jueves, 23 de junio de 2022

La Ofrenda del antiguo Reino de Galicia en Lugo cumple 350 años

La Exposición Permanente en Lugo.
 

Probablemente sea una de las tradiciones más antiguas de España que se mantienen vigentes, y sin duda alguna de las más significativas de Galicia. La ofrenda del Antiguo Reino de Galicia al Santísimo Sacramento es un acto formal que en esta edición cumple 350 años, que se dice pronto.

En el marco de la SECAL 2022 (Semana de Exaltación de la Cultura y el Arte de Lugo) organizada por Lugo Monumental, ayer Marcos Calles, el director del Museo Catedralicio e impulsor de la exposición que sobre este tema pueden ver en la recién remozada Iglesia de San Pedro, nos explicó el origen de este acto. Es algo realmente llamativo, porque es de los de más relumbrón de aquel extinto Reino pero surgió de la pobreza de Lugo.

Nuestra ciudad tiene, como espero que sepan, el privilegio papal de exponer el Santísimo Sacramento permanentemente en la Catedral. Aunque no está muy claro el origen de esta cuestión, se remonta al menos hasta el siglo VI, es decir, hace más de 1.500 años.

Pues bien, hace algo más de 350 años un enviado del Vaticano visitó Lugo y vio las más que lamentables condiciones en que estaba la Catedral y la pobre iluminación del Santísimo Sacramento, con lo que amenazó seriamente al cabildo con retirar el privilegio si esto no se solventaba. Se armó mucho revuelo y se pidió a la Corona que se diera una dotación para subsanar esas deficiencias y se logró que el Reino de Galicia aprobase la concesión de 30.000 ducados a la Catedral de Lugo que generarían una renta de 1.500 ducados anuales, suficientes para comprar las velas que iluminarían permanentemente la Sagrada Forma en nuestra catedral.

Como quienes tenían que poner el dinero eran las siete provincias que entonces conformaban Galicia, es decir, Santiago, Coruña, Betanzos, Mondoñedo, Orense, Tuy y Lugo, exigieron como compensación moral que una vez al año se celebrase una ceremonia en que se entregaría esa renta a la Catedral y así recordar que eran esas provincias las que aportaban los dineros.

Aunque el capital principal duró poco y unas décadas después no quedaba nada del dinero, la costumbre permaneció. Ya no se ofrece dinero real, sino que es una cuestión simbólica en que se entregan al obispo de turno (este año le toca al Arzobispo de Santiago) un cofre con arras que simbolizan aquella renta aunque no se da ni un duro… pero qué quieren que les diga, para Lugo es más importante el símbolo que el dinero. Recuerden lo que dice la leyenda del Crismón de Quiroga (otra de las piezas clave de nuestro patrimonio catedralicio): “El oro es cosa vil, no digamos ya la plata, es mucho más lo que brillas por tu propia felicidad”. Pues eso.

Los organizadores de la Exposición. Marcos Calles es el segundo por la derecha.

Esa ceremonia tuvo lugar por primera vez el día 19 de junio de 1.672 y se ha celebrado ininterrumpidamente hasta nuestros días. Ni la pandemia fue capaz de suspender ese acto, aunque lógicamente se realizó de forma menos popular. Este domingo, el 26 de junio, tendrá lugar esa 350º edición de la Ofrenda.

Lugo es una ciudad que tiene la tonta costumbre de infravalorarse. Nuestro escudo, con el cáliz y la hostia, y con su leyenda “Hic hoc mysterium fidei firmiter profitemur”, fue el que inspiró el de Galicia, al que se añadieron siete cruces simbolizando las siete provincias de la Ofrenda en torno a nuestro Privilegio. No es moco de pavo, debemos sentirnos orgullosos y este domingo anímense a acercarse a ver la Ofrenda. Es un acto que más allá de lo religioso y lo cultural, es historia viva.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Derecho a réplica:

Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño'' y cortesía.