| ¿Tomé dando lecciones? |
Ayer, supongo que como muchos lucenses, me quedé viendo la tele esperando que el programa Código 10 de Cuatro, que había publicitado una “bomba informativa” sobre el Tomégate, presentase pruebas de tal calibre que harían tambalearse (aún más) a los altos mandos del socialismo gallego. Tras anuncios, más anuncios y unos anuncios más, la cosa quedó en más acusaciones, pero hasta donde yo vi (no aguanté el programa entero, lo reconozco) no hubo prueba alguna.
¿Se demostró ayer que Besteiro, Lara y Pilar mintieron? Depende de lo que ustedes llamen “mentir”. Evidentemente la negativa de Besteiro y Lara sobre tener conocimiento alguno de las denuncias en el canal interno es interpretable. No negaron saber nada sobre el acoso, sino sobre la denuncia presentada. Un matiz dialéctico indigno, pero que puede hacer que se interprete que no mintieron, sino que se escurrieron de la verdad. Parecido, pero diferente. Un malabarismo que oculta (mal) su preocupación por haber metido la pata... y de qué manera.
¿Se demostró ayer algo que no supiéramos? No. Si yo le mando a alguien un audio diciendo “oye, tú ya sabías todo esto hace meses y no hiciste nada” no certifico que esa persona ya lo supiera, sino simplemente que yo digo que ya lo sabía. No es lo mismo ni de lejos. Otra cosa es que le contestasen diciendo “Sí, bueno, pero no podía hacer nada”, eso sí certificaría la acusación.
Bien es cierto que Besteiro reconoció que sabía de las acusaciones desde octubre, pero tanto él como Lara Méndez dijeron que no habían hablado con ninguna presunta víctima y eso, a la luz de lo visto ayer, parece ser cierto porque hablaron con su madre, no con la supuesta acosada. De nuevo entramos en el proceloso océano de los matices y las medias verdades. Sí pero tal vez, casi pero no.
La presunción de inocencia se mantuvo internamente, e incluso se alcanzaron límites difíciles de explicar. Yo mismo, que soy un férreo defensor de ese principio, entiendo que sostenerlo no es incompatible con pedir una reunión con la presunta víctima (no con su madre) y hablar directamente con ella, ni con buscar pruebas o abrir una investigación interna. Con la discreción que debe tener un asunto tan delicado, pero abrirla. Hasta donde sabemos no se hizo absolutamente nada salvo echar tierra sobre el asunto.
Incluso aunque Besteiro, Lara y Pilar fueran sacerdotes del templo de la presunción de inocencia su postura es difícil de defender ya que la semana pasada, sin que hubiera ninguna novedad al respecto en cuanto a pruebas o testigos, liquidaron a su otrora líder todopoderoso en la provincia.
¿Qué cambió? Que salió en la tele. Esa es la cuestión de fondo. Que se hizo público y pasamos de la cuestión de puertas adentro a enfrentarse a una opinión pública ávida de sangre y que ellos mismos han calentado con este tema durante años.
Hay cuestiones que tampoco ayudan a creer en la buena fe de la cúpula de los socialistas gallegos. La cacareada protección de la víctima y la fe ciega en las acosadas no se logra diciéndole a quien comunica los hechos “¿y qué quieres que haga yo?”, “no puedo creerlo”, o “a mí nunca me ha pasado nada”.
Obviamente los trolls de redes sociales ya han cambiado del “hermana, yo sí te creo” a “esto es un montaje de la derecha”, a pesar de que el propio Tomé, quizá con más conocimiento y acierto, lo achaca a “fuego amigo”. Vayan ustedes a saber. En todo caso ya pasamos a poner en duda a las acusadoras, lo que hasta hace dos telediarios era una característica de la fachosfera.
Lo que está claro es que cuando uno tiene conocimiento de un presunto delito lo que no puede hacer es ignorarlo. A Elena Candia le siguen poniendo el sambenito de los anónimos, pero ella hizo lo que tenía que hacer: poner en conocimiento de las autoridades competentes los escritos (con nombres y apellidos y firmados, no es cierto que fueran anónimos) y que éstas investigasen. Lo que estamos viendo es justo lo contrario: haya o no haya causa, ignoraron las denuncias que no les interesaban... y lo hicieron quienes decían ser los garantes de las víctimas. Quizá sólo por eso deberían irse a su casa, pero ya les digo yo que se quedarán siguiendo al pie de la letra el "manual de resistencia" del jefe.
"el caso de lydia bosch: denuncia falsa" blogspot
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