Señalado con el círculo rojo el área de peligro por el COVID-19 |
La epidemia no sabe de fronteras ni de límites de barrios por
calles. No conoce los barrios de Lugo y al virus le da igual infectar en La
Milagrosa o en Augas Férreas, en el centro o en el puente… así que me van a
permitir que les haga una pequeña recomendación: no echen la lengua a pacer
antes de tiempo. Ahora le ha tocado una incidencia mayor a La Milagrosa, pero
mañana le puede tocar al Ceao, el Barrio Feijoo o cualquier parroquia, así que
todos tenemos que apoyar a uno de los principales barrios de Lugo y no caer en
la estigmatización, como si enfermar por el COVID-19 fuera algo vergonzoso.
Estos días en las redes, donde se destila lo peor de nuestra
sociedad en forma de odio y de maldad, algunas personas, amparadas en el
supuesto anonimato que les dan los perfiles falsos desde los que esparcir su
veneno, aseguraban que La Milagrosa estaba en esta situación porque era un “foco
de inmigración”. El problema es que, además de clamorosamente racista, es un
discurso falso, que da a entender que el Coronavirus no afecta a los demás (¿a
la “raza superior”?), en un discurso más propio de la Alemania nazi de los años
30 que de la España del siglo XXI.
Es totalmente normal buscar explicaciones. Hemos leído y
escuchado rumores que van desde la difusión del virus por un bautizo
relacionado con una cadena de supermercados hasta la famosa fiesta de un pub de
Marina Española (a pesar de que, fíjense qué cosas, las restricciones más duras
no tocan esa zona) pero realmente esto lo que nos tendría que hacer reflexionar
es sobre la facilidad con que se propaga el bicho este.
En Lugo estábamos un poco creciditos, hay que reconocerlo.
Como la incidencia en nuestra provincia era bajísima hasta la crisis de A
Mariña nos hemos confiado, y ahí es cuando pasa lo que pasa. Es totalmente
lógico, sí, pero no echemos la culpa a terceros, o al menos no sólo a terceros,
porque todos hacemos cosas que no debemos a diario.
Verán todo es muy complicado. A la crisis sanitaria se une
la económica, y es dificilísimo conjugar ambas cosas sin caer en la más que
evidente contradicción. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Lugo sale a pedir
prudencia tras aplazar el Caudal Fest, pero es que primero convocó el Caudal
Fest lo que se podría ver como una imprudencia. Yo no lo veo así, no sólo me
parece comprensible, es que yo mismo tengo entradas porque entiendo que ir a
ver un concierto de Amaral sentado a tres metros de la persona más cercana y al
aire libre casi anula el riesgo de contagio… y la vida ha de seguir como
buenamente pueda.
El problema de eso es el mensaje que se da, se lanza una
idea peligrosa que queremos relacionar con una invitación de la administración a
la relajación en las precauciones, algo inaceptable. El riesgo 0 no existe,
pero sí es verdad que está en nuestra mano reducir las papeletas que compramos
en este terrible sorteo. Es complicado, tras seis meses de pesadilla, mantener
la guardia alta pero es lo que toca. Buscar excusas absurdas y marginar un barrio entero es, además de injusto, algo totalmente estúpido.
Estén en el barrio que estén, cuídense y cuiden a los suyos. No hay más que hacer.
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