El PP se está equivocando. Hace lo mismo que acusaba a los
demás de hacer cuando los casos de corrupción les afectaban a ellos, olvidar el
principio más sagrado de un Estado de Derecho: la presunción de inocencia.
No niego que haya poderosos indicios contra el exministro
Ábalos y que se pueda barruntar que su cese fulminante y nunca explicado
tuviera que ver con que se enterasen dentro de la casa de la que se había
liado, pero una cosa es que tengamos flechas que apunten en una dirección y
otra muy diferente que haya pruebas o una condena.
En Lugo sabemos mucho de eso. El exalcalde Orozco dejó su
cargo porque sus socios de gobierno le obligaron a renunciar para salvar el
mandato en el año 2015. La presunción de inocencia brilló por su ausencia y el
resultado fue nefasto: nueve años de proyectos surrealistas de la mano de su
sucesora, Lara Méndez, y para mayor fantasía ninguna sentencia condenatoria
contra Orozco. Ni una.
No seré yo quien defienda la labor del exalcalde al frente
del Ayuntamiento (aunque visto lo visto no hay nada tan malo que no pueda
empeorar) pero sí he defendido siempre en esta modesta bitácora que mientras no
se demuestre lo contrario era un hombre inocente, cosa que sigue siendo a día
de hoy.
Cuando fue el lío de los trajes de Camps y demás podredumbre
que afectó al PP y que hizo que muchos nos marchásemos de sus filas para no
regresar, se invocaba una presunción de inocencia en la que creo a pies
juntillas. ¿Por qué ahora no la aplican? Porque creen que es más rentable
políticamente ir a por la cabeza de Sánchez que defender sus principios.
Probablemente tengan razón, y sí es cierto que arañen más
votos diciendo lo que dicen que lo que decían, ya que si se pusieran del lado
de la legalidad sería Vox quien saldría a montar un cirio y se llevaría la bolsa
de votos. No niego la realidad, simplemente me parece una tristeza la poca fe
que tenemos todos en la sociedad española, a la que creemos que es muy fácil
engañar con argumentos contradictorios.
Me apena enormemente todo esto. Contra Ábalos hay indicios y
menciones, igual que las había contra medio PP cuando Bárcenas tenía sus
famosos “papeles”, que no eran más que documentos generados por él mismo y que
no entiendo que se consideren prueba de nada, al igual que tampoco lo pueden
ser las cosas que diga un señor que se está demostrando parte de una trama
corrupta (me refiero al famoso Koldo). Ahora va a resultar que nuestras bases
para cesar a alguien es lo que diga un presunto chorizo.
Lo contradictorio también está en el otro lado, por
supuesto. A Ábalos le piden que deje su acta de diputado, pero al mismo tiempo
negocian el futuro del Gobierno y los Presupeustos Generales del Estado con un señor
fugado en el extranjero y que está redactando su propia amnistía, con todo su
papo. Por otro lado, mientras el PSOE se ve acosado por la corrupción a más
niveles de los esperados inicialmente “exigen explicaciones” a Miguel Tellado
porque lo mencionan en una conversación y miran para otro lado mientras nos
enteramos de que compraron mascarillas defectuosas en el pico de la Pandemia.
Vale que haya quien se haya enriquecido con la crisis
sanitaria, yo eso lo acepto porque en un momento en que medio planeta estaba
peleando como gato panza arriba para conseguir mascarillas entiendo que el que
las logró deba cobrar una comisión… pero coño, al menos que no te maten al
usarlas.
Menudo país.
Estimado Luís,
ResponderEliminarTódolos partidos aplican a máxima (posiblemente apócrifa) de Marx que di: "Estos son os meus principios, pero se non lle gustan teño outros" (de Groucho Marx, claro).
O aplicaron, á súa conveniencia, tanto, tantos e tantas veces que xa o vemos coma normal (e non debería selo) e os espectadores aplicamos xa por defecto a de "Algo farían" e por ser políticos dámoslles unha presunción de culpabilidade; o que provoca que xente válida e honrada fuxa da política, para non ser confundida con ladróns e estafadores.
Así que efectivamente... Menudo país!