Fraga sigue dando guerra hasta después de su fallecimiento. Genio y figura, como se suele decir, ahora su persona será puesta bajo el microscopio por aquellos que, mientras vivía, no tuvieron el valor de enfrentarse a él y a todo lo que significó. Fraga personificaba la vía reformista durante el franquismo, la moderación de la derecha durante la Transición, y el espíritu liberal “dentro de un orden” en la Democracia.
Don Manuel encarnó a varias generaciones de españoles que eran niños cuando ocurrió la guerra o que aún no habían nacido y vivieron durante la dictadura, e incluso vivieron bien, sin echarse al monte fusil en mano y, lo que es más, sin avergonzarse por no ser revolucionarios. Cada uno es esclavo de la época en que vive, y es muy fácil decir hoy lo que uno habría hecho “si hubiera estado allí”. Hay que valorar a quienes se enfrentaron al franquismo, pero sin condenar a quienes lo vivieron como algo normal porque era el ambiente en el que se criaron.
Fraga no sólo vivió durante el franquismo, fue ministro del régimen, pero cuidado, un ministro aperturista y que acabó cesado por permitir que un escándalo que afectaba a compañeros de Consejo de Ministros se publicara en los medios de comunicación. Un reformista y un aperturista al que debemos el éxito de nuestro mayor activo económico, el turismo, y muchas más cosas que sin él no se habrían dado.
Ahora el BNG dice que Fraga no puede tener una calle en Lugo por la llamada Ley de Memoria Histórica (que no se llama así, pero para abreviar y no liarnos le mantendremos ese nombre). Les recomiendo que consulten a un buen abogado que les aclare que la Ley de Memoria Histórica no dice tal cosa. Probablemente ni se la han leído, como la mayoría de la población, y tocan de oído, que es la forma favorita de hablar de casi todos los demagogos. En la ley de marras se habla, sobre todo, de la reparación moral y económica al bando perdedor de la Guerra Civil y a quienes lucharon contra el franquismo desde el monte o la barricada.
Toda referencia al tema de monumentos y símbolos se reduce al artículo 15, cuyo apartado primero dice lo siguiente: “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas”.
Los talibanes de la cosa republicana utilizan este artículo para afirmar que las calles no se pueden llamar “General Franco” o similar. Jurídicamente no estoy de acuerdo, ya que cuando se habla de “placas” es evidente que no se refiere a la de las calles, ya que en ese caso por lógica se haría una mención expresa a “nombres de vías”. Evidentemente me parece lógico que una calle no se dedique a Franco, pero para eso no es necesaria una Ley sino un poco de sentido común. En cualquier caso, en la norma están hablando de la típica placa de “Aquí tuvo lugar la batalla de Guadalete, en que el glorioso Caudillo de España venció a las hordas rojas” o barbaridades por el estilo.
Curiosamente la Ley obliga a retirar lo existente, pero no impide colocar placas nuevas. Sólo habla en pasado, por lo que en realidad la norma está refiriéndose a los vestigios del franquismo en toda su extensión simbólica, cosa que en realidad no se cumplió jamás. Sigue habiendo muchos pueblos con la Avenida del Generalísimo y cosas semejantes. Incluso en Santa Cruz de Tenerife Franco existe todavía una estatua enorme en uno de los principales cruces de la ciudad.
Centrándonos en el tema de Fraga y la tontada del BNG, hay que decir que no hay por donde coger las declaraciones de Bao. Es un insulto a la inteligencia del pueblo de Galicia, que durante 15 años dio poder absoluto a Fraga y que seguía rindiéndole homenaje allá a donde iba. Supongo que el sábado, en el funeral que habrá en Santiago, se dejará ver el cariño que se ganó entre lo suyos. Por otro lado, como intelectual brillante, como padre de la Constitución y como una de las persona claves sin la cual la Transición no habría tenido lugar, Fraga no merece una calle, sino una gran avenida en cada una de las ciudades de España.
Por último, y saltándome muchos razonamientos que por obvios creo superfluos, habría que decirle al señor Bao que es un cobarde. Han cerrado el pico mientras media Galicia dedicaba calles, plazas y avenidas a Fraga en vida de éste. Supongo que por muy nacionalistas que sean y por muy chocho que dijeran que estaba Don Manuel (ya les gustaría a ellos) seguían sintiendo un miedo cerval a desatar las iras del León de Villalba.
Pero su cobardía va a más. ¿Por qué no exige el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica tal y como la interpreta para retirar los nombres de las calles General Tella o Teniente Coronel Teijeiro? ¿Acaso le asusta la reacción que puede provocar entre personas conocidas de Lugo, familiares de esos militares? ¿Se opondrían también a una calle a Adolfo Suárez porque fue parte del régimen de Franco? ¿A qué estamos aquí? El BNG utiliza una memoria histórica selectiva, por intereses políticos y, lo que es peor, por cobardía.
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