nadie por allí para ventilar, cosa peculiar donde las haya. También denuncian daños en unos grifos de un baño y defectos en la tarima, cuestiones de primer orden que harían peligrar la vida de los lucenses que vayan por allí. No me entiendan mal, me parece razonable que se arreglen esos detalles antes de entregar el edificio, pero es una pena que nuestros munícipes no sean tan cuidadosos con sus propios edificios, ya que la última vez que fui al MIHL tenía cristales sujetos con unos maderos mal puestos, unas humedades tremendas en el salón principal y otras cuestiones similares a las que ahora denuncian en el Auditorio. Obviamente lo de aplicarse al cuento no es una tarea habitual en nuestros próceres.

Estas son un par de "cositas" que vi en el MIHL la última vez que lo vi.
Por cierto, era la gala de entrega de medallas de oro de Lugo. ya ven...
Aunque hace 15 años que Lugo espera por el Auditorio por los problemas causados por todas las partes (el primero fue Orozco aplazando su construcción en San Fernando y luego sacándolo de allí por aquel famoso “informe” de ICOMOS que le permitió cumplir con su deseo de no hacer el auditorio en el viejo cuartel), es desde noviembre cuando llevamos dando vueltas a todo este resucitado y aplazado asunto de la entrega del edificio. Que si los técnicos tienen que formarse en el uso de las instalaciones (sigue llamándome la atención ese tema), que si hay que hacer una revisión del edificio para ver si es acorde con el proyecto (lo que se hace en todas y cada una de las obras de España e incluso hay un documento para ello que expide el arquitecto y que se llama “certificado de final de obra”), que si hay que hacer otra revisión para ver si está todo en orden… ¿No era posible hacer todo al mismo tiempo? ¿No podían haber hecho esta visita mientras los técnicos “se formaban”? Lo digo porque a estas alturas ya estarían arreglados los defectos y podría abrirse el edificio...

Es más que evidente que la intención es retrasar todo lo posible la recepción del Auditorio, no creo que a estas alturas a nadie le quepa duda. Si se puede posponer más allá del 5 de abril, que es la nueva fecha fetiche, pues fantástico, porque de lo contrario la Xunta pondrá anuncios de página completa felicitándose por la nueva dotación al servicio de los lucenses y al Ayuntamiento no le hace gracia porque son rivales políticos. Obsérvese que, siendo realistas, ya prescindimos totalmente de cualquier atisbo de objetividad en las instituciones.

Lugo asiste atónito a estas maniobras de dilación, equivalentes a las que la Xunta aplica para no hacer el Museo de la Romanización en San Fernando, agitando en una mano un supuesto proyecto que todos vemos irreal, mientras con la otra escamotean los 10 millones de euros que habían comprometido para esa necesaria instalación.

Aquí todos juegan al mismo juego, el de la política cutre que solo busca réditos inmediatos y dar en la cabeza al adversario porque al final Lugo les importa muchísimo menos que mantener sus poltronas. Así nos va.

miércoles, 19 de febrero de 2020

La Protectora no se ampliará (años después de que nuestros políticos fueran a hacerse la foto)

La Protectora se encarga de intentar arreglar una de nuestras muchas miserias como Sociedad
Foto: El Progreso
Recoge El Progreso de hoy que la Confederación Hidrográfica ha multado a la Diputación porque la Protectora no puede estar donde está. Una demostración más de que la maraña burocrática es de tal calibre que ni siquiera entre bueyes están libres de cornadas. 8.000 euros de sanción que pueden convertirse en muchos, muchísimos más si persisten en el error.

Lo más sorprendente de todo esto es que todas esas ampliaciones, proyectos, mejoras y promesas que llevamos años esperando se quedarán ahora en nada porque no solo no se podrá invertir en esas instalaciones sino que hay que sacarlas de allí. Casi nada.

Se iban a hacer una depuradora de aguas, una gatera, oficinas, clínicas, un quirófano, más espacios para los perros… y ahora no se hará nada. También se perderán todas las inversiones realizadas, como los 124.000 euros gastados por la diputación en los últimos años.

Uno se hce muchas preguntas llegado este punto. ¿Nadie se molestó en comprobar la legalidad de las actuaciones antes de lanzarse a hacer ruedas de prensa anunciándolas? Si sabían que había problemas (y obviamente lo tenían que saber porque es la causa del retraso de esos supuestos proyectos de ampliación) ¿por qué siguieron anunciando a bombo y platillo lo que no se haría?

Aquí hay mucho que rascar, e incluso hoy mismo en la noticia publicada en El Progreso hay una contradicción entre administraciones que chirría bastante. La Diputación niega que se estén planteando reubicar las instalaciones y el Ayuntamiento dice que sí, que hay conversaciones aunque todavía no dan pistas de a dónde llevarán a la Protectora.

Los 200 perros que alberga actualmente la sociedad merecen un poco más de respeto y de cuidados. No son personas, evidentemente, pero sí son seres vivos y no solo eso, sino que representan las vergüenzas de esta sociedad de usar y tirar que genera situaciones descorazonadoras que no se pueden tolerar. Esos juguetes vivos de Navidad son a los pocos meses un “problema” que la Protectora asume haciendo una labor impagable.

Bueno, se dice impagable por lo importante, pero lamentablemente el término es literal, porque también están esperando por las subvenciones del Ayuntamiento y la Diputación que se retrasan en el tiempo, “lo que está poniendo, ahora mismo, la viabilidad económica de la entidad”, en que no saben cómo van a pagar los sueldos de este mes.

Eso sí, seguro que antes del 5 de abril veremos fotos que quieren demostrar lo mucho que se hace por los animales abandonados. La política es lo que tiene. Un asco.

martes, 18 de febrero de 2020

Sarcasmo ferroviario

La estación de tren con su aspecto habitual: vacía
Las promesas sobre el ferrocarril en Lugo son ya sarcasmo. Resulta que RENFE asegura a la Plataforma “Lugo Non Perdas o Tren” que se compromete a mantener los servicios que se prestan en nuestra provincia hasta 2027… ¡y se alegran! ¿No se supone que estamos pidiendo mejoras? ¿Ahora nos conformamos con que mantengan los tristes, insuficientes y trasnochados trenes que sufrimos actualmente?

Hubo un conato de mejora que hizo que sintiéramos cierta esperanza. Se aumentaron los trenes a Madrid (pasaron de 2 a 4 diarios) y por un instante pensamos que las cosas iban a mejorar. Fue solo un espejismo, un chispazo que sirvió para demostrar lo necesitados que estamos de un replanteamiento del tema.

Mientras las administraciones planean gastar muchos millones de nuestros euros en una inútil Intermodal, RENFE se compromete a no tocar nada en 7 años así que ya veremos con qué pretenden que los viajeros “intermodalicen”. Se supone que la promesa va por lo negativo, es decir, que no habrá empeoramiento, pero adivino que tampoco habrá mejoras más allá de revisar un par de horarios y que los trenes paren en dos sitios más, una victoria pírrica, una promesa de que no nos escupirán a la cara, pero que se seguirán riendo de nosotros. Ni se les pasa por la cabeza ponernos trenes cada hora o aumentar destinos, no vaya a ser.

En tanto los lucenses que viven en Rábade, Guitiriz, Sarria o Monforte no puedan plantearse acudir a trabajar en Lugo en tren, mientras los estudiantes ni se puedan pensar coger el ferrocarril para ir a Santiago o Vigo… que nos prometan que no nos van a empeorar más aún es una tomadura de pelo, una indignidad que me parece inconcebible que alguien aplauda. Vale que no hay que morder la mano que firma los cheques de las subvenciones, pero hombre, un poquito de seriedad no vendría mal.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 18 de Febrero de 2020

lunes, 17 de febrero de 2020

Un destrozo y una oportunidad de mejorar

Antes de estar rota ya no servía de nada, porque no se ve lo que hay debajo, como en casi todas.
Está feo alegrarse de un posible acto vandálico, lo reconozco, pero uno no controla sus sentimientos. Quizá no debería publicarlos, y lo más razonable sería callármelos para que no se contagie mi maldad, pero ustedes y yo ya tenemos una confianza después de tantos años, y oigan, un blog no deja de ser una vía de desahogo para las cosas que uno quiere confesar si no es creyente.

Ayer por la noche saqué a Ducki de paseo e hice la ruta habitual, con visita al canil del callejón de las Estantigas. Pasé como siempre por la puerta de Ruanova y me encontré con que habían reventado la ventana arqueológica que está justo en ese punto. Mi primera reacción fue mirar hacia arriba para ver si había alguien tirando piedras, porque anda que no es difícil cargarse ese tipo de cristal, la segunda fue pensar “vaya desgraciados”… y la tercera tener esperanza en que pongan otro sistema que realmente funcione y no la tontería que había hasta el momento. 

La ventana rota canta bastante.
Espero que se arregle pronto
Lo de las ventanas arqueológicas en Lugo es de chiste. Un chiste malo y caro, que pagamos todos en abultadas, abultadísimas facturas, para que encima no valga para nada. Son ventanas que no se ven. Los cristales están siempre opacos, sucios, rallados o empañados, y no cumplen su principal función que es permitir admirar lo que hay debajo. 

En los de Doctor Castro además hay problemas de filtraciones y no es raro ver plásticos y cubos protegiendo los mosaicos que se supone que se deberían ver debajo, cuando en realidad solamente se atisban mínimamente. 

Es complejo poner un cristal en el suelo, donde uno puede pisar y pegarse un resbalón de narices (aunque en Lugo los accidentes más frecuentes son con baldosas sueltas o inexistentes, como me pasó el lunes a mí y me hice un esguince). Se obligan a utilizar unos cristales extraños con cierta porosidad, lo que compromete su transparencia y el resultado final es que no se ve nada. 

Quizás es la hora de replantearse el sistema. Tal vez deberían poner una especie de estructuras metálicas o de piedra que eleven del nivel del suelo el crista, para así poder usar uno verdaderamente transparente y que se vea lo que hay debajo. Eso sí, si optan por esta vía tendrán que mantenerlo limpio, y no lleno de verdín y hierbajos como están ahora la mayoría de los “valiosísimos restos” que tienen a la vista. 

Una vez más se demuestra que lo importante no es solo hacer, sino mantener. A ver si de esta...

viernes, 14 de febrero de 2020

El nuevo auditorio lleva terminado desde 2017... y cerrado

El nuevo auditorio, camino de convertirse en viejo auditorio sin que haya sido estrenado. Foto: La Voz de Galicia

Llevamos esperando por el nuevo auditorio desde los años 90. El inicio del proyecto se debió al derribo del Gran Teatro, una operación en que sus propietarios (eran particulares, no pertenecía a ninguna administración) decidieron venderlo a una promotora que construyó las viviendas que hoy están en esa parcela, algo que la administración no pudo impedir porque el PEPRI, por ejemplo, no llegó a tiempo de hacerlo. 

Cuando se produjo aquel derribo nos dimos cuenta de que en Lugo no quedaba ningún teatro, ya que los grandes cines existentes no hacían esa función. Por ejemplo el Kursal, que también fue derribado años más tarde siendo, creo yo, el último ejemplo de los enormes cines de la vieja época. Teníamos solamente el auditorio Gustavo Freire en Frigsa, que aunque hace esa función razonablemente bien tampoco es que sea una instalación propia de una capital de provincia. 

Originalmente, como todos ustedes recordarán, el Auditorio iba a estar en el viejo Cuartel de San Fernando, un proyecto del alcalde Joaquín García Díez que su sucesor dilató convocando un nuevo concurso (sin que a día de hoy sepamos qué problema tenía el original) del que resultó ganador un proyecto cuya actuación sobre el edificio tenía poco que ver con la sencilla intervención original. Orozco había dicho en varias ocasiones que no quería el auditorio en San Fernando y lo logró, ya que cuando iban a empezar las obras apareció un supuesto informe de ICOMOS que decía que afectaba a la Muralla. 

Ante este panorama, el Ayuntamiento y la Xunta acordaron descartar el auditorio en San Fernando y llevárselo a otra ubicación, en Aceña de Olga tras varios titubeos. Pero todo esto ocurría hace ya más de 15 años. 

Tras un larguísimo proceso se consigue terminar la obra en 2017… pero seguimos esperando. Vamos camino del tercer año desde que se culminó la construcción pero sigue cerrado a cal y canto porque el Ayuntamiento no quiere recibirlo. ¿Por qué motivo? Ellos sabrán, pero desde luego parece obvio que su principal preocupación es que desde el día en que se hagan responsables del mismo tendrán que destinar ingentes presupuestos para hacer allí algo digno del contenedor que ha costado una fortuna. 

Las excusas puestas han sido variadísimas: desde que no estaba equipado completamente (lo que, dicho sea de paso, es como pedir que si te regalan un piso venga amueblado) hasta que los técnicos no saben usar los equipos instalados (lo de leer el manual de instrucciones les está llevando mucho más tiempo del previsto, por lo visto). La última que recuerdo es que no recibirían el edificio hasta que una auditoría técnica confirmase que las obras cumplían el proyecto, una excusa de Rubén Arroxo que suena a “no sé cómo decir que no”. Eso, señores míos, se hace con cualquier edificación mediante el certificado final de obra, que expide el arquitecto y que precisamente confirma que se siguió el proyecto aprobado en la licencia, así que no me vengan con esas. 

El Ayuntamiento tiene miedo al auditorio, y no me extraña. Es una construcción tan enorme, tan llena de salas, y tan mal ubicada que va a ser un nuevo muerto que a ver cómo llenan. 

El edificio fue terminado en 2017, repito, y sigue sin entregarse, y no por falta de ganas de quien lo ha hecho sino porque quien lo ha de recibir no lo quiere coger. 

Eso sí, curiosamente sobre esto las entidades culturales no dicen ni pío. ¿Por qué motivo? Ellas sabrán, pero a lo mejor tiene bastante que ver quién está tras una administración o tras otra...

jueves, 13 de febrero de 2020

¿Qué es realmente la aerotermia que quieren usar en las "caldas" del Miño?

Gráfico simple del funcionamiento de la Aerotermia. Imagen de Toshiba.
Hay términos que suenan muy bien, muy modernos y muy ecológicos y que hacen que opinemos sin tener muy claro de qué se habla exactamente, lo que es el primer paso para dirigirnos al abismo. Uno de esos es el de la “aerotermia”, que se ha puesto sobre la mesa por el proyecto del Ayuntamiento de Lugo de hacer unas piscinas climatizadas al aire libre que han bautizado con el confuso nombre de “caldas” para ver si alguien cree que tienen algo que ver con las aguas termales. 

Verán, la aerotermia es una tecnología que utiliza principalmente la energía que hay en el aire para climatizar los espacios. Es una fuente de energía muy eficiente y bastante limpia… aunque requiere de conexión a la red eléctrica porque aún suponiendo enormes ahorros (en torno al 70% de la electricidad) consumir consume. Tiene otras grandes ventajas como que no genera residuos ni humos y la instalación suele ser bastante sencilla. 

Pero también tiene desventajas, claro está. Para empezar dejemos claro de nuevo que consume electricidad. Como decíamos es poca, pero no es un sistema totalmente inocuo como puede parecer en principio por su nombre así que su sostenibilidad es relativa. También suele suponer la instalación de unidades exteriores más o menos difíciles de “camuflar”, lo que en la ubicación propuesta (junto al río Miño) puede ser un problema aunque al disponer de terreno sobrado quizás esto se pueda superar con cierta facilidad. 

Otro problema es que es un sistema con un rendimiento muy variable, ya que depende de condicionantes externos, y que la energía que necesita es la más cara por unidad de las del mercado (frente a otras alternativas como el gasoil o el gas). Es decir, consume menos pero ese consumo no es el más barato ni mucho menos como sabe cualquiera que tenga una caldera eléctrica. 

El problema más grave del sistema de aerotermia para el caso que nos ocupa es que no está recomendado para áreas climáticas frías. El entorno del río Miño no es precisamente el punto más caliente de la ciudad y en invierno, que es cuando más se necesita generar el calor para acondicionar el agua que sale del grifo, no destaca por sus elevadas temperaturas. 

Las ventajas superan con mucho a los inconvenientes… pero siempre que lo equiparemos con otros sistemas de calefacción, lo que no es aplicable a este caso, ya que comparamos el uso de aguas termales, que ya manan calientes y que por tanto no precisan de ningún gasto energético, con el proyecto actual que consiste en coger agua de la traída (agua del grifo) y calentarla artificialmente, lo que ecológico, lo que se dice ecológico, no es. 

Tengamos claro que aunque el sistema tiene un mantenimiento más barato que si se calentara el agua con gas o gasoil ni es realmente inocuo como puede parecer, ni está libre de gastos de mantenimiento, ni supone el nulo impacto medioambiental que nos quieren colocar.

A la vista de todo esto, hacer unas piscinas climatizadas al aire libre en Lugo suena a proyecto más que discutible. Disfrazarlo de una cuestión ecológica es directamente un engaño. No nos cuenten lo que no es, y si creen que las ventajas superan a los inconvenientes sigan adelante, pero no metan como virtud lo que no lo es. 

Tengamos las cosas claras.

miércoles, 12 de febrero de 2020

El tamaño no lo es todo

La obsesión por las plazas "grandes" es absurda en una ciudad como Lugo. Observen además que la propuesta inicial no sirve para nada. No se podrán poner escenarios, no se mejorará el tráfico... Solo se despejarán las "torres"...
Lo de las “grandes plazas” suena a freudiano, como queriendo compensar carencias. Es la nueva versión de los haiga, como lo fueron el puente blanco sobre el Miño o el Auditorio, todo a lo bestia, como si eso hiciera “más ciudad”.

Ya no nos llega con hacer plazas a secas, tienen que ser “grandes” porque si no parece como que no lucen lo bastante, que no llenan el titular. Tras las de la Milagrosa y Augas Férreas nos vienen a vender ahora las que quieren hacer donde está la estación de autobuses (si se persiste en el error de su destrucción), la Mosquera o el Pazo de Doña Urraca. Esto va a parecer Castilla, con tanta anchura.

Personalmente lo considero una obsesión aldeana, paleta y ramplona. Las grandes plazas son desangeladas, frías y tremendamente sosas. Si se llenan de árboles y césped (que sería lo propio) ya no son plazas sino jardines o parques, pero no dicen eso, así que no van por ahí los tiros y a los hechos me remito. Si nos van a montar algo como lo de Augas Férreas o una aberración estética como la que perpetraron en San Marcos casi mejor que lo dejen correr.

Esas grandes extensiones de cemento son áridas y no invitan más que a cruzarlas aprisa en verano para no asarse y a bordearlas en invierno para no congelarse. Ecológicamente son un disparate, y suponen la antítesis de la ciudad asequible, de pequeña escala y rincones amables que muchos deseamos que sea nuestro Lugo. No se pueden comparar el Cantiño o la Plaza del Campo con los espantosos monumentos a la vulgaridad en que han convertido San Marcos o la conocida por todos como “plaza inútil”.

Imaginen un amplio jardín entre la Muralla y el Pazo de Doña Urraca con fuentes, césped, árboles y bancos. Piensen en cómo rellenar espacios para que sean agradables y no se obsesionen con los grandes espacios. El tamaño no lo es todo.

La plaza inútil, es el mejor ejemplo junto a San Marcos, del escaso gusto y la falta de criterio que se usa en Lugo.
Artículo publicado en La Voz de Galicia del 11 de Febrero de 2020

martes, 11 de febrero de 2020

Acallar al que no piensa como uno no es democracia

Quieren meter la apología del franquismo en el código penal al mismo tiempo que quieren quitar la del terrorismo. Curioso.
La libertad de expresión es, junto a la presunción de inocencia, el derecho más importante de una Democracia. Que cada cual pueda decir lo que piensa con total libertad es el primer paso para la transmisión de ideas y de principios, independientemente de lo que cada régimen político opine sobre su contenido.

¿Hay límites para ese derecho? Creo que no. “¿Y las amenazas?” es que las amenazas no son una expresión sino una amenaza como su nombre indica igual que no es lo mismo la libertad de circulación que andar pisando a la gente por la calle. Centrémonos por favor.

El Gobierno plantea ahora convertir en delito la apología del franquismo. Lo que nos faltaba, reinstaurar la censura cuarenta y cinco años después de morir Franco, y volver a poner a la dictadura en el centro del debate político de un país que tenía ese tema más que superado pero al que abocan una y otra vez a contaminarse con un debate que cada día está más protagonizado por gente que no vivió esa época pero que parece más interesado en ella que en la propia.

Que una persona alabe el franquismo como sistema político me parece preocupante, un fracaso del sistema educativo y una tara cultural importante, pero no un delito. Si hace pocos meses teníamos que aguantar que un grupo cuyo cabecilla está condenado por exaltación del terrorismo viniera a tocar en San Froilán en aras de la libertad de expresión, no entiendo por qué hemos de intentar acallar por la vía penal a quienes creen que el franquismo fue un buen sistema. El revisionismo histórico dista mucho de la justicia y suena más a intentar acallar a quien dice lo que no nos gusta, un principio con el que no puedo estar de acuerdo.

Choca además que esa iniciativa legislativa coincida con otra presentada por Unidas Podemos para revisar o derogar delitos como las injurias a la Corona, la ofensa a sentimientos religiosos o el enaltecimiento del terrorismo. Es decir, que si todo sale como estas personas proponen podremos alabar a los asesinos de ETA, insultar a la Familia Real y a las creencias de la gente pero no podremos hablar bien de los asesinos franquistas. Como mínimo me resulta paradógico.

¿Cuál es la alternativa? ¿Prohibir todo? Desde luego me parece un disparate. Que tengamos que tener tanto cuidado con lo que decimos o escribimos, o incluso con los chistes que contamos hace que nuestro sistema, supuestamente libre, se convierta en una dictadura digna de George Orwell. La Policía del Pensamiento vuelve a la carga.

El camino debería ser otro, el de la mesura legal y la condena social. Que una persona vaya por la calle con el brazo en alto gritando “¡Viva Franco!” lo convierte en un pobre diablo y en una persona digna de nuestra compasión, pero no es un delincuente. Si un partido político se pone a exaltar el franquismo en sus mítines lo suyo es que no le vote ni el gato, pero si lo hacen quizá deberíamos reflexionar en que el problema no está en lo que se le permite decir, sino en por qué ese mensaje puede llegar a calar.

Se atacan los síntomas pero no la enfermedad de fondo. Se intenta acallar a quien no piensa como el Gobierno y eso es terrible porque es lo mismo que hacía Franco solo que en sentido contrario.

¿Dónde está el límite? ¿Si decimos que no se puede hablar bien de Franco por qué permitimos que se hable bien de dioses y textos sagrados que condenan las libertades más básicas y que hablan de guerras santas y de asesinatos por parte del mismísimo Dios? ¿Creamos un Ministerio del Pensamiento que nos diga qué podemos aplaudir y qué no? Mal asunto este.

Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Es una falsa cita de Voltaire (por lo visto nunca lo dijo) pero refleja su obra y su pensamiento. Ese es el único camino posible para una sociedad libre y tolerante, evitar usar el código penal como mordaza.

lunes, 10 de febrero de 2020

No nos hagan perder más el tiempo con San Fernando

La jornada estaba llena a reventar, lo que no quiere decir que todos los que allí estábamos compartiésemos la idea del Parador. Sin ir más lejos ni yo ni los que estaban sentados conmigo lo hacíamos.
Es difícil perder un partido en que solo juega un equipo, pero esa es la sensación que se transmitió en la jornada organizada por la Xunta para defender su extraña idea de un “Parador-Museo” en San Fernando. La curiosa concepción, apoyada por cuatro ponentes unidireccionales que marcaron innumerables goles en propia puerta, viene a ser un pastiche ideológico entre un hotel en un edificio histórico y una cafetería con restos tras una vitrina, algo difícil de digerir y mucho menos de encajar en una ciudad como la nuestra que tiene que orientarse a proyectos más serios.

Escuchar a un arqueólogo afirmar que la Muralla de Lugo tiene más de 2000 años ya es un primer disparo que te hace dudar de la fidelidad de los datos manejados en la charla. Afirmar públicamente que el Parador de Santo Estevo beneficia mucho a Ourense “porque está a 20 minutos” (será en helicóptero) es otro argumento contra la veracidad de lo que nos cuentan. Oír a un representante del mundo del deporte que “mejor que nada es algo” como argumento en favor del Parador suena a un inaceptable derrotismo. Que te digan que hay que generar “oferta complementaria” para que la gente venga a Lugo mientras al tiempo se está diciendo que sobran museos es una grosera contradicción… y así todo.

La postura oficial que se transmitió ayer, de que Lugo es una ciudad-museo es acertada, pero contradice el proyecto de llevarse el Museo de la Romanización al MIHL, alejando las piezas históricas de la mayor de todas ellas: la Muralla de Lugo.

En resumen, la jornada de ayer no solo no sirvió para reforzar la postura del “Parador-Museo” sino que reflejó la carencia de contenido real que hay tras ese inaceptable planteamiento ya que además se volvió a reconocer que no se ha contactado ni con el propietario del edificio, el Ayuntamiento de Lugo, ni con Paradores. Fue la constatación de que todo esto es una cortina de humo, una táctica para abrir un debate cuyo fin último es no hacer nada.

Cumplan su palabra y hagan el Museo de la Romanización. No nos hagan perder más el tiempo.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 8 de Febrero de 2020

viernes, 7 de febrero de 2020

Cuando se vigilan las cocacolas pero no los monumentos

A la izquierda una de las máquinas violentadas en un pabellón municipal (foto El Progreso)
y a la derecha la destrozada fuente de San Vicente (foto La Voz de Galicia). ¿Qué es más importante?

El habitual debate sobre las cámaras se ha puesto de actualidad de nuevo porque el Ayuntamiento ha decidido instalar vigilancia visual en los pabellones deportivos para que no les roben en las máquinas de “vending”, que si no las empresas se niegan a ponerlas. A esto se une la otra iniciativa de poner más cámaras para vigilar los accesos al casco histórico y así poder sancionar a quienes se metan por donde no deben. Ya hay también cámaras en muchos edificios (la subdelegación del Gobierno parece un plató, por ejemplo) o en calles como Amor Meilán… Las hay por todas partes menos vigilando el patrimonio histórico.

No me gustan las cámaras. En este mundo hiperinformatizado en el que vivimos (y lo que te rondaré, morena) suponen una invasión en la privacidad difícil de justificar porque el vídeo de cómo resbalas en la nieve o de cómo te besas con tu pareja en una esquina no debería ser de dominio público en un programa en que se cachondean de ti en la tele. Sin embargo hay métodos, cuestiones puntuales, y sobre todo fines lícitos, que hacen que podamos ser menos inflexibles teniendo en cuenta el cómo y el porqué.

Vigilar el patrimonio común es una lamentable necesidad. No hace falta tener mucha memoria para recordar las pintadas en monumentos (recientemente la de Javier Krahe por ejemplo), el daño al patrimonio (la destrucción de la ahora restaurada estatua de San Vicente en la fuente de la Plaza del Campo) y el deterioro de elementos únicos (los herrajes del siglo XII de la Catedral, que se están destruyendo porque la gente orina contra ellos) y ver que requieren medidas para que dentro de unos años todo eso siga existiendo y en buenas condiciones.

A los contrarios a estas medidas les preocupa lo mismo que a mí: convertir la ciudad en un Gran Hermano donde no te puedas meter el dedo en la nariz sin salir al día siguiente en Youtube, pero es que no creo que nadie defienda algo así. Lo lógico parece ser la instalación de cámaras de circuito cerrado, que vayan “pisando” las imágenes en un tiempo prudencial (por ejemplo que la grabación vaya superponiéndose cada 30 días). Esas grabaciones no las vería nadie, no habría un señor mirando una pantalla 24 horas que vaya a contarle a tu vecina que has fumado en su portal, y solo se accedería a ellas en caso de que se necesite para aclarar una de las barbaridades que pasan más a menudo de lo que debieran. Eso generaría el efecto deseado: la disuasión.

Por otra parte, es sorprendente ese argumento de “no quiero dar mis datos y mis imágenes”, cuando todo el mundo lleva hoy día un ordenador en el bolsillo que facilita mucha, muchísima más información de la que ustedes se piensan a las grandes empresas. Lo saben todo sobre usted, porque usted lo pone todo en el móvil y lo lleva hasta al cuarto de baño. Saben quién es, con quién está, dónde está, el nombre del troll que utiliza en Facebook para insultar sin que su madre le mire mal, si tienen otro teléfono para verse con la querida… Todo es todo. Y luego nos preocupa que haya una cámara vigilando la Catedral…

Es muy inquietante el orden de las prioridades de nuestro ayuntamiento, ya que parece que las cámaras solo se pueden usar para recaudar multas o para vigilar los bienes de las empresas concesionarias, pero da igual si se destruyen monumentos centenarios que jamás podrán volver a ser lo mismo. Si se terminan de cargar los herrajes de la Catedral podremos poner otros, idénticos incluso, pero ya no serán los mismos, no serán los del siglo XII, no serán más que una imitación histórica pero una imitación a fin de cuentas, la versión monumental de la copia de Aliexpress de nuestro pasado.

martes, 4 de febrero de 2020

Cerrado por gripe



Estimados amigos:

Verán que esta semana no estoy publicando nada, por culpa de una gripe que me tiene hecho un trapo. Espero estar mejor en breve pero es probable que me tome de descanso lo que queda de semana así que nos vemos para la próxima.

¡Un saludo!