Los diputados de En Marea por fin han podido hablar en el Pleno del Congreso de los Diputados y lo han hecho para atacar la construcción de la autovía Orense-Ponferrada. Curioso como mínimo que su primera intervención, al menos la primera de la que se hacen eco los medios de comunicación, sea para pedir que NO se haga una dotación en nuestra tierra. Si llega a ser el PP el que dice cosa semejante el ataque sería furibundo por ir contra los intereses de Galicia, pero ser ve que lo del doble rasero sigue siendo el pan nuestro de cada día.
Han utilizado, curiosamente, una expresión que puso encima de la mesa el BNG cuando se construyó la AP9, calificando el proyecto como “navallada”, cosa que nos retrotrae a uno de los errores más graves cometidos en su momento por el nacionalismo gallego, ya que mientras los demás suspirábamos con cierta dosis de envidia por la suerte de que les hicieran una autopista al eje atlántico en la zona sentó bastante mal la resistencia del bloque al plan.
Aducen cuestiones medioambientales y afirman que no hace falta tal autovía porque ya están la A6 y la A52. Es llamativo que defiendan esa postura cuando se están pidiendo cosas tan poco realistas como que se pongan vías entre Lugo y Santiago para un eventual tren de cercanías que, siendo sinceros, estaría muy bien pero es menos urgente que la autovía que una nuestras dos ciudades, o Lugo con Orense.
En Marea es una propuesta extraña. Afirman ser “la voz del pueblo gallego” pero acatan rigurosamente la mordaza que les ponen cada cierto tiempo y por la que les impiden abrir la boca en ocasiones tan importantes como la sesión de investidura del Presidente del Gobierno, bueno, mejor dicho, del que quería ser Presidente del Gobierno y, por ahora, no lo ha conseguido.
No sé muy bien qué clase de campaña electoral van a poder hacer si se repiten las elecciones porque “La voz de Galicia” ya está pillado como nombre y lo de la “voz del Pueblo” no sé si les colará otra vez. No hay nada como dejar que algunos tengan cargo durante unos meses para hundirles la posible campaña electoral y en este caso la agrupación está en un extravagante punto medio en que ni es ni deja de ser. No son una agrupación de ámbito nacional pero tampoco se les puede considerar representantes autonómicos. No son parte de Podemos según ellos, y sin embargo están atados a sus destinos por voluntad propia. No pueden negociar nada con el PSOE para una posible votación de investidura pero aseguran que son independientes del conjunto en que se les ha encasillado… “Ni chicha ni limoná”, que es uno de los más grandes pecados en política, la indefinición.
Si las elecciones se repiten, como parece probable, y el BNG no comete la torpeza de volver a esconder sus siglas bajo una capa de presunta modernidad, auguro un retorno del voto a la formación “de toda la vida”, al menos de las bases más nacionalistas de Galicia. En Marea se ha demostrado como un proyecto no muy sólido siendo generosos.
Los accesos a Galicia por autovía. La Voz de Galicia |
Aducen cuestiones medioambientales y afirman que no hace falta tal autovía porque ya están la A6 y la A52. Es llamativo que defiendan esa postura cuando se están pidiendo cosas tan poco realistas como que se pongan vías entre Lugo y Santiago para un eventual tren de cercanías que, siendo sinceros, estaría muy bien pero es menos urgente que la autovía que una nuestras dos ciudades, o Lugo con Orense.
En Marea es una propuesta extraña. Afirman ser “la voz del pueblo gallego” pero acatan rigurosamente la mordaza que les ponen cada cierto tiempo y por la que les impiden abrir la boca en ocasiones tan importantes como la sesión de investidura del Presidente del Gobierno, bueno, mejor dicho, del que quería ser Presidente del Gobierno y, por ahora, no lo ha conseguido.
No sé muy bien qué clase de campaña electoral van a poder hacer si se repiten las elecciones porque “La voz de Galicia” ya está pillado como nombre y lo de la “voz del Pueblo” no sé si les colará otra vez. No hay nada como dejar que algunos tengan cargo durante unos meses para hundirles la posible campaña electoral y en este caso la agrupación está en un extravagante punto medio en que ni es ni deja de ser. No son una agrupación de ámbito nacional pero tampoco se les puede considerar representantes autonómicos. No son parte de Podemos según ellos, y sin embargo están atados a sus destinos por voluntad propia. No pueden negociar nada con el PSOE para una posible votación de investidura pero aseguran que son independientes del conjunto en que se les ha encasillado… “Ni chicha ni limoná”, que es uno de los más grandes pecados en política, la indefinición.
Si las elecciones se repiten, como parece probable, y el BNG no comete la torpeza de volver a esconder sus siglas bajo una capa de presunta modernidad, auguro un retorno del voto a la formación “de toda la vida”, al menos de las bases más nacionalistas de Galicia. En Marea se ha demostrado como un proyecto no muy sólido siendo generosos.
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