Fotos de 2007, 2018 y 2019 de la ventana arqueológica de Rúanova. De ventana tiene poco. |
La alerta lanzada por la restauradora Iria López Baltar en las Jornadas Culturales organizadas por la Cohors III Lucensium con el Ayuntamiento de Lugo es lo suficientemente preocupante como para que las administraciones tomen cartas en este asunto. Tanto Patrimonio de la Xunta como el propio Ayuntamiento deberían tener en consideración la opinión de una experta en la conservación de nuestros elementos históricos y dejar a un lado el espectáculo y la foto de turno, asumiendo que si se cometen errores hay que subsanarlos. Es de suponer que algún responsable municipal habrá ido a escuchar a la experta que han invitado.
No hace falta ser un experto para entender que cuando a
nuestras huellas arqueológicas les nacen helechos de un palmo es que algo no se
hace bien. Las ventanas arqueológicas de San Marcos y de Rúanova son las más
sangrantes y hemos visto imágenes más propias de un jardín botánico que de un
yacimiento arqueológico. Se han instalado ventiladores y se ha probado de
muchas formas pero no han sido capaces de eliminar los problemas, por lo que la
restauradora sugiere renunciar y cerrar algunas de ellas, algo que parece de
sentido común si queremos que esos restos pervivan otros miles de años.
Es preocupante que la “piscina” de Santa María, por ejemplo,
se pueda deteriorar en unas décadas lo que no se estropeó en un montón de
siglos, sobre todo cuando aparentemente la tecnología actual todo lo puede.
Quizás es que no se ha enfocado el asunto correctamente. Los habituales cubos
de plástico de colores recogiendo el agua de las goteras de las ventanas de
Doctor Castro también deberían hacer pensar a alguien en la gravedad de lo que
está pasando.
Lugo tiene un rico pasado del que somos meros
usufructuarios. Es nuestro deber para con el futuro mantener estos yacimientos
en perfecto estado aunque eso suponga renunciar a tenerlos a la vista.
Estimado Luís,
ResponderEliminarSe ben estou dacordo en que as fiestras arqueolóxicas en Lugo están mal deseñadas, mal atendidas, con case nula información ó viandante sobre o que ofrecen, e supoñen (actualmente) un perigo á conservación dos achados; considero importantísimo que se manteña á vista o patrimonio que se vaia descubrindo.
So amosándoo e dándolle valor (o que estas fiestras arqueolóxicas non fan moi ben) a xente o coñecerá e o valorará, que é do que se trata.
Hai exemplos na cidade de patrimonio ben mantido e á vista (especialmente a Domus do Mitreo) pero falla coidado, difusión e/ou mantemento en outros (as fiestras sinaladas, o museo de San Roque, as termas do Balneario, a propia muralla,...), pero a solución non debería ser ocultarllo á xente, senón darlle o valor que merecen e actuar en consecuencia. So tratandoo como a xoia que é a xente o valorará como unha xoia.
Estoy totalmente de acuerdo. El problema es que doy por perdida la posibilidad de que se haga bien en este Lugo cuya insoportable gestión sufrimos sin ver salida al túnel. Eso me pone en la tesitura de disfrutar estos restos y destruirlos en el camino o renunciar a ellos.
EliminarTambién es cierto que una administración lo bastante responsable como para elegir taparlos por su propio bien seguro que tendrían la sensibilidad de hacer las cosas bien.
Probablemente ninguna de las dos salgan adelante y seguiremos con el sostenella y no enmendalla para desgracia de las generaciones futuras.