lunes, 22 de abril de 2024

Un servicio de urgencias que no atiende urgencias

La fuga de agua en la calle Montevideo es algo que puede pasar. Que no haya un servicio de urgencias operativo, eso no. Foto: El Progreso

Los accidentes ocurren y es inevitable. Se pueden reducir, por supuesto, y la gestión previa para minimizar los riesgos es algo vital, pero es imposible preverlo todo al menos hasta que nos domine la inteligencia artificial, de la que me preocupa más lo segundo que lo primero. La cuestión muchas veces no es si ocurre algo, sino lo que pasa cuando ocurre.

Hace un par de días en una de las obras de mal llamada "peatonalización" del casco histórico (no se va a peatonalizar nada, puesto que seguirán pasando coches, sólo se reduce el número y nadie sabe en cuántos) se rompió una tubería de agua e inundó un bajo y alguna cosa más. En el bajo causó daños en la mercancía que estaba en las zonas bajas, además de los obvios perjuicios y demás. Hasta ahí, como decíamos, dentro de una anormal normalidad porque eso le pasa a cualquiera, y más cuando se sospecha que no fue un mero accidente sino algo provocado, lo que convierte un incidente en una gamberrada en el mejor de los casos.

El problema de base está en que una vez detectado el problema nadie sabía qué hacer. Ni la policía ni el propio Ayuntamiento tenían capacidad alguna para intervenir porque la concesión que tiene la empresa encargada de gestionar las emergencias está caducada y no tenían cómo localizarlos. Finalmente fueron los bomberos los que cortaron el agua y, horas más tarde, se presentó alguien de la empresa encargada de las "urgencias". Afortunadamente no fue algo más gordo.

El contrato, como decíamos, está vencido tanto en su duración como en todas las prórrogas y este mismo mes de abril salió a concurso y ni la actual concesionaria se presentó.

En Lugo teníamos una brigada municipal de aguas pero como todo lo que se ha asignado a personal municipal, ha ido empeorando y menguando tanto en personal como en medios. Al jefe del servicio le debemos (como vecinos de este Ayuntamiento), 48.000 euros que tuvo que ver reconocidos por una sentencia. Recuerden que nos gobierna la izquierda...

No puedo decir que esté contra la paulatina sustitución de personal público por empresas privadas, pero sí si se hace mal ese proceso. El ejemplo más patente a los ojos públicos es el de los kioscos que hay en la Plaza de España y de Santo Domingo o el que estaba en la Milagrosa. Privados, en suelo público, cerrados desde que Orozco era alcalde, y con reiteradas promesas de "en breve se abrirán".

Es irrelevante si son de propiedad privada o no, lo que es obvio es que el pliego se hizo mal. En lugar de figurar que la rescisión del contrato traería aparejada la transferencia de la propiedad de los chiringuitos al Ayuntamiento para que éste pudiera sacarlos a nueva licitación cuanto antes, llevan más de diez años cerrados ahí, como un monumento a la incompetencia.

El problema no es "privatizar", el problema es hacerlo mal.

3 comentarios:

  1. Estimado Luís,

    Eu si creo que privatizar un servizo público é un problema (recalco un "servizo público"); porque suponse que os políticos escóllense para administrar o público. Polo tanto se un político privatiza un servizo público ( en vez de administralo eficientemente) está admitindo a súa incompetencia ó non ser válido para asumir a xestión para a que foi elixido.

    Cando á incompetencia de privatizar lle sumamos a de facelo mal, o que temos é un problema maior.


    E unha nota: Admito que hai cousas que poden privatizarse (con certos límites e poñendo por diante o ben público). Así non me parece mal que poida haber terrazas de bares (que ocupan/privatizan espazo público pero tamén animan e fan interesantes algúns deses espazos), ou que funcionasen os kioscos (que, en tempos, daban traballo a discapacitados e un servizo á cidadanía), ou incluso concertos para levar ou crear servizos a onde a administración non pode chegar.

    Levado ó extremo se privatizamos todo xa non necesitariamos nin funcionarios nin case Estado; pero se xestionamos todo tampouco necesitamos empresas nin autónomos. Non quero nin unha nin outra; que eu defendo máis a Tage Erlander que a Friedman ou a Stalin.

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  2. Buenas noches Luís. Respecto a tú artículo discrepo totalmente en lo que dices respecto a que el problema no es privatizar. A mi juicio el gran problema es privatizar, otra cosa es el control o la falta del mismo, de los servicios públicos. Lo público es servicio, lo privado es negocio. Un saludo

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    1. Me parece bien que discrepe, sólo le ha faltado argumentarlo. Salvo lo de la diferencia entre "servicio" y "negocio", que no es un argumento sino una soflama, olvida usted lo más importante de todo: la productividad. Ese es el secreto de que lo privado sea más eficiente que lo público.

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