martes, 19 de septiembre de 2017

Las casetas del pulpo y sus tejemanejes como parte de la tradición

Casetas del pulpo - Foto: La V0z de Galicia

A pesar de su gran experiencia vendiendo pulpo en San Froilán, Manolo de Marce no sabe gestionar las crisis. Le dicen que se ha pasado con el espacio adjudicado para montar su caseta en San Froilán por unos centímetros y que le pueden hacer desmontar el tinglado y va el tío y ¡cambia la estructura para cumplir las bases! ¡Qué inocencia!

Tenía que haber aprendido la lección que La Bruxa, esa empresa que vino a Lugo a enseñarnos a cortar el bacalao… perdón, el pulpo, y hacer lo que le sale de las narices, reuniéndose con la alcaldesa y con el gobierno local para suavizar las posibles sanciones y pasarse por el arco del triunfo las bases de la adjudicación. Recordemos que el bueno de Irimia, un empresario de éxito que ha logrado todos sus objetivos en Lugo tal y como anunció, a falta de la caseta tradicional que exigían las bases hizo aterrizar una especie de nave espacial en las cuestas del parque para atender allí a la gente y no pasó absolutamente nada. Ni tejado a una o dos aguas, ni cierre de madera, ni precios puestos en carteles bien visibles, ni rabo de gaita. Cumplir las normas es de paletos, por lo que se ve. 

Manolo, un gran profesional de la hostelería, con una experiencia tremenda en ferias, tiene el ridículo convencimiento de que las reglas están para ser cumplidas, que las bases son un documento que hay que seguir y si te avisan de que te estás columpiando has de corregir antes de que sea tarde para evitar problemas. No se ha enterado de nada.

Dejando la ironía a un lado, es llamativo el celo que ha puesto este año el Ayuntamiento en el cumplimiento estricto de las bases. Eso sí, unas bases absurdas que nuevamente hacían que no se exigiera ser un profesional del sector para poder montar una caseta mientras que sí se pide para las barracas o para los puestos de venta de gastroarte.

El Gobierno se empecinó y se negó a cambiar las absurdas bases que crearon el pasado año el conflicto del Pulpogate, lo que habría evitado que volviera a haber tejemanejes con la adjudicación, como ha pasado al renunciar ¡cinco firmas! que en realidad eran de la misma empresa. Con sus múltiofertas se aseguraron la adjudicación sin que se les penalice de ninguna forma, y la operación le ha costado a las arcas municipales la friolera de 21.270 euros.

Cuando se firma una puja hay que cumplirla... o renunciar
a explotar el servicio.
Es sorprendente que se viole alegremente la Ley de Contratos del Sector Público una vez más. Si antes se hacía a favor de la Bruxa ahora se repite la historia, porque entiendo que la caseta de Aurora debería quedar “descalificada” porque el artículo 60 de dicha norma dice claramente que “son circunstancias que impedirán a los empresarios contratar […] haber retirado indebidamente su proposición o candidatura en un procedimiento de adjudicación”.

Vamos, que la legislación ya prevé esta circunstancia porque tontos no son, pero aquí parece que nos hacemos los sordos cuando interesa.

Pues nada, así seguimos. Eso sí, después se pide a los demás que pongan dinero para las fiestas. Quizá sería más razonable obtenerlo de donde se supone que hay que sacarlo y no pasando una especie de “impuesto revolucionario” a quienes ya pagan todo el año lo que tienen que pagar.

1 comentario:

  1. En el capítulo referido a la producción de espectáculos no están las cosas mejor, una empresa de eventos de otra provincia ha ganado un lote con la bajada nada más y nada menos que de un 41%.

    Desconozco si esto incumple la Ley de Contratos del Sector Público ya que esta Ley contempla la descalificación de una oferta por baja temeraria, en todo caso en el Ayuntamiento de Lugo lo único que se tiene en cuenta es la oferta más baja o sea más ventajosa para el mismo.

    Que una empresa ofrezca un servicio con una bajada semejante, supone la merma del servicio y seguramente la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores que lo prestan, con salarios de 3 euros la hora, por poner un ejemplo.

    Que un gobierno municipal socialista fomente este tipo de contrataciones con las bases de sus concursos públicos es cuanto menos llamativo e incluso podría calificarse de bochornoso.

    Sería muy interesante ver la reacción de esos funcionarios que redactan las bases de este y otros concursos públicos en el Ayuntamiento de Lugo, si su percepción salarial fuera de esos 3 euros la hora, podría haber una rebelión.

    En fin un cúmulo de despropósitos y desvergüenzas que son los que rigen la contratación pública en el Ayuntamiento de Lugo.

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