Como ahora resulte que las preferentes de las narices valgan algo sería la aplicación práctica del “llover sobre mojado” llevado al tema financiero. Nos cuenta la prensa de hoy que hay entidades “potentes” (entiendo que se refieren a términos económicos muy sesudos) que están interesadas en adquirir NoCaGa, Nova Caixa Galicia. Esto quiere decir que vaya usted a saber si las acciones que ofrecen como canje a las preferentes y subordinadas valdrán algo dentro de unos meses, quizás sí.
El tema del canje tiene reducciones en dos pasos. El primero es que te convierten las preferentes o subordinadas en acciones de Nova Caixa Galicia, con una quita que puede estar entre el 10% y el 35% dependiendo de la emisión de los bonos y algunos datos más. En un segundo paso el FROB te ofrece comprarte esas, ahora sí, acciones bancarias por un precio más bajo aún, con lo que pierdes algo más de un 10% adicional. Vamos que si tenías 10.000 euros se te pueden quedar en 5.300 más o menos.
Por el camino te informan muy amablemente de que las acciones de la entidad, las del, llamémosle “paso intermedio”, no valen nada. Que el banco no cotiza en bolsa así que no puedes venderlas alegremente (con lo que mola llamar a tu agente de bolsa y decirle “¡venda!” tal si estuvieras en Wall Street), con lo que la opción más lógica parece comerte la pérdida y aceptar la oferta del FROB y de lo perdido sacar lo que puedas.
Pero no hemos tenido en cuenta que las personas que te informan de eso son las mismas que te informaron en su día de que las preferentes y subordinadas eran un gran negocio. Si nos tomaron el pelo una vez, ¿qué nos hace pensar que no lo harán dos?
Imagínense que mañana el Banco Sabadell, el BBVA o el Santander se hacen con el control de NCG, lo cual no es en absoluto descabellado ya que es un mordisco muy jugoso en el mercado gallego, y no tan gallego. Entonces NCG volvería a cotizar en bolsa y, casi seguro, las acciones no sólo valdrían algo, sino que subirían con una fuerza más que razonable.
En nuestro caso (recuerden que había unas subordinadas de mi abuela por ahí dando vueltas) este razonamiento llega tarde, ya que ya se vendieron confiando, no se sabe muy bien por qué, en la palabra del tipo que nos atendió en el banco. Quizás habría que haberlo pensado algo más, o quizás acertamos y nos deshicimos de algo que no valdrá nada en breve… ¡Quién sabe!
Lo único seguro es que a peor es complicado que vaya la situación de la otrora todopoderosa Caixa Galicia.
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