A la Bruxa le han quitado la escoba, y a nadie le puede extrañar teniendo en cuenta que ha dejado un pufo de más de 92.000 eurazos a las arcas municipales. Y eso que el tío presumía de la mucha pasta que había hecho en las fiestas y que por eso se había alterado tanto la competencia.
La alcaldesa recibió a Irimia en plena polémica... Foto facilitada por el Ayuntamiento a los medios |
Lo que Irimia no entendió jamás es que muchos de los que criticamos su casi monopolio del pulpo no lo hicimos porque tengamos algo contra él. De hecho no lo criticamos a él sino al proceso y a la chapuza encabezada por la concejala de Cultura. Aún diría más, muchos no habíamos oído hablar de su persona en nuestras vidas hasta el "Pulpogate" y no nos daba ni frío ni calor. Lo que no nos gustó tanto es que se hicieran las cosas tan mal en un pliego de algo tan importante como uno de los puntos clave del San Froilán.
Los hechos nos han dado la razón: esto acaba en chapuza. Las casetas de Irimia no cumplían los pliegos de condiciones, cosa que a cualquier otro le habría supuesto desmontar y marcharse a su casa pero se ve que por ser vos quien sois los mamotretos de PVC pueden colar como “de madera” (que es lo que exigían las bases) y que las naves espaciales cúbicas son “casetas de feira tradicional” como se ordenaba en el pliego de condiciones. Ahora nos enteramos de que tampoco ha pagado el canon con el que ganó el concurso… claro así también pujo yo.
Bruxa Consulting llegó con chulería y su cabeza visible salió en la prensa poniendo como hoja de perejil a los hosteleros que llevaban años trabajando para ganarse la vida y logrando que la bandera de nuestra gastronomía ondeara con orgullo. La alcaldesa tuvo la deferencia de reunirse con él (cosa harto incomprensible en la situación que se vivía) y el bancario metido a hostelero vino a decir que les iba a enseñar a los demás cómo se hacen las cosas, y ha salido trasquilado. No es el primero que se mete "enseñar" y sale "enseñado", cuando no metido en el juzgado.
La "caseta tradional" de la Bruxa |
La concejala Carmen Basadre se ha lucido una vez más. Por supuesto saldrá sacando pecho y estoy por aceptar apuestas sobre si pedirá disculpas o no por las continuas chapuzas de todo lo que rodeó las fiestas del año pasado: no lo hará. Tampoco dará explicaciones de por qué este señor podrá librarse del asunto pagando una propineja ya que le salió mal su intento de revender las casetas a los que sí saben dónde se meten. Tampoco corregirá su error y ya ha anunciado que las bases serán exactamente las mismas, con lo que cualquier listillo podrá repetir la operación “Bruxa” porque una vez más no se va a pedir experiencia previa ni acreditación de ningún tipo. Insistimos en el error porque se ve que es mejor dañar a la ciudad que reconocer que se ha metido la pata.
Lo que sí me gustaría es invitar a todos los bocachanclas que se dedican a poner verdes a los hosteleros y a decir que eso es una mina a que pujen y se hagan con las casetas. Ya saben, esos que dicen que con un mes de trabajo se saca dinero para vivir como un rey todo el año... Ahora ven que cualquiera puede hacerlo, y acusar en el Facebook de las "mafias de los de siempre" lo impiden no se sostiene cuando se ha demostrado que puede pujar un tío que sabe de hostelería lo mismo que yo de física de partículas. Ya que tan fácil es y tanto dinero se gana ya saben lo que tienen que hacer, pujen, pujen y monten. Y si encima pagan ya ni les cuento.
En definitiva Irimia no es importante, ni la Bruxa, ni Basadre, ni ninguna de estas cuestiones. Lo importante son nuestras fiestas, y flaco favor se les ha hecho. Haber aceptado que unas casetas más propias de un laboratorio de película futurista cuelen como tradicionales, o que alguien que nunca ha cocido una patata se encargue de una seña de identidad del San Froilán abre la puerta a la arbitrariedad, a la tomadura de pelo y a que cada cual monte lo que le venga en gana y no les podrán decir ni pío.
El San Froilán saldrá adelante, estoy seguro, y probablemente será porque el año que viene volverán a servir el pulpo quienes han sabido respetar la tradición mejorándola año tras año, incluso quizá mejorándola demasiado dicho sea de paso, pero ese es otro debate. A la larga el gran Ramiro de la Palloza, que encabezó la revuelta contra el chantaje, ha tenido razón.
Lo que hoy sabemos es que tras todo el revuelo y tanto camino andado volvemos a donde estábamos al principio, aunque un poco peor porque repetirán el error con las mismas bases al no ser capaces de reconocer que se equivocaron.
"Errare humanum est sed perseverare diabolicum"
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