En Quiroga Ballesteros
nos salpica una gotera
y poniendo muchos peros
o mirando hacia otro lado
el Concello no se entera.
Se han gastado mil dineros
en reformas de chorradas
mientras llueve en el mercado
fastidiando a los placeros
cual si fueran gamberradas.
¿Cuánto lleva esa gotera
empapando a los lucenses?
Pues ya hace varios años
que esquivamos esos daños
con maniobras circenses.
Alcaldesa y concejales
en sus coches oficiales
mientras que la gente espera
no se mojan los zapatos
ni se pasan malos ratos
a causa de la gotera.
Entre tanto los placeros
y los sufridos clientes
hacen rechinar sus dientes
y de tripas corazón
fregando ellos mismos lo suelos
para no hacer a terceros
sufrir por esta razón.
Aquí termina esta oda
a una chapuza supina
la de gastar el dinero
en una obra indecente
cuyo objeto no vulnero
si denuncio ante la gente
que en el fondo es una ruina.
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