Las organizaciones que ayer se liaron a palos con los peregrinos que vinieron a ver al Papa, piden hoy que la fiscalía esté atenta al discurso de Benedicto XVI por si hubiera algún “delito” en el mismo. Supongo que se refieren a que si no condena el Franquismo, acepta el aborto, la eutanasia, el divorcio y unas cuantas cosas más, se sentirán heridos en su “yo” interno y creerán que eso vulnera la legalidad, con lo que podría ser entretenido ver al ciudadano Ratzinger ingresar en una cárcel española como colofón a su viaje. Yo, a estas alturas, ya no descarto nada.
Es una vergüenza que esta gente se atreva a abrir la boca después de la que liaron ayer. Si fuera cualquier otro colectivo hoy estarían marginados socialmente, ya que amedrentar, amenazar e incluso atacar físicamente tanto a quienes se reúnen pacíficamente para celebrar su fe como a la policía que estaba allí para garantizar este derecho, son causas suficientes como para declararlos “personas non gratas” en un país más o menos civilizado.
Nuestra España es tan maniquea que ayer algunas personas me escribieron para denunciar mi “catolicismo fascista”. O me explico muchísimo peor de lo que yo pensaba o algunos no saben leer más allá de lo que quieren leer. Creo que dejé bastante claro, e insisto hoy en ello, que mi postura frente a la religión es irrelevante en este tema. Defiendo la concentración católica como demócrata, y como tal, y defensor de la libertad, me parece una aberración que ayer pasara lo que pasó con esos grupos de izquierdas tan “tolerantes y respetuosos con la diferencia”.
No faltaron, por supuesto, banderas de la República y del Arco Iris. Flaco favor le están haciendo a dos causas que no creo que tengan mucho que ver con liarse a pedradas con la policía. No sé si son conscientes de que la tercera ley de Newton funciona también en lo social: “toda acción provoca una reacción igual y contraria”. Es decir, que con su desmedida acción contra los católicos lo único que van a conseguir es recuperar la figura del mártir, tan útil en muchas ocasiones para evangelizar por el mundo.
Estos “palo-dines” de la democracia (inteligente juego de palabras con los mamporros que dieron ayer), esta gente a la que tanto se le llena la boca pidiendo respeto, usan el argumento de que “son tolerantes con quien es tolerante”. Pero cuidado, aquí el tema está en quién decide el umbral de tolerancia. Por ejemplo, despliegan sus simpatías por regímenes dictatoriales “progres” tipo Fidel Castro o el del poncho (lo siento, no recuerdo el nombre y me da pereza buscarlo en Google), el derecho de los musulmanes (súper demócratas ellos, faltaría más) a rezar en medio de la calle y de prohibir todo aquello que no les parece guay. Por cierto, Evo Morales es el del poncho, ahora me salió.
Como liberal que me considero, me escuecen mucho las prohibiciones, restricciones y desmanes del poder político. Sin embargo, creo que además de los imbéciles que se liaron a palos con manifestantes y policías hay que otorgar su parte de culpa a la Delegación del Gobierno y al Ministerio del Interior por no ejercer sus funciones de mantenimiento del orden. O por incompetentes o por memos, me vale cualquiera de los dos argumentos: si se imaginaban, como todos los demás mortales y como los informes municipales advertían, que una coincidencia espacio-temporal de los manifestantes de ambas corrientes acabaría como acabó, son unos incompetentes o, lo que es peor, unos cobardes, por autorizar la contra-marcha. Si no se les pasó por la cabeza tal posibilidad es que son más tontos que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina.
Si no estás de acuerdo con la visita del Papa me parece fantástico que des tu opinión, incluso que te manifiestes contra el gasto público que supone. La opinión es libre. Ahora bien, las opiniones sustentadas en garrotes recuerdan a las más negras páginas de la Historia de la Humanidad. Estoy pensando, como siempre que salen estas cosas, en las organizaciones fascistas de Mussolini o de los nazis. Funcionaban exactamente igual.
Completamente y totalmente de acuerdo contigo Luis.
ResponderEliminarLos que hemos vivido una epoca dura creo tenemos muy claro que el hacerse oir a fuerza de imposiciones y golpes quita toda la razón al motivo de la disputa y hasta provoca reaccionarios y "rebeldes sin causa" donde no debería haberlos.
Todavia algunos de los que se consideran liberales no han asimilado el concepto DEMOCRACÍA y sobre todo el + basico y a la vez importante LIBERTAD.
Francamente puedo decir que me considero una persona libre pensadora y progresista y en este momento que vivimos y sobre todo, tremendamente asustada por esta involución, cambio de ciclo o lo que este pasando. Volvemos al Oeste Americano.