El BNG de Lugo, es decir, la mitad del gobierno de la ciudad formada por dos personas, dice que no acudirán a ningún acto religioso en que participe la Corporación. El principio básico de la separación entre Iglesia y Estado me parece muy importante, y creo que es fundamental que ninguna confesión tenga un barniz de “religión de Estado” como ocurre en España actualmente con la Iglesia Católica. Sin embargo España no es, a pesar de que nos lo intenten colar así muchas veces, un estado laico, sino aconfesional. La Constitución recoge clarísimamente esta distinción, hablando incluso de las relaciones con las diferentes confesiones y mencionando explícitamente a la Iglesia Católica, lo que es un reconocimiento manifiesto de su importancia en nuestro país.
En este punto tengo cierta afinidad con la idea del BNG de que hay que separar la esfera de la administración pública de la religiosa, porque no tienen nada que ver y sus relaciones son, cuanto menos tirantes en ocasiones. Donde no estoy tan de acuerdo es en confundir el culo con las témporas, que es lo que ocurre aquí. Lugo, ciudad del sacramento, luce en su escudo un cáliz y una hostia, y su lema dice Hoc hic mysterium fidei firmiter profitemur (Traducido a román paladino: Aquí, con fe firme, confesamos este misterio). ¿Querrán los señores del BNG que cambiemos el escudo? No hace mucho que se votó en pleno modificarlo para lucir un nuevo diseño (por cierto, ¿qué fue de eso? porque seguimos usando el viejo) y no recuerdo que dijeran nada en aquel momento.
No podemos confundir la religión con el trasfondo cultural de la misma. Quien dice defender la cultura gallega ha de reconocer que está inextricablemente ligada a la Iglesia Católica, incluso más que al propio idioma gallego ya que la Iglesia estaba antes. Pretender una separación de ambas cosas y al mismo tiempo defender la imposibilidad de disociar el idioma de la cultura es contradictorio. Yo, que no soy creyente, no sólo respeto las tradiciones que tienen un fondo religioso, sino que las fomento como un signo más de la cultura popular gallega. ¿Qué pasa con las fiestas de San Froilán? ¿Les queremos quitar el nombre y llamarlas “Festa de Lugo”? ¿Y los festivos? ¿La Navidad desaparecería con Semana Santa, y los demás días del calendario que están ligados a la religión?
Hace un par de años la policía local se negó a participar en la procesión por considerarlo un acto religioso que no entraba en sus competencias. Eso es diferente, ya que esos policías acudirían como funcionaros en ejercicio de su trabajo, lo que no es de recibo. Lo suyo sería que pidieran voluntarios. Pero los dos concejales del BNG no están como personal administrativo, sino como representantes del pueblo de Lugo, y el pueblo de Lugo, creo yo, no va a ver con buenos ojos que se intente dinamitar una tradición de más de 300 años porque a algunos les de alergia el crucifijo, como a los vampiros.
La Ofrenda del Reino de Galicia no es únicamente un acto religioso, es también una Fiesta de Interés Cultural reconocida como tal formalmente, y atrae turistas. Lo más grande es que Bao es el concejal de Turismo y Cultura, pero claro, de la suya y no de la de Lugo. También fue vicepresidente de la Diputación al tiempo que pedía su desaparición, así que ¿quién espera credibilidad o coherencia?
La última pregunta: ¿se atrevería a dar un plante a un acto religioso si fuera musulmán?
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