Les prometo que no estoy obsesionado con el tema del puente, pero es que viene en el periódico día sí y día también y veo que la memoria de nuestros convecinos es muy frágil, sobre todo a la hora de hacer propuestas que hace no demasiado rechazaron.
En el año 2003 en el programa electoral de Manuela López Besteiro, que era la Conselleira más valorada del gobierno de Manuel Fraga, y que en ese año fue candidata a la alcaldía de Lugo por el PP, se incluía lo siguiente entre las propuestas para la zona de San Lázaro – A Ponte: “Unha nova ponte e novas vías de comunicación deixarán o centro a menos de cinco minutos do barrio e permitirán peatonalizar e facer un carril bici na ponte romana e mellorar notablemente o seu entorno, facendo desta zona a central do gran Parque do Miño”.
En rojo el trazado más o menos propuesto |
Hubo una exposición en la Plaza del Campo en la que se mostraban los planos del puente que proponía Manolita. La idea era, en mi opinión, perfecta, ya que solucionaba todos los problemas que se planteaban con la construcción de un viaducto bastante discreto un poco más arriba del actual puente romano. Este puente no sería simplemente una estructura para cruzar el río, sino que sería la terminación de una nueva avenida que bajaría desde la Ronda de la Muralla directamente a ese vial, haciéndola por el actual barrio del Carmen, que está todavía sin desarrollar y que permitiría conectar el centro con la zona del Miño en pocos minutos.
Curiosamente la propuesta de este puente hizo perder muchos votos al PP en aquellas elecciones, ya que los vecinos de la zona pusieron el grito en el cielo porque esta edificación suponía el derribo de dos viviendas, que parece ser que eran de personas con vara alta en la zona. El resultado en la mesa electoral del puente fue catastrófico.
Ahora, diez años después, nos vienen a decir en la prensa que los vecinos piden un nuevo puente exactamente donde lo proponía Manolita. Diez años después le dan una razón que siempre tuvo. Una década para caer de la burra y darse cuenta de que el sentido común sólo va hacia un lado y que un puente por ser grande no tiene por qué ser más útil o mejor.
El puente que proponía López Besteiro habría sido muchísimo más barato que el mostrenco que nos han metido, y lo que es más importante, es que habría tenido sentido. Esa nueva avenida de la que les hablaba no sólo sería útil para los vecinos del barrio, sino que haría que los lucenses pudieran bajar desde la Ronda de la Muralla al río en muy poco tiempo, conectaría realmente el centro con el río con una amplia vía que abriría, por fin, nuestro paseo fluvial a la ciudad sin tener que bajar por la calle Santiago y a Volta da Viña, que puede ser muchas cosas, pero cómoda no es una palabra que la defina.
Lugo perdió con Manuela una gran alcaldesa, porque es una mujer que tiene la cabeza puesta sobre los hombros y que es principalmente práctica, no se anda con chorradas. Quizás por eso no ganó las elecciones, porque se enfrentó a un Orozco populista apoyado por un BNG cuyo discurso era (recuerden que salíamos del bipartito) “por dios no voten al PP, que tenemos un alcalde maravilloso” y claro, la gente votó al “alcalde maravilloso” y ganó el PSOE por mayoría absoluta. No eran buenos tiempos para el PP, ya que era la época de la guerra de Irak y esas cosas, y el no votar por unas siglas hizo que Lugo perdiera una oportunidad de oro de tener a Manuela como alcaldesa, que nos habría venido de perlas.
Pero bueno, la democracia es lo que tiene. También Chávez o Hitler ganaron elecciones, lo cual nos indica que esa “infalibilidad” del pueblo que tanto les gusta cacarear a nuestros representantes políticos (principalmente a los que ganan) es un discurso tan hueco como tantos otros.
Manolita tenía razón con lo del puente. También con muchas otras cosas, pero ya saben que nadie lo va a reconocer. Parece que fue José Blanco en el 2004 quien primero habló del puente, pero ya está todo inventado. Tampoco seré yo quien les diga que la idea fue de Manuela porque no sería cierto, se lleva hablando de poner más puentes sobre el Miño durante décadas, sólo que ella fue la primera a la que yo escuché hablar de una idea que tenía sentido y que hoy, fíjense, nos vuelven a poner sobre la mesa quienes lo rechazaron en las urnas hace no tanto.
Y mientras tanto diez años y un montón de millones perdidos. Bienvenidos a Lugo.
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