Foto de antes (de El Progreso) y después (propia) |
Como siempre les menciono cuando escribo sobre estas cosas, hay gustos para todo. Eso quiere decir que, por definición, si bien todos somos subjetivos en nuestras opiniones en cuestiones de estética son aún más dispares los puntos de vista de cada cual. Por ejemplo, a mí las farolas que han puesto junto al MIHL me parecen un atentado contra el buen gusto y la estética del edificio.
El rimbombantemente llamado Museo Interactivo de Historia de Lugo es un cascarón prácticamente vacío salvo cuatro cosillas que ni de lejos justifican la disparatada inversión y que no ha servido para traer esas mareas de turistas que siempre nos anuncian cada vez que meten nuestros cuartos en una de estas ocurrencias. Sólo ha servido, hasta el momento, para gastar mucho dinero público y como fondo para que unas cuantas empresas de coches hagan fotos allí, lo que, como todos imaginarán, es el mayor objetivo al que un gobierno que se dice de izquierdas aspira. La realidad es tozuda y confirma día a día que este tipo de instalaciones, en una ciudad de las características y el tamaño de Lugo, sólo funciona en una ubicación céntrica.
De las bombas de drenado de aguas que siempre se dice que
hay funcionando continuamente en el supuesto museo para que no se convierta en
una piscina ultramoderna ya ni hablamos. No sé si es una leyenda urbana o son
ciertas, aunque les puedo contar que cuando estaban construyendo el edificio
central pasé por allí al lado con mi abuela, y cuando vio que era subterráneo
su análisis geológico y urbanístico fue demoledor: “¡pero si ahí hay agua!”. Como
cuando les decían a los de Fomento que la A8 no podía ir por O Fiouco porque
había nieblas densas días sí y día también.
Pero me estoy desviando del tema, que es el de las farolas.
Últimamente les presto más atención y cuando el otro día publiqué el artículo
de las farola-abrelatas de Quiroga Ballesteros un lector llamó mi atención
sobre las del MIHL. Pues tiene razón, oiga, son otro disparate.
Quiero pensar que no van a mantener esos mástiles blancos
que le quedan al entorno como las consabidas pistolas al Cristo de turno, pero
aunque las pinten el resultado no va a ser fácil que encaje con el entorno, de
la misma manera que las ultramodernas cosas triangulares que metieron junto a
la Iglesia de San Pedro hacen cualquier cosa menos mejorar el conjunto.
Frente a un edificio moderno meten farolas con aspecto que
imita a las clásicas y frente a una iglesia del siglo XIV unos abrelatas que
dan una luz absurda para ese edificio… Pues lo que les decía, es cuestión de
gustos, y con el mío no coinciden para nada.
Aquí la foto más grande de las nuevas farolas frente al MIHL. Opinen ustedes... He intentado que la foto sea bonita para que no me digan que lo pongo feo a propósito pero... no hay manera. |
Rara vez coincido con vostede pero hoxe sí. Un auténtico despropósito. As de Quiroga Ballesteros ademáis de feas e inadecuadas nese entorno crean zonas de sombra que se disimula coa luz dos comercios, eso sí, cando pechan...
ResponderEliminarE as do MIHL foi o primeiro que pensei cando as vin...mira q non habería outro modelo máis actual e a poder ser desa cor oxidada do Mihl como fixeron coas papeleras q aí sí que atinaron.