No me refiero, con este título, a los “spyware” que se instalan en el ordenador, aunque un día de estos podemos hablar del tema. Ayer tuvimos debate en Lugo. Los protagonistas: Joaquín García Díez, José Blanco y Cosme Pombo (este último un poco de sujetavelas de un debate a dos con interrupciones del BNG). Es el cuarto debate que se celebra en Lugo y el primero al que acude Blanco, a pesar de que confirmó su presencia en todos los que había en el calendario.
Es muy llamativo que el señor Blanco, que se dice defensor de lo público y del pueblo, se negara a acudir a los debates convocados por la televisión pública de Galicia, la radio pública de Galicia y la Unión de Asociaciones de Vecinos (UNAVE), que encima es poco sospechosa de ser simpatizante popular. Eso sí, en ese debate había público, y se permitía a la gente hacer preguntas y claro, sería difícil que no salieran las palabras “Dorribo”, “campeón” o “gasolinera”. Al único debate al que acudió fue al de una cadena privada, RadioLugo, lo que es un éxito para la emisora y una vergüenza para el aún ministro.
En el debate, Blanco tocó dos veces la misma tecla, insistentemente: los recortes que, según él, el PP va a hacer en las prestaciones por desempleo y el programa oculto de los populares. De nada sirvió que Joaquín le desafiara a decir dónde pone en el programa del PP que van a hacer esos recortes, porque el hombre siguió, erre que erre, con el mismo discurso, inasequible al desaliento, como se dice en pijo.
La pregunta del millón es la siguiente: Si ni en el programa, ni en los mítines, ni en las entrevistas, ni en ningún sitio, Rajoy o su partido dicen que van a hacer semejante cosa ¿de dónde lo saca el PSOE? ¿Por qué habla de programa oculto? Probablemente porque el que hay en papel no les permite el ataque o la crítica, así que en lugar de decir que no están de acuerdo con las medidas propuestas dicen que hay otras de las que no se informa a la ciudadanía, a ver si cuela. El miedo es una herramienta muy buena en política, porque ni siquiera tienes que atemorizar al ciudadano con la verdad, sino únicamente con supuestos.
Lo más curioso es que tal vez Blanco habla desde el recuerdo de su propio programa electoral del 2008 y lo que luego hicieron. Literalmente, en la página 22 del programa 2008 decían: “En concreto, los socialistas nos fijamos los siguientes objetivos para la próxima legislatura: Crear 2 millones de nuevos empleos. Reducir la tasa de desempleo hasta situarla en el entorno del 7%”. Ahora estamos en cinco millones de parados y una tasa de desempleo del 22,5%. Por ahora los únicos que nos han tomado el pelo con un programa oculto, y eso es irrebatible, son el señor Blanco y su tropa.
En el programa del PSOE no ponía que fueran a rebajar los sueldos de los trabajadores públicos, ni a congelar las pensiones, ni a eliminar la deducción por vivienda, ni a suprimir las ayudas por hijos, ni a rebajar los presupuestos de Sanidad o Educación… pero lo han hecho. El programa oculto no es el que presenta el PP, o al menos no hay pruebas de semejante cosa, sino el que el PSOE presentó en el 2008. Y no es porque se adaptaran a una situación cambiante, es porque la negaron cuando todo el mundo estaba preparándose para la que se nos venía encima. En España no es que no abriéramos el paraguas, es que a pesar de los nubarrones y que empezaba a chispear, lo dejamos en casa.
Los médicos del PSOE nos diagnosticaron mal, nos recetaron mal, y convirtieron lo que iba a ser una enfermedad grave en otra que amenaza con ser terminal. Cuando uno va al médico con un dolor de cabeza y le recetan aspirinas, lo primero que hace es cambiar de doctor si vemos que es una infección. El nuevo galeno no tiene fórmulas mágicas, y probablemente va a tener mucho más trabajo para curarnos del que tenía el primero porque la enfermedad ha empeorado, pero sin cambiar de médico lo seguro es que no nos curaremos.
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