Tengo que felicitar públicamente al PSOE. Y va en serio. Me parece que es de nobleza hablar bien del adversario político cuando acierta y en este caso lo ha hecho. No en general, pero sí concretamente en el tema de las elecciones “primarias” (ya habíamos quedado en que este nombre no es correcto, pero bueno, ya que el uso hace costumbre acabaremos todos llamándolas así) generalizadas para la elección de sus cargos en el partido.
Quienes hemos nacido en democracia y no tenemos recuerdos en primera persona de épocas menos dadas al uso de las urnas no sólo recibimos con naturalidad ese anuncio, sino que nos preguntamos por qué no se hacía así desde el principio o por qué no lo hacen también los demás. No se me ocurre ningún argumento mínimamente sostenible que pregone las virtudes de la elección indirecta sobre la directa.
Eso de que tú elijas a unos “compromisarios”, que no sabes muy bien con qué están “comprometidos”, si contigo, votante, o con un candidato concreto, para que ellos a su vez voten en un congreso cuyo resultado normalmente ya se conoce de antemano no acaba de convencerme. El PSOE ha sido el primero de los grandes (en España los grandes son sólo dos, así que…) en declarar abiertamente su intención de poner una urna como objeto fetiche, lo cual es, además de sano, deseable.
Probablemente sólo un líder en retirada como Rubalcaba o como Pachi Vázquez (salvo sorpresas de última hora) pueda hacer algo así. Quien no se juega nada puede permitirse el lujo de hacer lo correcto y no lo que le interese para asegurarse la reelección, y quizás ahí es donde reside la grandeza no sólo de esta filosofía sino también la de la limitación de mandatos en todos los ámbitos, teoría en la que yo no creía hasta que un amigo me convenció con argumentos poderosos.
El PSOE ha declarado que va a instaurar las “primarias” en toda España dentro de su partido y propone una reforma legal para que sea obligatorio para todos los demás partidos. Esto último, aunque yo mismo lo he propuesto en alguna ocasión, me sorprende un poco viniendo de quienes han tardado más de cien años de historia del Partido en tomar la medida. Será un rollo “iluminación” que desde que la recibes, por mucho que tardes, te ves obligado a predicar sus bonanzas por el mundo. Al menos en esta ocasión estoy de acuerdo con la prédica.
La alergia a las elecciones directas en muchos ámbitos es preocupante. En asociaciones, diputaciones, agrupaciones de diversa índole, muestran una mosqueante repulsa a confiar en el voto de sus miembros, lo cual viene avalado por los que ponen por encima de todo “la Democracia”. No sé qué entienden ellos por tal cosa. Me recuerdan a una frase de un capitán de submarino encarnado por Gene Hackman que decía “aquí estamos para defender la Democracia, no para practicarla”. Será algo de ese estilo.
Dice la Constitución, entre muchas otras cosas que se cumplen de aquella manera, que los partidos políticos son el instrumento fundamental de participación política y que “Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”. Parece de Gila pero es en serio.
El PSOE ha dado un importantísimo paso adelante y estaría bien que los demás le siguieran en esa senda, por “peligrosa” que pueda parecer. Después de todo ese calificativo es el que emplean todas las dictaduras para referirse a la democracia, es “peligrosa”.
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