La campaña es de las pocas posibilidades que tenemos de decir ciertas cosas a quienes nos van a gobernar. Que lo escuchen además de oírlo es otra cuestión... pero es nuestra obligación intentarlo. |
Las campañas electorales se diferencian del periodo normal únicamente en que hay más carteles por la calle, soportamos coches con megafonía (¿alguien vota porque le griten unas siglas mientras pasea tranquilamente o está leyendo en el sofá de su casa?), y se nos convoca a más actos por parte de los contendientes. Bueno, por algunos de ellos.
Me choca enormemente que la mayoría de los partidos políticos se rodean únicamente de afines, o quienes creen que lo son, para los mítines. Convocan a las mismas personas una y otra vez para decirles las cosas que normalmente ya saben o ya creen, en lugar de intentar pescar en caladeros ajenos, que parecería lo lógico.
La estrategia política de hoy día se reduce a meter la pata lo mínimo indispensable y claro, para eso es mejor no arriesgarse a llamar a gente que no sea "de la casa" no vayamos a montar un cirio en un foro en que sólo hay que reducirse a aplaudir y asentir sin el menor espíritu crítico.
Hay algún candidato que sí tiene un poco más de valentía y se arriesga a dar la palabra a quienes no comulgan con sus ideas o, aún siendo cercanos ideológicamente, critican abiertamente algunas cuestiones, y ahí creo que está la diferencia entre la mera congregación de fieles para escuchar el habitual salmo y la reunión que puede ser incluso productiva. ¿Se arriesgan a escuchar cosas que no les gustan? Por supuesto que sí, pero es que eso no tiene nada de malo. Si sólo les dicen las cosas que les gusta oír se van aislando cada vez más en su burbuja de supuesta infalibilidad y llega un momento en que se creen dioses.
La participación, para algunos partidos políticos, se reduce al "sí Bwana". Están tan acostumbrados a escuchar halagos de quienes trabajan para ellos o quienes pretenden entrar en "las listas" para vivir de la política que no son capaces de abrirse a nada más.
Sólo he visto una excepción muy honrosa, que fue Joaquín García Díez. Cuando comencé a colaborar con él en el 2007 no nos conocíamos de nada. Evidentemente yo sabía quién era él y él tenía alguna referencia de mí por el Verruga, pero nada más. Cuando fui ganando confianza y le decía las cosas con las que no estaba de acuerdo, en lugar de reaccionar como la mayoría (dando menos la oportunidad de hablar a quien le rebatía cosas) hizo lo contrario. Hoy tengo el privilegio de llamarle amigo y en gran parte fue gracias a esa fantástica actitud de aceptar todos los puntos de vista para poder completar el suyo propio con más visiones. No es lo habitual, ni mucho menos. Tampoco lo es que la gente se atreva a decirle "al jefe" que en algo no está de acuerdo.
Que haya ese miedo a hablar a los líderes no es un tema menor. Esa conjunción de personas endiosadas por un lado y de miedo a hablar por el otro (temor alentado por el propio sistema de partidos en que sólo el culto al líder permite el ascenso) crea las condiciones para la tormenta perfecta para que, una vez se gobierna, las administraciones hagan tonterías como la de las Caldas. Nadie de los "cercanos" se debió atrever a decirle a la exalcaldesa que era un disparate y que sería un fracaso, y los que desde fuera lo advertimos fuimos tachados de cualquier cosa menos bonitos. Supongo que lo mismo le pasaría a Fraga con la Ciudad de la Cultura, un concepto bonito pero con una ejecución disparatada trayendo piedras de Brasil (se ve que las gallegas no valían).
No se dejen arrastrar por todo eso. Si en estos días tienen ocasión de contactar con los líderes de las agrupaciones y tienen algo que criticarles háganlo. Con educación, con respeto, con buenas palabras, con argumentos... pero háganlo. Sean del partido que sean y tengan las posibilidades que tengan de gobernar. Son de los pocos días que se bajan a la calle a escuchar a la gente o al menos a fingir que lo hacen. Pues déjense oír. Después será tarde.
Estimado Luís,
ResponderEliminarEstou dacordo co que comenta; pero quería aproveitar para sinalar que esta tarde, ás 19:30 no salón de actos da Escola Politécnica e dentro das xornadas sobre "O Territorio de Galicia" organizadas polo Colexio de Arquitectos, haberá un debate electoral aberto ó público entre Olalla Rodil (BNG), Lara Méndez (PSdG) e Javier Arias (PPdG).
Para quen non poida acudir, haberá retransmisión en directo na canle do COAG (https://www.youtube.com/watch?v=yolCqwrScfo)
Se cadra ocorre un deses milagres de campaña electoral e algún dos presentes (ademais de finxir/mentir) escoita o que o pobo teña que dicirlles.