Quienes me conocen saben que soy un acérrimo localista. No en el sentido de defender que mi minúsculo terruño es mejor que el resto, con esa actitud excluyente que los nacionalistas suelen tener, sino como preocupado por el día a día de mi ciudad como espacio en el que paso la mayor parte de mi vida. Para mi es mucho más importante lo que pasa en la ciudad de las murallas que lo que ocurre fuera, por lo que la política autonómica, nacional o internacional me interesa, mayoritariamente, en lo que afecta a Lugo y los lucenses (con excepciones, claro, hay temas de interés generales). Eso explica el nombre de este blog, Historias desde Lugo, porque mi referencia siempre es Lugo.
Ese interés por todo lo que a nuestra ciudad se refiere me lleva a darle vueltas siempre a ciertos temas que en Lugo son auténticos quistes de perdición por la falta de imaginación, que no de presupuesto. Es curioso que se tire semejante cantidad de dinero en campañas y páginas web de dudosa efectividad mientras ideas sencillas, con un coste razonablemente pequeño, podrían dar un impulso al turismo mucho más grande que las tontadas que normalmente tenemos que pagar con nuestros impuestos.
Les voy a poner unos cuantos ejemplos. La mayor campaña en favor del turismo de Lugo se hizo cuando en 1995 el Rey nombró a la Infanta Elena Duquesa de Lugo. El recién entrado alcalde, Joaquín García Díez, aprovechó el tirón y se tiró a la calle con diapositivas de la Muralla (de aquella no había powerpoint o estaba en sus inicios) para darla a conocer por el mundo y lograr así la distinción de Patrimonio de la Humanidad para nuestro viejo anillo de piedra. También llevaron a cabo iniciativas turísticas relevantes como poner guías turísticas, hacer un precioso mapa de la ciudad obra del dibujante Chencho Pardo, o pedir a alguna compañía aérea que llamase Lugo a un avión. Parecen cosas pequeñas, pero tenían dos virtudes: la primera ser efectivas, y la segunda ser proporcionales en cuanto a su coste.
Evidentemente no estoy hablando de que Lugo haga pivotar sus campañas turísticas en hacer unos mapas o poner su nombre a un avión únicamente, pero la cuestión es que desde que entró Orozco en el Ayuntamiento nos gastamos muchísimo dinero en hacer “planes de excelencia turística” que acumulan polvo en un cajón y que sólo dicen obviedades (como que Lugo está en el noroeste peninsular, noticia que nos ha dejado a todos pasmados) y llegan a lugares comunes, y dejamos de lado las pequeñas medidas que tienen gran efectividad. Matamos moscas a cañonazos y encima se nos escapan muchas.
Falta imaginación. Por ejemplo, ahora que el Lugo sube a segunda división, y ahí la gente es seria metiendo dinero en ir a ver a su equipo, nos abre un mercado potencial de visitantes a nuestra ciudad que se agradecerían mucho. La propuesta sería simple: estudiar con qué antelación (yo creo que la semana anterior sería suficiente) se podrían hacer campañas en esas ciudades para que vengan a pasar el fin de semana a Lugo cuando juguemos en nuestra casa contra su equipo, dándoles información útil del estilo de “cómo llegar”, “dónde alojarse” y esas cosas. Incluso con publicidad de hoteles y restaurantes los impresos les garantizo que saldrían gratis.
No hace falta inventar nada, está todo hecho. Sólo hay que tener ganas de hacerlo. Aquí el problema es que nuestros queridos concejales gobernantes no piensan en el turista, sino en el voto, y por eso tenemos unas miras tan cortas para traer producto importado. Es más rentable la chocolatada, que mete más papeletas en la urna. Y lo triste es que les funciona.
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