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Miguel Fernández y Olga Louzao. Fotos: El Progreso y El Diario de Pontevedra respectivamente |
Ni en un millón de años se me habría ocurrido pensar que Miguel Fernández habría elegido como jefa de gabinete para su alcaldía a Olga Louzao. No porque dude de la valía de Olga, a la que quiero felicitar por su nueva responsabilidad, o de la bondad de la jugada, sino porque directamente no se me pasaría por la cabeza, sin más. Menos aún habría pensado que ella aceptaría, a pesar de que una amiga llevaba años diciéndome que las filas socialistas eran su hábitat natural. El tiempo le dio la razón.
Es una muy buena maniobra para el Alcalde, quien si pretendía dar un golpe de efecto lo ha logrado con creces. Logra “centrarse” al fichar para su cargo de máxima confianza a una persona que durante una década, desde la bancada de la oposición, criticó con dureza y argumentos a los gobiernos de los que el propio Miguel formó parte, y puede interpretarse como el comienzo de una enmienda a la totalidad de lo hecho por Lara Méndez y Paula Alvarellos, lo que, francamente, puede ser bueno para Lugo si se cortan los disparates hechos en los últimos años.
Tengo mis serias dudas de que lo bueno que es esto para Miguel como Alcalde lo sea para Olga. Toda la coherencia de la que hizo gala durante esta década cae por la base. Aquello de que dejaba la política por el fracaso de Ciudadanos y que no se veía bajo otras siglas, lo de las críticas a quienes, según ella, no representaban a los ciudadanos y a los partidos dominantes que habían secuestrado las instituciones… se ha venido abajo con el anuncio de que pasa a ser la mano derecha de un alcalde socialista, cabeza del "bigoberno" (palabras de la propia Louzao), usando una puerta giratoria que le hace dar una media vuelta difícil de explicar para quienes creíamos en su discurso. No hablamos de una afiliada más sino de la exdirigente del partido naranja a nivel autonómico, una figura importante de la casa.
No me entiendan mal. Le tengo mucho aprecio a Olga, sus propuestas siempre me parecieron de sentido común y muy razonables, y la admiré más aún cuando resistió los cantos de sirena de siglas políticas para unirse a listas ajenas en 2023, ante el declive más que obvio de Ciudadanos. La cuestión es que el actual movimiento, que en mi opinión es un paso en falso en lo que respecta a su credibilidad personal, nos puede hacer dudar de si aquella resistencia sólo fue la esperanza de conseguir ser el concejal número 13 con su propia lista y tener la llave del Gobierno, lo que la convertiría en una persona con un poder tremendo.
¿Pensaría lo mismo si Elena Candia fuera alcaldesa y la fichase como jefa de gabinete o estaría diciendo lo generosas que fueron ambas al aparcar sus diferencias? Pues es posible que fuera lo segundo, porque hay un matiz importante: Elena no ha sido Alcaldesa de Lugo y su partido no gobierna en la ciudad desde el siglo pasado, así que Olga no ha estado diez años machacándola desde la oposición, salvo por la animadversión personal que siente por Candia y que ha trasladado manifiesta y reiteradamente. Sí ha hecho eso, dar leña sin cesar, con el PSOE de Orozco y Lara Méndez (que también es el de Miguel Fernández), con lo que es más difícil entender por qué ahora se une a quienes criticaba fundamentadamente y sin piedad.
Hay también un aspecto interno que puede hacer la puñeta a Miguel, pero no como Alcalde. Como les decía al principio institucionalmente es un buen golpe de efecto, pero no sé yo hasta qué punto dentro del PSOE sentará bien que se diga públicamente que “los mejores” están fuera de la casa. Poner de jefa de gabinete, la mano derecha del Alcalde y persona de su máxima confianza, a la portavoz de Ciudadanos y "rescatar" a otras personas de ese partido (de los que no discuto la valía, no me entiendan mal, al revés) puede caer mal dentro de las filas socialistas igual que los simpatizantes del casi desaparecido partido naranja no entendieron que Olga pusiera de asesor a un destacado miembro del BNG, aunque también es verdad que a la hora de votar el afiliado medio es muy disciplinado y coge la papeleta, aunque sea con cierto disgusto. Salvo los de Ciudadanos, que huyeron en bandada.
Veremos ahora qué sale de todo esto. Estoy convencido de que Miguel y Olga trabajarán por intentar hacer lo que creen mejor para Lugo, aunque eso suponga deshacer cosas que se llevaron a cabo en años recientes. Sólo falta saber si lo conseguirán, porque tendrán que vencer la resistencia interna a desdecir a sus antecesores en los cargos que ocupan.
Espero que por el bien de Lugo lo hagan muy bien y les deseo la mejor de las suertes y muchos aciertos, porque nos va a todos mucho en ello.
Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros...
ResponderEliminarEstimado Luís:
ResponderEliminarEu de politiqueos, cantos de serea, avenencias e desavenencias persoais entre políticos non sei moito; pero quero que no goberno estean os mellores.
Na pasada lexislatura Ciudadanos fixo algunhas propostas para a cidade bastante sensatas (non sei canto sería cousa de Olga Louzao e canto de Juan Manuel Vidal-Pardo que é unha persoa que me daba boa impresión), pero se o novo alcalde con esta fichaxe quere ter xente que aporte cousas para a cidade paréceme estupendo.
E polo lado de Olga agardo que a vontade sexa a de servir á cidade, máis alá de cálculos de futuro na política, porque gañaremos todos.
Ogallá fose máis normal unha actitude na que se puidese fichar ós mellores, independentemente das súas siglas (actuais ou anteriores), para traballar polo ben da cidade.
Acaso vostede non aceptaría un ofrecemento sinceiro (recalco o de sinceiro) para traballar polo ben da cidade dende o Concello de Lugo?
Curiosamente el otro día una persona me preguntó lo mismo, si aceptaría yo mismo ese puesto si me lo ofrecieran (que no es el caso).
EliminarNo sabría qué decirle, lo que ya no es un "no" tajante. En esto soy muy americano, "si mi país me necesita...". El problema es saber si te necesitan por el bien de la ciudad o para que dejes de criticar desde fuera.
Obviamente la importancia del puesto apunta a lo primero, pero es llamativo que se fiche para tal lugar a alguien muy crítico con la línea mantenida hasta ahora. ¿Quizá se quiera romper con lo anterior y, por lo tanto, cambiar el rumbo? ¿No sería un reconocimiento explícito de que lo que antes se aplaudía ahora se corrige porque estaba mal?
Pero respondiendo a su pregunta, siempre que sea con esa sinceridad que recalca... al menos me lo pensaría mucho, muchísimo.
Eu son da opinión de que máis vale arrepentirse de telo intentado e non acadalo que arrepentirse de non telo intentado. O primeiro ten posibilidades de éxito, o segundo non.
EliminarE se para mellorar a cidade hai que cambiar de rumbo e corrixir o mal feito... Hai que facelo! So os máis tontos persisten no erro.
La anterior jefa de gabinete procedía del extinto Lugonovo, con lo cual tampoco es la primera vez que se "pesca" en otros caladeros.
ResponderEliminarPero no era concejal...
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