El atasco de la Ronda de la Muralla enfadó a los conductores... Paciencia, recuerden que las obras es lo que tienen pero que son para bien (esperemos) Foto: La Voz de Galicia |
A nadie le gustan los atascos. Parece una perogrullada (probablemente lo sea) pero si no empezamos por lo básico difícilmente podemos llegar a ninguna parte. Estar parado tragando humo en una fila que se te antoja interminable nos pone a todos nerviosos y nos altera el ánimo, a veces para todo el día. Eso, y la tensión acumulada que llevamos cargando desde hace ya casi dos años, explica que los últimos días la gente esté que trina con los embotellamientos que hay en Lugo.
Sólo existe una receta para eso: paciencia. No queda otra. Hay quien coge el coche para ir a por una barra de pan a 200 metros, sí, pero también mucha gente que no tiene más remedio que meterse a diario en el vehículo para ir a trabajar o a cualquier otra cosa. Es normal que estas personas, a las que se les dice que vayan andando, en bus o en bici y que no tienen esa posibilidad por el motivo que sea (distancias, horarios, dificultades…), estén cada día que pasa más encabronados.
Hay que entender que los atascos de estos días, según nos cuentan, vienen causados por las obras, y eso, aunque es una molestia a veces importante, no es mala noticia. ¿Que el tráfico durante las obras ha sido mal planificado? Sin duda. No se han molestado en avisar con señalizaciones previas y la gente que bajaba por la Ronda se encontró con que no podía pasar hacia Ramón Ferreiro sin dar toda la vuelta por calle Santiago y Ronda del Carmen (sí, como lo leen). Pero recuerden que si se hacen cosas en principio es para bien, aunque falta ver el resultado final y si los embotellamientos son consecuencia de esas situaciones puntuales o del cambio de sistema que nos han impuesto y que, aparentemente, es un disparate porque obliga a hacer recorridos muchísimo más largos para llegar de un punto a otro.
Si a eso le sumamos que mucha gente protesta porque con la anterior red de buses sólo tenía que subir a uno para llegar a su destino ahora tiene que hacer trasbordo, lo que les ha obligado a volver a coger el coche, el caos se incrementa. Tal vez sea simplemente falta de información (algo que se subsana utilizando la fantástica aplicación israelí “Moovit”, que funciona perfectamente y que es gratuita) lo que se debería corregir cuanto antes para que la gente opte por dejar el coche en casa.
Qué quieren que les diga, hay que intentar ser algo optimistas, aunque cueste. Vamos a confiar en que se trate simplemente de cuestiones puntuales causadas por las obras, lo que sabremos cuando las terminen. Si una vez finalizadas los atascos persisten, es que el sistema está mal diseñado, ya que Lugo no es una ciudad donde, por su tamaño y configuración, tenga mucho sentido el embotellamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Derecho a réplica:
Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño'' y cortesía.