Desconfíen de los "me lo dijo alguien que lo sabe" |
No lo entiendo. Ha pasado una semana desde las elecciones
del 12 de Julio y en Lugo seguimos sin estar “cerrados totalmente” como nos
anunciaba “gente que sabe lo que pasa de verdad” en redes sociales. Supongo que
a ustedes también les llegaría que el día 13 de Julio, tras las elecciones, la
Xunta de Galicia iba a decretar un nuevo confinamiento, pero este para toda la
provincia porque los casos estaban desbocados.
Basura de campaña. Ese es el problema de las redes sociales,
que admiten perfiles falsos, trolls que se dedican a difundir veneno pero no
por el mero afán de hacerlo (aunque de eso también hay, a legiones) sino con un
claro y evidente interés electoral. Meter miedo en el cuerpo a la gente para
impulsar los votos contra el adversario político funciona razonablemente bien,
aunque parece que los gallegos estamos más o menos inmunizados contra estas
sucias estrategias. Y eso que la Guardia Civil parece que estos bulos no los ha
perseguido, quizá porque el gobierno al que dañaban no era el que maneja las supuestas
“cloacas” a día de hoy.
He participado en unas cuantas campañas electorales, algunas
desde dentro y, desde hace ya muchos años, como observador externo. Cada vez
que termina una, pienso que ha sido la más sucia que he visto, y
lamentablemente me temo que todas las veces tengo razón, porque la cosa va a
más y el nivel de decencia cae en picado.
Recuerdo que en una de las campañas, que creo que fue la del
año 2009 (aunque no estoy totalmente seguro de que fuera esa), se difundieron octavillas con los
precios que íbamos a pagar en la sanidad pública si Feijóo llegaba al gobierno.
Concretaban incluso el coste de las consultas, las urgencias… todo falso,
evidentemente, pero daba el pego. ¿Acaso creen ustedes que eso lo imprimió un
ciudadano preocupado por una iniciativa real… o simplemente era algún partido
rival que quería sembrar la duda para arañar unos votos? Les salió mal, sí,
pero podría haber funcionado.
La política actual está basada en frases grandilocuentes,
todavía más que hace años, lo que es chocante porque se supone que tenemos más
acceso a la información y más posibilidades de evaluar las realidades al margen
de las soflamas y de los eslóganes de campaña, pero ya ven, se sigue intentando
a ver si hay suerte.
¿Cómo podemos evitar caer en estas trampas? Pues miren es
muy difícil, pero normalmente si se molestan en buscar un poquito suelen poder
comprobar su falsedad. Sé que es cansado, sí, pero es el precio que hay que
pagar en este momento en que el exceso de información, muchísima de ella falsa,
es tan preocupante o más que cuando teníamos poca. El espíritu crítico es la única defensa contra toda esa bazofia que, por cierto, viene de todas partes, no crean que solo es contra un lado.
¿Tiene solución esta tendencia? Bueno, quizá no, pero sí se
pueden remediar ciertas cuestiones. Por ejemplo, si Facebook y las principales
redes sociales exigieran que cuando se abre la cuenta la persona se tuviera que
identificar por medios fidedignos (por ejemplo con firma digital o con
cualquier otro sistema de comprobación) creo que nos ahorraríamos muchos
problemas. La gente no escribe igual cuando da la cara que cuando se esconde
tras un Nick y una foto graciosa y menos aún lanza bulos que podrían ser
perseguidos como delito.
Pero ni usted ni yo como consumidores finales tenemos esa
potestad, así que mi recomendación es empezar por buscar siempre la fuente de
la noticia y, a partir de ahí, ir viendo si es fiable, si aporta alguna prueba
o si simplemente hay un interés detrás del bulo. Se llevarán menos sorpresas, porque me imagino que los que hayan picado con el bulo del que hablábamos al principio tendrán la casa llena de papel higiénico y habrán votado contra "la malvada manipulación", cuando fueron los más manipulados de todos.
En serio cre vostede que dándolle aínda máis datos persoais a Facebook ou calquera outra Rede ían a limitarse os bulos polo feito de estar identificado o propagador?
ResponderEliminarEu non o creo; é máis, "case" podo demostralo! Porque exemplos non fallan.
Nestes tempos temos que vivimos temos propagadores de enganos, mentiras e manipulacións, perfectamente identificados:
Dentro da coñecida coma "prensa seria" hai medios que minten máis veces que as que din a verdade (Okdiario de Eduardo Inda; Periodista Digital, de Alfonso Rojo), medios claramente tendenciosos (de tendencia) coma La Razón, ABC, El Diario.es, Público, Antena 3, COPE, ou mesmo medios antes máis serios coma El País, El Mundo, La Voz de Galicia, El Progreso, etc.
Pero tamén temos perfectamente identificados a políticos que non contan a verdade nin no DNI; tamén perfectamente identificados e en tódolos partidos.
Incluso temos, perfectamente identificado a un presidente dos Estados Unidos de América, en exercicio, que non para de mentir.
E non creo que nin a Garda Civil nin ningunha Policía sexa capaz (ou valente dabondo) de ir contra todos eses porque teñan mentido, enganado ou manipulado.
Así que a solución é non crerse demasiado a naide, aplicar moito a navalla de Ockham, a retranca e ter claro que moitas veces a resposta ó ¿vostede quen vén sendo? que vostede lle permite a Facebook, xa a sabemos sen necesidade de saber o nome do que escribe (e minte).
Se cadra o que deberiamos e acostumar á xente a pensar por si mesma, pero iso custa esforzo, precisa de investir en ensinanza e crea votantes críticos e informados... dos que non lle interesan a case ningún político.
Pero esa é outra historia e, coma dicía Ende, debe ser contada noutra ocasión.