La Xunta de Galicia ha aprobado un decreto por el que considera apartamentos turísticos a todos aquellos que se alquilen más de una vez al año o para los que se haga un contrato por menos de 30 días.
Lo absurdo de estos límites es que si usted tiene un piso alquilado a estudiantes, por poner un ejemplo, y le arriendan el inmueble durante el curso escolar que como todos sabemos no coincide con el año natural, al dejar el piso en junio y entrar los siguientes en septiembre prepárese para cumplir requisitos propios de un hotel: seguro de responsabilidad civil, teléfono de atención 24 horas a los inquilinos, hoja de reclamaciones, alta como alojamiento turístico, comunicación a las fuerzas de seguridad de los nombres de las personas alojadas y demás obligaciones.
Muchas personas pensarán que es normal que se haga esta regulación y que los propietarios paguen sus correspondientes impuestos, pero ese punto de vista parte de un error: liga una cosa a la otra. Me explico. Cualquier actividad económica está sujeta al pago de impuestos. Si tú alquilas un piso, es irrelevante que sea para quince días que para quince años, tienes que declarar esos ingresos en la correspondiente anualidad de IRPF como es lógico, y aunque es cierto que mucha gente “se olvidaba” de poner esos ingresos (es decir, que lo hacía “en negro”), eso es un tema totalmente independiente de lo que estamos hablando.
Que Hacienda persiga a quienes tienen unos ingresos y no los declaran para contribuir en su justa medida al pago de los servicios públicos que todos disfrutamos es una cuestión de sentido común. Toda actividad económica ha de pagar impuestos por definición, eso no está en discusión.
La cuestión es que el decreto de la Xunta confunde actividad económica y actividad profesional, que no es lo mismo. Por ejemplo, si usted vende su coche es una actividad económica, puntual, y es normal que tenga que pagar impuestos sin más requisito, pero si tiene una tienda de venta de vehículos se trata de una acción que le da de comer, es una actividad profesional.
Que una persona tenga un piso vacío en Ribadeo, por poner un ejemplo, y lo alquile en julio y agosto a través de Milanuncios no quiere decir que se dedique a eso o que el piso se un hotel encubierto, es una forma de intentar recuperar los gastos de mantener todo el año el inmueble y es evidente que no se dedica a ello profesionalmente. No se pueden confundir las cosas de esa manera.
La sobrerregulación que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, en que hay normas que nos dicen qué hacer y no hacer desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, es un mal que afecta a esta absurda sociedad en que se valora a los parlamentos por el número de leyes aprobadas en cada ejercicio, como si fuera una fábrica de tornillos o una pizzería. No se trata de eso, señores.
Lo único que va a lograr ese decreto es que se vuelva a alquilar en negro, que la gente retorne a sistemas que se estaban abandonando afortunadamente y que se precarice toda esa actividad, por un supuesto interés del sector turístico profesional.
¿De verdad alguien cree que si una persona no puede alquilar un mes un apartamento en Foz se va a ir a un hotel? Yo lo dudo bastante.
Persigan a quienes alquilan sin declarar esos ingresos ni pagar sus impuestos, totalmente de acuerdo. Establezcan límites razonable que hagan distinguir con claridad un apartamento turístico en el sentido pleno de la palabra, de un particular que alquila un apartamento para sacarse unas perras en dos meses de verano. Hagan las cosas bien, que no es tan difícil, y dejen a la gente vivir con cierta tranquilidad.
El decreto de la Xunta confunde estudiantes y turistas |
Muchas personas pensarán que es normal que se haga esta regulación y que los propietarios paguen sus correspondientes impuestos, pero ese punto de vista parte de un error: liga una cosa a la otra. Me explico. Cualquier actividad económica está sujeta al pago de impuestos. Si tú alquilas un piso, es irrelevante que sea para quince días que para quince años, tienes que declarar esos ingresos en la correspondiente anualidad de IRPF como es lógico, y aunque es cierto que mucha gente “se olvidaba” de poner esos ingresos (es decir, que lo hacía “en negro”), eso es un tema totalmente independiente de lo que estamos hablando.
Que Hacienda persiga a quienes tienen unos ingresos y no los declaran para contribuir en su justa medida al pago de los servicios públicos que todos disfrutamos es una cuestión de sentido común. Toda actividad económica ha de pagar impuestos por definición, eso no está en discusión.
La cuestión es que el decreto de la Xunta confunde actividad económica y actividad profesional, que no es lo mismo. Por ejemplo, si usted vende su coche es una actividad económica, puntual, y es normal que tenga que pagar impuestos sin más requisito, pero si tiene una tienda de venta de vehículos se trata de una acción que le da de comer, es una actividad profesional.
Que una persona tenga un piso vacío en Ribadeo, por poner un ejemplo, y lo alquile en julio y agosto a través de Milanuncios no quiere decir que se dedique a eso o que el piso se un hotel encubierto, es una forma de intentar recuperar los gastos de mantener todo el año el inmueble y es evidente que no se dedica a ello profesionalmente. No se pueden confundir las cosas de esa manera.
La sobrerregulación que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, en que hay normas que nos dicen qué hacer y no hacer desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, es un mal que afecta a esta absurda sociedad en que se valora a los parlamentos por el número de leyes aprobadas en cada ejercicio, como si fuera una fábrica de tornillos o una pizzería. No se trata de eso, señores.
Lo único que va a lograr ese decreto es que se vuelva a alquilar en negro, que la gente retorne a sistemas que se estaban abandonando afortunadamente y que se precarice toda esa actividad, por un supuesto interés del sector turístico profesional.
¿De verdad alguien cree que si una persona no puede alquilar un mes un apartamento en Foz se va a ir a un hotel? Yo lo dudo bastante.
Persigan a quienes alquilan sin declarar esos ingresos ni pagar sus impuestos, totalmente de acuerdo. Establezcan límites razonable que hagan distinguir con claridad un apartamento turístico en el sentido pleno de la palabra, de un particular que alquila un apartamento para sacarse unas perras en dos meses de verano. Hagan las cosas bien, que no es tan difícil, y dejen a la gente vivir con cierta tranquilidad.
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