Presentación del carril-bici el viernes. Foto: Web municipal de Lugo |
Se dice muchas veces que gobernar es elegir, y es algo bastante creíble y razonable como para poder asumirlo como cierto. Tal y como están las cosas no me atrevo a afirmar nada más contundente.
El pasado viernes la Alcaldesa presentó el inicio de las obras del carril-bici que se va a ejecutar en Lugo y que tiene una longitud de 14 kilómetros. Bueno, la noticia es algo maximalista (ya saben que siempre gusta decir más de lo que se hace realmente) porque ahora lo que realmente van a hacer es “arreglar” tres kilómetros que no son de “nueva construcción”, y que están en zonas ya existentes a las que se van a instalar dispositivos para conseguir habilitar “carriles segregados de tráfico” en las calles más anchas y “zonas de coexistencia” en los demás, reduciendo a 20 km/h la velocidad de los vehículos.
No tengo muy claro el coste. Hablan de algo más de 1,2 millones de euros pero no sé si ese es el coste de las obras que hacen ahora en 3 kilómetros o los 14 del total. Supongo que es lo segundo y espero que hagan rápido las obras, porque el anuncio que hicieron en mayo de 2018 cifraba la obra en 1.043.941,11 euros y ahora, menos de tres años después, ha subido a 1.227.000 euros. Una subida de algo más del 17,5% en dos años y pico, no es moco de pavo. Si tarda un poco más se nos va el presupuesto en carriles bici.
No tengo muy claro el tema de los carriles-bici, la verdad. Por una parte, me cuesta trabajo oponerme a ellos, ya que creo que la bici es el sistema perfecto de transporte urbano, pero por otra en ciudades como Pontevedra no existen y es un medio de locomoción muy defendido desde la administración. Parten de la base del sistema de plataforma única (todos los vehículos conviven, “domesticando” al coche para que vaya a baja velocidad) y funciona.
En todo caso, y volviendo al principio, es llamativo el coste de este tipo de actuaciones cuando media ciudad se está cayendo en pedazos. Choca ver que se van a hacer tantos kilómetros de carril bici mientras seguimos esperando a que Duquesa de Lugo tenga el mismo número de carriles en todo su trazado, porque es un caos de cuatro carriles, dos carriles, cuatro carriles, dos carriles… desde hace lustros. Es peculiar que ese dinero se invierta en eso en lugar de, por ejemplo hacer la playa fluvial, algo que sería aprovechado probablemente por muchas más personas que el carril bici y con la gran ventaja de que sus usuarios podrían criticar a los gestores sin arriesgarse a que les expulsen (como pasa en otros lugares y sí, va por el Fluvial). No tiene mucho sentido que se meta ese millón y pico en esta actuación cuando se incumplen reiteradamente otros compromisos como abrir el nuevo auditorio o en salvar las vidas de los pobres animales que están en la perrera (nombre real de las instalaciones de la Protectora, que suena mucho más amable) y que está en situación de ilegalidad urbanística…
Gobernar es elegir y el carril-bici es una acción positiva… ¿pero es realmente lo más urgente que tenemos sobre la mesa en Lugo? ¿Necesitamos más eso que otras cosas quizá menos lucidas pero más importantes?
Eso lo tienen que decidir nuestros gobernantes, para eso les pagamos. Y nosotros tendremos que evaluar esas decisiones cuando toque.
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